26 Septiembre 2016
POR TODOS LADOS. Se busca eliminar las bolsas, que no se degradan y dañan severamente la naturaleza. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
La capital y Yerba Buena defendieron las ordenanzas que limitan la entrega de bolsas plásticas en supermercados y comercios. Las autoridades de los municipios salieron al cruce de las críticas que hicieron a las normativas el intendente de Tafí Viejo, Javier Noguera -en su jurisdicción están radicadas industrias plásticas- y de los empresarios del rubro.
El secretario de Gobierno capitalino, Walter Berarducci, consideró que las quejas son entendibles. “La normativa prevé un plazo de 120 días para no usar las bolsas (se cumple en enero). Es un tiempo prudencial, pueden plantear políticas de reconversión. Las bolsas oxo-biodegradables están permitidas en la ciudad. La política municipal no es eliminar empleo ni ir en contra de la producción. Pero hay un interés superior al sectorial por el que se debe velar: mejorar la calidad vida de los vecinos”, expresó. “No se avasalló el interés del empresariado, se priorizó el bien mayor. Queremos cuidar las fuentes de trabajo, pero la producción debe adecuarse y ser sustentable”, agregó. Explicó que la restricción de las bolsas debe complementarse con otras acciones, como el propiciar los cambios de conductas. “Las observaciones de Noguera tendrán que sopesarlas sus vecinos y votantes. No queremos entrar en conflicto con otras jurisdicciones, sino todo lo contrario”, aseguró.
El concejal Roberto Ávila (PRO-Cambiemos), autor de la ordenanza, consignó que la medida forma parte de un proceso. “No es una norma aislada. Se dispusieron una serie de campañas sobre la separación en origen y a la recolección diferenciada. El cambio cultural que se propone no puede ser catalogado como un fracaso, son ignorantes e irresponsables quienes plantean este tipo de críticas”, remarcó. “Hay funcionarios que responden a determinados sectores económicos. En lugar de objetar las medidas deberían instar a un compromiso de responsabilidad social empresaria”, subrayó.
Mariano Campero, intendente de Yerba Buena, reconoció que la ordenanza es cuestionable y adelantó que llamará a Noguera para acordar un encuentro con los empresarios. “Las ciudades de vanguardia llevaron adelante iniciativas como esta”, expresó. Explicó que no es una medida aislada en su municipio, sino que tiene que ver con un proceso de recuperar la identidad de “ciudad jardín”. Mencionó que están desarrollando, en ese contexto, separación de residuos en puntos de la ciudad y capacitando a empleados en la generación de productos, como ladrillos ecológicos, a partir de materiales reciclados.
“No estamos en contra de la industria, al contrario. Como municipio estamos viendo cómo adquirir bolsas de colores para la separación domiciliaria, quizás hasta podemos avanzar con los empresarios del sector en esto”, concluyó.
Las ordenanzas limitaron la entrega de bolsas de polietileno que no son oxo-biodegradables (se degradan en pocos años, en vez de en siglos).
Los empresarios del plástico afirmaron que hubo una caída de las ventas por la mala comunicación de los alcances. Noguera, por su parte, había considerado que se afectaban las fuentes de trabajo por una medida que no había resultado en otros sitios del mundo. “Las bolsas no ensucian, ensucia la gente”, había graficado.
El secretario de Gobierno capitalino, Walter Berarducci, consideró que las quejas son entendibles. “La normativa prevé un plazo de 120 días para no usar las bolsas (se cumple en enero). Es un tiempo prudencial, pueden plantear políticas de reconversión. Las bolsas oxo-biodegradables están permitidas en la ciudad. La política municipal no es eliminar empleo ni ir en contra de la producción. Pero hay un interés superior al sectorial por el que se debe velar: mejorar la calidad vida de los vecinos”, expresó. “No se avasalló el interés del empresariado, se priorizó el bien mayor. Queremos cuidar las fuentes de trabajo, pero la producción debe adecuarse y ser sustentable”, agregó. Explicó que la restricción de las bolsas debe complementarse con otras acciones, como el propiciar los cambios de conductas. “Las observaciones de Noguera tendrán que sopesarlas sus vecinos y votantes. No queremos entrar en conflicto con otras jurisdicciones, sino todo lo contrario”, aseguró.
El concejal Roberto Ávila (PRO-Cambiemos), autor de la ordenanza, consignó que la medida forma parte de un proceso. “No es una norma aislada. Se dispusieron una serie de campañas sobre la separación en origen y a la recolección diferenciada. El cambio cultural que se propone no puede ser catalogado como un fracaso, son ignorantes e irresponsables quienes plantean este tipo de críticas”, remarcó. “Hay funcionarios que responden a determinados sectores económicos. En lugar de objetar las medidas deberían instar a un compromiso de responsabilidad social empresaria”, subrayó.
Mariano Campero, intendente de Yerba Buena, reconoció que la ordenanza es cuestionable y adelantó que llamará a Noguera para acordar un encuentro con los empresarios. “Las ciudades de vanguardia llevaron adelante iniciativas como esta”, expresó. Explicó que no es una medida aislada en su municipio, sino que tiene que ver con un proceso de recuperar la identidad de “ciudad jardín”. Mencionó que están desarrollando, en ese contexto, separación de residuos en puntos de la ciudad y capacitando a empleados en la generación de productos, como ladrillos ecológicos, a partir de materiales reciclados.
“No estamos en contra de la industria, al contrario. Como municipio estamos viendo cómo adquirir bolsas de colores para la separación domiciliaria, quizás hasta podemos avanzar con los empresarios del sector en esto”, concluyó.
Las ordenanzas limitaron la entrega de bolsas de polietileno que no son oxo-biodegradables (se degradan en pocos años, en vez de en siglos).
Los empresarios del plástico afirmaron que hubo una caída de las ventas por la mala comunicación de los alcances. Noguera, por su parte, había considerado que se afectaban las fuentes de trabajo por una medida que no había resultado en otros sitios del mundo. “Las bolsas no ensucian, ensucia la gente”, había graficado.