07 Octubre 2016
A SUS ÓRDENES. Aunque el viaje fue largo, Del Potro se tomó el tiempo para satisfacer los pedidos de sus admiradores. foto de @Tsobretenis / twitter
BUENOS AIRES.- Se nota que Juan Martín Del Potro vive un momento especial. Para que cientos de hinchas de un país ajeno reciban a un jugador es porque ese tenista tocó sus corazones. Es inevitable no emocionarse con lo que el tandilense logró en los últimos meses. Y esas sensaciones no tienen nacionalidad alguna. Del Potro llegó a Shanghai, China, y sus habitantes no dudaron en recibirlo.
Del Potro se detuvo para cumplir sus deseos. Él se conmovió, como ellos también se conmovieron con sus últimas actuaciones. Banderas argentinas portadas por personas de rasgos asiáticos, celulares que fotografiaban hasta su espalda y marcadores que eran agitados de un lado a otro para pedirle un autógrafo, fue la escena.
No se apresuró por tomar un rápido camino al descanso después de un viaje complicado. El tandilense llegó a China vía Frankfurt, Alemania. Ese primer tramo del vuelo, desde Buenos Aires hacia la ciudad alemana, “fue de los feos, con gente estresada por fuerte turbulencia debido a una tormenta que el radar no había detectado”, según contó Jorge Viale, encargado de la comunicación de Del Potro.
Mantenerse es la meta
Ese recibimiento es consecuencia de su importante aporte en el histórico triunfo y el pasaje a la final de Copa Davis con el equipo argentino ante Gran Bretaña en Glasgow. También tiene fundamentos en la inolvidable actuación en los Juegos de Río, donde se quedó con la medalla de plata y además en su arribo a los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos.
Con la intención de mantener ese rendimiento es que Del Potro encarará tres torneos sobre canchas rápidas: además del Masters 1000 chino al que fue invitado especialmente, jugará en Estocolmo, Suecia, y en la ciudad suiza de Basilea, donde ganó en 2013. Si todo sale bien, después realizará una buena puesta a punto de cara a la final de Copa Davis ante Croacia en Zagreb, en noviembre.
El Masters 1000 de Shanghai será el décimo torneo de Del Potro en el año, después de su regreso en el ATP de Delray Beach, Estados Unidos, en febrero pasado. (DyN-Especial)
Del Potro se detuvo para cumplir sus deseos. Él se conmovió, como ellos también se conmovieron con sus últimas actuaciones. Banderas argentinas portadas por personas de rasgos asiáticos, celulares que fotografiaban hasta su espalda y marcadores que eran agitados de un lado a otro para pedirle un autógrafo, fue la escena.
No se apresuró por tomar un rápido camino al descanso después de un viaje complicado. El tandilense llegó a China vía Frankfurt, Alemania. Ese primer tramo del vuelo, desde Buenos Aires hacia la ciudad alemana, “fue de los feos, con gente estresada por fuerte turbulencia debido a una tormenta que el radar no había detectado”, según contó Jorge Viale, encargado de la comunicación de Del Potro.
Mantenerse es la meta
Ese recibimiento es consecuencia de su importante aporte en el histórico triunfo y el pasaje a la final de Copa Davis con el equipo argentino ante Gran Bretaña en Glasgow. También tiene fundamentos en la inolvidable actuación en los Juegos de Río, donde se quedó con la medalla de plata y además en su arribo a los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos.
Con la intención de mantener ese rendimiento es que Del Potro encarará tres torneos sobre canchas rápidas: además del Masters 1000 chino al que fue invitado especialmente, jugará en Estocolmo, Suecia, y en la ciudad suiza de Basilea, donde ganó en 2013. Si todo sale bien, después realizará una buena puesta a punto de cara a la final de Copa Davis ante Croacia en Zagreb, en noviembre.
El Masters 1000 de Shanghai será el décimo torneo de Del Potro en el año, después de su regreso en el ATP de Delray Beach, Estados Unidos, en febrero pasado. (DyN-Especial)
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