Un correcto Burton; no el mejor Burton

Un correcto Burton; no el mejor Burton
08 Octubre 2016

MISS PEREGRINE Y LOS NIÑOS PECULIARES

Calificación: Buena

Origen: EEUU, 2016. Dirección: Tim Burton. CON: Asa Butterfield, Eva Green, Ella Purnell, Samuel Jackson. Guión: Jane Goldman, basado en la novela de Ransom Riggs. música: Michael Higham y Matthew Margeson. Fotografía: Bruno Delbonnel. Cines: Atlas, Cinemacenter, Cines del Solar, Sunstar.

Miss Peregrine (Eva Green -foto-) llora mientras estruja contra su pecho al niño del ático. Es en realidad un cadáver incorrupto -salvo porque carece de ojos-, que yace para siempre en una cama blanquísima. Esos momento de clásica e inquietante belleza burtoniana no abundan en la película. Los hay, pero aparecen con forma de chispazos creativos. Será porque el problema del cine de Tim Burton es el cine de Tim Burton. Quedó tan alta la vara de sus mejores obras que de “Miss Peregrine y los niños peculiares” cabía esperar más, básicamente por la formidable naturaleza del relato. Es un correcto Burton, no el mejor Burton y eso viene notándose en buena parte de su producción.

Un poco freaks, un poco X-Kids, los chicos peculiares del título viven cobijados por Miss Peregrine en lo profundo de una isla galesa. Todos tienen diferentes y sorprendentes habilidades sobrenaturales. Hasta allí llega Jake (Asa Butterfield, el inolvidable Hugo Cabret, hoy más jovencito que adolescente), decidido a averiguar por qué murió su abuelo. Lo primero que descubre es que Miss Peregrine y compañía viven atrapados en un bucle temporal: todos los días se repite el 3 de septiembre de 1943. No es un capricho, sino un sistema de protección, porque fuerzas espantosas se mantienen al acecho.

El de la manipulación del tiempo, sus paradojas y consecuencias, es uno de los temas centrales de la película. También obliga a Burton a un esfuerzo explicativo extra que no colabora con la fluidez de la narración. La construcción de los personajes, que son varios y muy ricos, están resueltos con maestría desde lo visual. Es el sello de fábrica infalible.

Entre las críticas que recibió -y que le caben- a “Miss Peregrine...” figura el exceso de efectos digitales empleados por Burton. El miniejército de esqueletos que Enoch (Finlay MacMillan) manda a la batalla es todo un homenaje al gran Ray Harryhausen. Pura nostalgia, y esa también es una marca de fábrica.

La exitosa novela de Ramson Riggs habilitó la creación de una vasta imaginería visual y emocional. Burton no falla en lo primero, pero -extraño en él- deja la sensación de que Miss Peregrine, sus niños, el abuelo que juega Terence Stamp, Judi Dench -de paso fugaz por la historia- y el villano encarnado por Samuel L. Jackson daban para sumergirse en profundidades mucho mayores.

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