19 Octubre 2016
CUSTODIOS. Personal de Homicidios en el lugar donde ocurrió el crimen. la gaceta / foto de DIEGO ARáOZ
El 26 de septiembre, LA GACETA publicó una nota en la que se informaba que un padre y su hijo habían terminado en el hospital luego de haberse enfrentado a cuchillazos. Según se supo en ese momento, el hombre había intentado agredir a su mujer y el hijo de ambos lo había evitado. Tres semanas después de ese hecho, ella fue asesinada, el hombre quedó aprehendido y el hijo de la pareja, deshecho en la puerta del sanatorio Galeno, envuelto en el llanto más amargo de su vida.
Claudia Lizárraga, de 42 años, vivía en la zona sur de la capital y trabajaba en Barrio Jardín. Su agresor lo sabía y la esperó en la esquina de Necochea y España, frente a la plaza de la zona. Testigos lo vieron allí desde temprano. Cuando la vio pasar, alrededor de las 17.30, el hombre le pegó con un palo y luego la apuñaló dos veces en el abdomen. Cuando el agresor quiso escapar por la calle Necochea hacia el sur, se encontró de frente con un policía que lo apuntó con su pistola y le hizo arrojar el cuchillo. Con la ayuda de un efectivo que suele tener parada en la plaza, lo redujo. Al llevarlo a la comisaría 6° supieron que era Víctor Hugo Argañaraz, un hombre de 56 años que había sido pareja de la víctima.
“Venía para el gimnasio y vi un cuerpo tirado. Más allá tenían a un hombre reducido y había un grupo grande de personas que lo quería matar a patadas”, contó Omar Abdelamide, un testigo.
A los pocos segundos del ataque, los efectivos de la División Homicidios -que está ubicada a metros del lugar- subieron a la mujer a un móvil y la llevaron hasta el sanatorio Galeno. Las puñaladas habían herido órganos vitales. No resistió mucho tiempo luego de su ingreso y perdió la vida.
La foto
Sobre una moto estacionada afuera del sanatorio, dos jóvenes se abrazaban y lloraban en silencio. Eran los hijos de la mujer fallecida y del hombre que se encuentra aprehendido por el asesinato. “Ustedes hace unas semanas sacaron esto”, mostró uno de los jóvenes a LA GACETA.
En su celular tenía una foto del recorte de la nota que había salido a fines de septiembre. Pese a que no dio su nombre, el más grande de los muchachos contó que él había sido el que se había enfrentado a cuchillazos con su padre en aquella ocasión. “Él siempre le pegó a mi mamá”, sostuvo. Luego prefirió no decir nada más. El dolor le impedía hablar.
El crimen quedó en manos de Homicidios, a cargo de los comisarios Hugo Cabezas y César Juárez. Si bien se cree que el caso está prácticamente esclarecido -hay testigos que apuntaron contra Argañaraz como el homicida- la principal tarea que tendrán ahora los investigadores será bucear en montones de papeles en Tribunales y en las comisarías.
La mujer en su cartera tenía la denuncia que había realizado en contra de su marido el 27 de septiembre en la seccional 4°. Fuentes policiales confirmaron que la causa fue remitida a la Justicia, pero que nunca se ordenó que se realizaran medidas.
Claudia Lizárraga, de 42 años, vivía en la zona sur de la capital y trabajaba en Barrio Jardín. Su agresor lo sabía y la esperó en la esquina de Necochea y España, frente a la plaza de la zona. Testigos lo vieron allí desde temprano. Cuando la vio pasar, alrededor de las 17.30, el hombre le pegó con un palo y luego la apuñaló dos veces en el abdomen. Cuando el agresor quiso escapar por la calle Necochea hacia el sur, se encontró de frente con un policía que lo apuntó con su pistola y le hizo arrojar el cuchillo. Con la ayuda de un efectivo que suele tener parada en la plaza, lo redujo. Al llevarlo a la comisaría 6° supieron que era Víctor Hugo Argañaraz, un hombre de 56 años que había sido pareja de la víctima.
“Venía para el gimnasio y vi un cuerpo tirado. Más allá tenían a un hombre reducido y había un grupo grande de personas que lo quería matar a patadas”, contó Omar Abdelamide, un testigo.
A los pocos segundos del ataque, los efectivos de la División Homicidios -que está ubicada a metros del lugar- subieron a la mujer a un móvil y la llevaron hasta el sanatorio Galeno. Las puñaladas habían herido órganos vitales. No resistió mucho tiempo luego de su ingreso y perdió la vida.
La foto
Sobre una moto estacionada afuera del sanatorio, dos jóvenes se abrazaban y lloraban en silencio. Eran los hijos de la mujer fallecida y del hombre que se encuentra aprehendido por el asesinato. “Ustedes hace unas semanas sacaron esto”, mostró uno de los jóvenes a LA GACETA.
En su celular tenía una foto del recorte de la nota que había salido a fines de septiembre. Pese a que no dio su nombre, el más grande de los muchachos contó que él había sido el que se había enfrentado a cuchillazos con su padre en aquella ocasión. “Él siempre le pegó a mi mamá”, sostuvo. Luego prefirió no decir nada más. El dolor le impedía hablar.
El crimen quedó en manos de Homicidios, a cargo de los comisarios Hugo Cabezas y César Juárez. Si bien se cree que el caso está prácticamente esclarecido -hay testigos que apuntaron contra Argañaraz como el homicida- la principal tarea que tendrán ahora los investigadores será bucear en montones de papeles en Tribunales y en las comisarías.
La mujer en su cartera tenía la denuncia que había realizado en contra de su marido el 27 de septiembre en la seccional 4°. Fuentes policiales confirmaron que la causa fue remitida a la Justicia, pero que nunca se ordenó que se realizaran medidas.
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Violencia de género
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