30 Octubre 2016
GOL VISITANTE. Boca abrió el marcador, pero los tucumanos ajustaron líneas y ganaron.
Se acercaba la hora del inicio. El equipo de la Federación ingresó al campo de juego y esperó a su contrincante, que no aparecía. Volvieron a los vestuarios. A la media hora llegó al Monumental de Atlético el visitante, Boca, que ingresó velozmente.
Corría el 18 de octubre de 1936. Por la Federación formaban Escalante; Frías y Medina; López Islas, Chividini y González; Balderrama, Penella, Loto, Cisterna y Borque. Los auriazules, con Yustrich; Wilson y Marante; Cuenya, Amgeletti y Suárez; D’Agostino, González, Alfonso, Sanz y Orsi. La multitud, más de 12.000 asistentes, colmó el estadio y hasta partes del campo de juego.
Poco después de las 16.20, el árbitro Martín Duarte dio el pitazo inicial. Los primeros 15 minutos fueron de dominio alternativo y con peligro en ambas vallas, con leve ventaja boquense. Alfonso abre el marcador para la visita. Silencio en las tribunas. Los tucumanos intentan empatar, pero es en vano. A los 32’, Alonso logra el segundo gol boquense. Todo parecía ser para los de la Ribera. A los 42’, Cisterna pone el encuentro 2 a 1. Un minuto después Balderrama logra el empate. Llega el descanso. La multitud festeja.
Comienza el segundo tiempo. A los 7’ Borque logra el 3 a 2 para los locales. Más festejos en las tribunas. Las jugadas siguen, con leve dominio local. Hasta que, a los 29’, Penella supera a Marante con un sombrerito, y enfila para marcar cuando el defensor lo traba. Penal cobra el árbitro. La pena no es aceptada por los visitantes y el público entra en la cancha. El referí quiere abandonar el campo, pero los locales lo disuaden. Tras 6’ de suspensión y con la intervención del entrenador boquense, Mario Fortunato, sus jugadores aceptan que se haga el disparo. Penella convierte y los locales se ponen 4 a 2 arriba. Según la crónica de entonces, “una vez convertido el goal, los jugadores de Boca se reunieron a un costado del field y luego de dar las hurras, abandonaron la cancha, en tanto que el público sacaba en andas a los players locales”. De tal manera que, faltando 15 minutos, Boca abandona el partido, molesto por las decisiones del juez del encuentro. A la requisitoria de LA GACETA respondió el representante Julio Caronni, quien había elegido al árbitro Duarte. “Lejos estaba de suponer que iba a hacer jugar como lo hizo”, dijo, y agregó: “ustedes lo vieron. El referée estuvo muy mal. Le falta carácter, le faltan condiciones para dirigir un encuentro como el que tenía que dirigir”. Del público habló maravillas y aseguró: “Boca volverá las veces que sea invitado y que la afición lo desee”. Sin embargo se quejó del calor, y por eso dijo que volverían en invierno. No obstante reconoció que tres tantos tucumanos habían sido inobjetables. El técnico Fortunato criticó duramente al árbitro: lo tildó de localista y de que “fue muy flojo con los offsides del wing derecho tucumano”. Además fue duro con el arbitraje local: “yo tenía informes de que los referées tucumanos eran muy localistas, pero no lo creía del todo”. Aunque reconoció que no le había sucedido en otras oportunidades.
Pese a disculparse por haber abandonado el partido, pidió comprensión por la decisión “por las circunstancias en que hemos actuado”. También se quejó del calor, porque no les permitió dormir y porque tres jugadores habían sufrido insolación.
Exceso policial
LA GACETA criticó la actitud de la Policía Montada que, ante la invasión del campo y si tener en cuenta la gran cantidad de público (había mujeres y niños) arremetió contra la multitud. Una actitud “tan desusada como tan grosera y peligrosa”, que generó la reacción de algunos hinchas. Luego todo volvió a la calma, cuando fueron retirados algunos efectivos.
Corría el 18 de octubre de 1936. Por la Federación formaban Escalante; Frías y Medina; López Islas, Chividini y González; Balderrama, Penella, Loto, Cisterna y Borque. Los auriazules, con Yustrich; Wilson y Marante; Cuenya, Amgeletti y Suárez; D’Agostino, González, Alfonso, Sanz y Orsi. La multitud, más de 12.000 asistentes, colmó el estadio y hasta partes del campo de juego.
Poco después de las 16.20, el árbitro Martín Duarte dio el pitazo inicial. Los primeros 15 minutos fueron de dominio alternativo y con peligro en ambas vallas, con leve ventaja boquense. Alfonso abre el marcador para la visita. Silencio en las tribunas. Los tucumanos intentan empatar, pero es en vano. A los 32’, Alonso logra el segundo gol boquense. Todo parecía ser para los de la Ribera. A los 42’, Cisterna pone el encuentro 2 a 1. Un minuto después Balderrama logra el empate. Llega el descanso. La multitud festeja.
Comienza el segundo tiempo. A los 7’ Borque logra el 3 a 2 para los locales. Más festejos en las tribunas. Las jugadas siguen, con leve dominio local. Hasta que, a los 29’, Penella supera a Marante con un sombrerito, y enfila para marcar cuando el defensor lo traba. Penal cobra el árbitro. La pena no es aceptada por los visitantes y el público entra en la cancha. El referí quiere abandonar el campo, pero los locales lo disuaden. Tras 6’ de suspensión y con la intervención del entrenador boquense, Mario Fortunato, sus jugadores aceptan que se haga el disparo. Penella convierte y los locales se ponen 4 a 2 arriba. Según la crónica de entonces, “una vez convertido el goal, los jugadores de Boca se reunieron a un costado del field y luego de dar las hurras, abandonaron la cancha, en tanto que el público sacaba en andas a los players locales”. De tal manera que, faltando 15 minutos, Boca abandona el partido, molesto por las decisiones del juez del encuentro. A la requisitoria de LA GACETA respondió el representante Julio Caronni, quien había elegido al árbitro Duarte. “Lejos estaba de suponer que iba a hacer jugar como lo hizo”, dijo, y agregó: “ustedes lo vieron. El referée estuvo muy mal. Le falta carácter, le faltan condiciones para dirigir un encuentro como el que tenía que dirigir”. Del público habló maravillas y aseguró: “Boca volverá las veces que sea invitado y que la afición lo desee”. Sin embargo se quejó del calor, y por eso dijo que volverían en invierno. No obstante reconoció que tres tantos tucumanos habían sido inobjetables. El técnico Fortunato criticó duramente al árbitro: lo tildó de localista y de que “fue muy flojo con los offsides del wing derecho tucumano”. Además fue duro con el arbitraje local: “yo tenía informes de que los referées tucumanos eran muy localistas, pero no lo creía del todo”. Aunque reconoció que no le había sucedido en otras oportunidades.
Pese a disculparse por haber abandonado el partido, pidió comprensión por la decisión “por las circunstancias en que hemos actuado”. También se quejó del calor, porque no les permitió dormir y porque tres jugadores habían sufrido insolación.
Exceso policial
LA GACETA criticó la actitud de la Policía Montada que, ante la invasión del campo y si tener en cuenta la gran cantidad de público (había mujeres y niños) arremetió contra la multitud. Una actitud “tan desusada como tan grosera y peligrosa”, que generó la reacción de algunos hinchas. Luego todo volvió a la calma, cuando fueron retirados algunos efectivos.
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