A 56 años del nacimiento de Maradona

El histórico 10 está de festejo y su historia aún perdura en la memoria.

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30 Octubre 2016

Barrio pobre, noroeste de Lanús en el gran Buenos Aires, conocido como Villa Fiorito. Casas bajas, calles de tierra, hace 56 años nacía Diego Armando Maradona. Hijo de Diego y Dalma Franco. Era domingo. Primer varón, cuarto hijo (siete hermanos, entre ellos Raúl y Hugo, más tarde jugador de Primera), nació en la Argentina que gobernaba un académico, el doctor Arturo Frondizi.

Un mundo que vivía la llamada "Guerra Fría", entre Estados Unidos y la Unión Soviética, grandes potencias triunfadoras en la Segunda Guerra Mundial y sus 45 millones de muertos. Un tiempo de experiencias en el espacio. Los rusos mandaban la perrita Laika al espacio y un año antes Fidel Castro y Ernesto Che Guevara llegaban a La Habana, triunfantes.

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Habían iniciado la "guerrilla revolucionaria" tres años antes. "Guerra de guerrillas" consagrada en la generación de jóvenes de toda Latinoamérica. Diego nació en una villa poblada de familias e hijos de inmigrantes. Sobraban "potreros" y promesas en el arte de la redonda.

A los 9 años, el prodigio conocido como "Pelusa" asombraba a todos en Fiorito, partido de Lomas de Zamora. La casa donde nació, luego, fue habitada por una familia de cartoneros. Cuenta la leyenda que Francisco Cornejo, detector de talentos en Argentinos, recibió el dato de un pibe, Gregorio "Goyo" Carrizo, que se destacaba en Fiorito. Quiso conocerlo y un sábado, fines del '69, con un amigo que tenía una camioneta Rastrojero -Francis no sabía manejar- fueron a verlo.

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El "Goyo" se destacó esa tarde "pero un Enano, con rulos, nos impactó", dijo Cornejo después. Lo demás es conocido. Francis (murió hace 10 años, solo, olvidado, en un departamento dos ambientes que alquilaba a dos cuadras de Plaza Once con los 2.000 pesos que le pasaba Argentinos) lo llevó a Los Cebollitas, el equipo infantil de los sueños.

En 1973-74 Argentinos vivió un cuento de Walt Disney. Los Cebollitas estuvieron 136 partidos sin perder. En Embalse Río Tercero, en los Juegos Infantiles Evita y Hombre Nuevo, Dieguito descolló. El "Negro" Luis Hernández, periodista del diario Crónica, contó la anécdota de cuando un equipo de La Rioja le quitó el invicto a Los Cebollitas y el genio lloró. El enviado del diario metropolitano rescató un diálogo. El capitán de los riojanos con la Copa se acercó a Diego, con medalla. "No llores. Les ganamos el partido pero vos vas a ser el mejor jugador del mundo", anticipó el defensor -luego empleado bancario- en el '73 Hernández, fallecido hace cuatro años, a los 68, acuñó aquello como su mejor nota luego de 40 años de periodismo, la mitad de ese tiempo acreditado en la AFA.

Tras el regreso de Córdoba, la familia Cysterpiller -Jorge amigo de la infancia de Diego- lo protegió en La Paternal, en épocas en la que Maradona hacía maravillas en los entretiempos como alcanza pelota. En agosto del '75 deslumbró en Vélez, en el entretiempo, cuando River se consagró campeón después de 18 años contra Argentinos, jugando ambos con la cuarta división por una huelga de Agremiados. Ganó River (gol de Rubén Bruno) y alcanzó el título. Esa noche de mucho frío Diego Maradona enloqueció a todos.

Se cuenta que Rafael Aragón Cabrera, presidente de River, hizo una propuesta por el "Chico 10", de rulos y apenas 15 años. El destino marcó otra cosa. Diego terminó en Boca, algo parecido a los que ocurrió 20 años más tarde cuando dirigentes de River fueron a buscar a Juan Román Riquelme el crack del club Parque.

El resto de la historia es más que conocida y todo eso retumba en los futboleros de hoy, a 56 años del nacimiento del Diego. (Télam-Especial)

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