28 Noviembre 2016
ACTO OFICIAL. Macri, durante el anuncio de nuevas inversiones de una de las automotrices. FOTO DE TÉLAM.
La economía argentina experimentará un gran repunte en los próximos años, de acuerdo con los pronósticos difundidos hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El organismo internacional prevé así un crecimiento de 2,9% en 2017 y 3,4% en 2018.
Por el contrario, la actividad cerrará este año en negativo (-1,7 %), una caída que el gobierno de Mauricio Macri no logrará evitar con las medidas adoptadas, según el informe semestral de Perspectivas publicado por la OCDE.
En 2016, la actividad sigue en contracción, afectada por la ralentización del consumo y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, aunque se han registrado mejoras significativas en la confianza empresarial, indicó el trabajo.
Esta reconstrucción de la confianza obedece, a su juicio, a la reforma de la agencia nacional de estadísticas, lo que ha reforzado su credibilidad y permitido al banco central fijar objetivos de inflación.
La actual contracción económica que sufre el país responde, asimismo, a la debilitada demanda externa y a los bajos precios globales de los productos básicos agrícolas y, en especial, a la profunda recesión que sufre Brasil, que ha repercutido en las exportaciones, sobre todo del sector automovilístico.
El organismo, con sede en París, consideró que el impacto de las reformas y los cambios en política económica comenzará a notarse, de manera ostensible, en 2017, lo que permitirá bajar la tasa de desempleo de su actual nivel por encima de 9%.
También prevé que la inflación descenderá de manera gradual, ayudada por tasas de interés. Pese a todo, la OCDE recordó que el Gobierno nacional dispone de poco margen fiscal para promover el crecimiento, debido al gran déficit presupuestario, por lo que llamó a que la anunciada consolidación fiscal será gradual para evitar que tenga repercusiones sociales.
Los autores del informe prevén que existe espacio para reducir la presión fiscal sobre las empresas, a través de un sistema recaudatorio más eficiente. Además, instaron al Gobierno a reducir los aranceles al comercio, así como a redirigir sus prioridades de gasto a la inversión pública.
Los riesgos que acechan al país podrían derivar, según la OCDE, de un entorno externo desfavorable y de los desafíos domésticos, ya que las presiones inflacionarias podrían necesitar de una política monetaria más restrictiva, lo que retrasaría la recuperación.
En términos generales, la OCDE revisó ligeramente al alza las perspectivas económicas de buena parte de sus países miembros y de las grandes economías emergentes en 2017, aunque insistió en la necesidad de un estímulo fiscal, especialmente en la Eurozona.
Por el contrario, la actividad cerrará este año en negativo (-1,7 %), una caída que el gobierno de Mauricio Macri no logrará evitar con las medidas adoptadas, según el informe semestral de Perspectivas publicado por la OCDE.
En 2016, la actividad sigue en contracción, afectada por la ralentización del consumo y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, aunque se han registrado mejoras significativas en la confianza empresarial, indicó el trabajo.
Esta reconstrucción de la confianza obedece, a su juicio, a la reforma de la agencia nacional de estadísticas, lo que ha reforzado su credibilidad y permitido al banco central fijar objetivos de inflación.
La actual contracción económica que sufre el país responde, asimismo, a la debilitada demanda externa y a los bajos precios globales de los productos básicos agrícolas y, en especial, a la profunda recesión que sufre Brasil, que ha repercutido en las exportaciones, sobre todo del sector automovilístico.
El organismo, con sede en París, consideró que el impacto de las reformas y los cambios en política económica comenzará a notarse, de manera ostensible, en 2017, lo que permitirá bajar la tasa de desempleo de su actual nivel por encima de 9%.
También prevé que la inflación descenderá de manera gradual, ayudada por tasas de interés. Pese a todo, la OCDE recordó que el Gobierno nacional dispone de poco margen fiscal para promover el crecimiento, debido al gran déficit presupuestario, por lo que llamó a que la anunciada consolidación fiscal será gradual para evitar que tenga repercusiones sociales.
Los autores del informe prevén que existe espacio para reducir la presión fiscal sobre las empresas, a través de un sistema recaudatorio más eficiente. Además, instaron al Gobierno a reducir los aranceles al comercio, así como a redirigir sus prioridades de gasto a la inversión pública.
Los riesgos que acechan al país podrían derivar, según la OCDE, de un entorno externo desfavorable y de los desafíos domésticos, ya que las presiones inflacionarias podrían necesitar de una política monetaria más restrictiva, lo que retrasaría la recuperación.
En términos generales, la OCDE revisó ligeramente al alza las perspectivas económicas de buena parte de sus países miembros y de las grandes economías emergentes en 2017, aunque insistió en la necesidad de un estímulo fiscal, especialmente en la Eurozona.
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