Tucumán tendrá su propio sistema de monitoreo educativo durante 2017

Frente a la polémica por la exclusión de Argentina en las pruebas PISA (no así de la Ciudad de Buenos Aires), el ministro de Educación Juan Pablo Lichtmajer se encolumnó rápidamente detrás de su par nacional, Esteban Bullrich: “fue un error técnico”, dijeron ambos. Pero el tucumano fue más allá y zanjó la discusión con un nuevo anuncio: Tucumán tendrá su propia evaluación. De modo que la Provincia se someterá a tres pruebas educativas: una local (que comenzará en 2017), otra nacional (“Argentina Aprende”, cuya primera edición se tomó este año) y la internacional PISA (a la que espera que el país vuelva en 2018).

“Tenemos que crear la cultura de la evaluación”, afirmó el ministro Lichtmajer, para quien el monitoreo es “uno de los factores esenciales de una política de calidad, pero no el único”, aclaró.

“Que la Argentina haya quedado excluida de la prueba PISA es una mala noticia - reconoció - pero debemos trabajar para volver a estar en 2018. Desde Tucumán vamos a sumar para que así sea. De la misma forma en que hemos encarado este año el programa Argentina Aprende, vamos a poner en práctica una evaluación provincial. Que para nada tiene un sentido punitorio, ni tampoco queremos generar una competitividad mal entendida, por el contrario queremos motivar, incentivar a tratar de alcanzar una mejor preparación de nuestros alumnos y docentes, y en ese sentido, una mayor exigencia”, indicó.

Lichtmajer adelantó a LA GACETA que la nueva evaluación provincial se diseña en el marco de la nueva Dirección de Calidad Educativa, creada durante su gestión, que tendrá un área de Estadísticas y otra de monitoreo permanente. “Será un espacio permanente y dinámico de construcción de indicadores para poder hacer un seguimiento, y corregir el rumbo si es necesario, por eso hablo de una cultura de la evaluación”, explicó el ministro.

La nueva herramienta provincial tendrá como objetivo la medición de “contenidos, capacidades en niños y jóvenes en cuanto procesos de aprendizaje. Es importante que pueda haber un muestreo representativo, que permita evaluar las distintas realidades porque no es lo mismo el contexto de un niño que va a una escuela de la alta montaña que otra del centro”, ejemplificó. Es decir que también se hará una evaluación del contexto.

Del mismo modo, consideró que tener tres evaluaciones será una ventaja para la gestión educativa porque permitirá ampliar la mirada, realizar “una conjugación de las perspectivas interna, nacional e internacional”.

Combinar perspectivas

En cuanto a la polémica nacional sobre responsabilidades en torno a la exclusión de la Argentina en las pruebas PISA, Lichtmajer opinó que “no hay ninguna presunción de mala fe por parte de la Argentina, se habla de un error técnico, y como tal se puede subsanar, y es importante que así se haga”.

“Es importante volver a las PISA, estar presente en la evaluación internacional, hacer un diálogo con las de orden nacional y provincial”. Si bien aclaró que “no creo que la construcción de un ránking sea la manera más adecuada de pensar la calidad educativa la vez estoy a favor de las pruebas estandarizadas pero creo hay que combinar distintas perspectivas”. “La información estadística debe servir para fortalecer los procesos de desarrollo institucional, de las propias escuelas, pero también debe ayudar a mejorar la educación de los alumnos y a tomar mejores decisiones a los que estamos en ese nivel”, indicó.

A través de la Dirección de Calidad Educativa se anunciará el año que viene la implementación del monitoreo local, “para que pueda enriquecer la prueba nacional”, indicó. “Cada evaluación nos dará una mirada desde una perspectiva, que a su vez nos puede aportar una mirada distinta de la educación”, concluyó.

¿Qué son las PISA?

PISA es la sigla en inglés del informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Programme for International Student Assessment) que se realiza cada tres años. Incluye a más de 65 países con el fin de determinar un ránking. Este informe es llevado a cabo por la a Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se encarga de la realización de pruebas estandarizadas a estudiantes de 15 años en ciencias, matemática y lectura. El sistema se aplica a nivel mundial desde el año 2000 y sirve de medición para comprar resultados y sistemas.