07 Diciembre 2016
MITIN “K”. Verónica Magario, intendenta de La Matanza, ayer junto a Rojkés. la gaceta / fotos de antonio ferroni
Fue una de las primeras personalidades políticas en llegar al Hotel Hilton. Se sentó en uno de los sillones del bar junto a su asistente y pidió un té para tomar. Pero la serenidad que mostraba se cortó abruptamente cuando se le requirió una valoración sobre la gestión del presidente Mauricio Macri. En ese momento, Beatriz Rojkés de Alperovich levantó el tono de voz y se mostró enérgica.
“Lamentablemente, está pasando lo que avisamos en la campaña que iba a pasar si ganaba Macri. Se dio exactamente lo que decíamos. Deberíamos pensar en lo que se dice y en lo que se hace: ellos vinieron con un discurso de honestidad y transparencia y comenzaron con una gran mentira. Asistimos a un debate que no fue debate, sino una sucesión de eslogans y frases hechas. Eso atrajo a la gente”, señaló la titular del PJ tucumano.
Mientras en uno de los salones se realizaba el plenario de la Zicosur, Rojkés departió con la intendente de La Matanza, la kirchnerista Verónica Magario. Ella había llegado junto a Fernando Espinoza, ex jefe municipal de ese partido y actual presidente del PJ bonaerense. “Lo que veo -prosiguió Rojkés- es la repercusión que tiene (la política del Gobierno nacional) en la gente, y no es bueno: la cantidad de despidos, el desfinanciamiento del Conicet o de políticas de salud que a nivel mundial nos daban prestigio. Se está gobernando para un grupo de poderosos”. Y se refirió a las situaciones sociales que, dice, volvieron a darse luego. “Cuando estábamos muy bien, decían que estábamos mal; y ahora que hay gente que la pasa verdaderamente muy mal, lo que transmiten los medios es que estamos muy bien. Pero hay realidades que no se tapan. Otra vez hay gente que nos viene a pedir comida, otra vez la receta, otra vez la cuenta del gas. Eso se había terminado”, dijo.
Aseveró que la crisis económica no se siente tanto en esta provincia gracias a la gestión de su marido, el senador José Alperovich. “En Tucumán estamos mejor que en otras provincias, por lo menos tuvimos la posibilidad de que el anterior gobernador dejó tres o cuatro meses de sueldo, más el aguinaldo. Hay provincias que se quedaron a cero, no previeron la continuidad y son totalmente dependientes de la Nación, y no se está mandando dinero a los distritos, salvo a las provincias amigas”, remarcó. ¿La Nación condiciona a las provincias?, se le preguntó. “Estoy convencida; es lo que estamos viendo. ¿Cuánto es lo que ha llegado a la provincia? ¿cuáles son las obras que se anunciaron y cuáles han llegado? Esto, a pesar de que tanto los senadores como los diputados han votado todo lo que la Nación pedía”, respondió.
Finalmente, se sumó a los pedidos para la liberación de Milagro Sala, la dirigente social detenida en Jujuy: “En los últimos 30 años no teníamos persecución ni presos políticos. No tuvimos reclamos por derechos humanos en el mundo; hay un gran retroceso. Lo de Jujuy es un muestrario de todo lo que no queremos. Fui senadora con el gobernador (Gerardo) Morales y era el gran defensor de la democracia, de la institucionalidad, de los DDHH; era una pinturita. Es lo que siempre decimos: el poder nos muestra cómo somos, no es que corrompe, sino que ‘deschaba’”.
“Lamentablemente, está pasando lo que avisamos en la campaña que iba a pasar si ganaba Macri. Se dio exactamente lo que decíamos. Deberíamos pensar en lo que se dice y en lo que se hace: ellos vinieron con un discurso de honestidad y transparencia y comenzaron con una gran mentira. Asistimos a un debate que no fue debate, sino una sucesión de eslogans y frases hechas. Eso atrajo a la gente”, señaló la titular del PJ tucumano.
Mientras en uno de los salones se realizaba el plenario de la Zicosur, Rojkés departió con la intendente de La Matanza, la kirchnerista Verónica Magario. Ella había llegado junto a Fernando Espinoza, ex jefe municipal de ese partido y actual presidente del PJ bonaerense. “Lo que veo -prosiguió Rojkés- es la repercusión que tiene (la política del Gobierno nacional) en la gente, y no es bueno: la cantidad de despidos, el desfinanciamiento del Conicet o de políticas de salud que a nivel mundial nos daban prestigio. Se está gobernando para un grupo de poderosos”. Y se refirió a las situaciones sociales que, dice, volvieron a darse luego. “Cuando estábamos muy bien, decían que estábamos mal; y ahora que hay gente que la pasa verdaderamente muy mal, lo que transmiten los medios es que estamos muy bien. Pero hay realidades que no se tapan. Otra vez hay gente que nos viene a pedir comida, otra vez la receta, otra vez la cuenta del gas. Eso se había terminado”, dijo.
Aseveró que la crisis económica no se siente tanto en esta provincia gracias a la gestión de su marido, el senador José Alperovich. “En Tucumán estamos mejor que en otras provincias, por lo menos tuvimos la posibilidad de que el anterior gobernador dejó tres o cuatro meses de sueldo, más el aguinaldo. Hay provincias que se quedaron a cero, no previeron la continuidad y son totalmente dependientes de la Nación, y no se está mandando dinero a los distritos, salvo a las provincias amigas”, remarcó. ¿La Nación condiciona a las provincias?, se le preguntó. “Estoy convencida; es lo que estamos viendo. ¿Cuánto es lo que ha llegado a la provincia? ¿cuáles son las obras que se anunciaron y cuáles han llegado? Esto, a pesar de que tanto los senadores como los diputados han votado todo lo que la Nación pedía”, respondió.
Finalmente, se sumó a los pedidos para la liberación de Milagro Sala, la dirigente social detenida en Jujuy: “En los últimos 30 años no teníamos persecución ni presos políticos. No tuvimos reclamos por derechos humanos en el mundo; hay un gran retroceso. Lo de Jujuy es un muestrario de todo lo que no queremos. Fui senadora con el gobernador (Gerardo) Morales y era el gran defensor de la democracia, de la institucionalidad, de los DDHH; era una pinturita. Es lo que siempre decimos: el poder nos muestra cómo somos, no es que corrompe, sino que ‘deschaba’”.
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