19 Diciembre 2016
Analistas del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) advirtieron que cumplido un año del gobierno de Mauricio Macri, la economía no logra dejar atrás la “depreflación” que es la depresión de la actividad con elevada inflación. En su informe económico mensual, los especialistas del CESO, dirigido por el economista Andrés Asiaín, consignaron que “las promesas iniciales de shock de confianza y lluvia de inversiones, seguidas por las expectativas de un próspero segundo semestre, una a una se fueron disipando hasta recibir las fiestas con casi todos los sectores económicos en franca caída”, señala el estudio publicado por el sitio iProfesional.com. “Pero no todos perdieron en este primer año de Cambiemos. Los sectores primarios ligados a los granos y oleaginosas, minerales metalíferos y de extracción de gas fueron los grandes beneficiarios de la política de precios e impuestos de la actual gestión”, sostuvieron en el análisis.
Sin embargo, manifestaron que “no alcanzan a compensar el impacto en la actividad del derrumbe de la construcción, la industria o el comercio de la mano de la menor obra pública, la crisis de Brasil y el deteriorado consumo popular”. La consecuencia es una suba del desempleo, en un contexto donde la mayor parte de los argentinos vio licuar el poder adquisitivo de sus ingresos frente a los aumentos de los precios. “Los más lastimados, sin lugar a dudas, fueron quienes ocupan la base de la pirámide social cuyos ingresos laborales perdieron casi un 20% de su valor frente a los precios, según datos del Indec”, dijeron.
Esa realidad social “se muestra con toda su crudeza en los datos de producción de la industria alimenticia. Mientras disminuyó la producción de lácteos, carnes y bebidas, se incrementó la de yerba mate”. Para la evaluación, “en los primeros meses de gobierno PRO, la política económica buscó recostarse en una alianza con el sector agro-exportador. La imposibilidad de colocar deuda en el exterior, dado el conflicto con los fondos buitres, tornaba imperiosa una negociación con los sojeros”. “Sólo la liquidación de los stocks de granos acumulados durante el último año de gestión de Cristina de Kirchner permitiría levantar las restricciones cambiarias sin que el dólar subiera fuera de control”, evaluaron.
Precisaron que la negociación dio resultado y mientras el Gobierno redujo las retenciones y avaló una suba del 45% en el valor del billete verde, los sojeros liquidaron algo más de U$S 5.000 millones en los primeros dos meses de gobierno. “El BCRA colaboró en la estabilización del mercado de cambio con la elevación de las tasas de las Lebac, garantizando que los dólares liquidados se mantuvieran en el mercado local”, recordaron.
Hacia fin de año, casi todos los indicadores de la actividad económica muestran números negativos ya que la construcción acumula una baja de más 13 puntos porcentuales y la industria de casi 5%, según el CESO. “Mientras, la inflación no parece dispuesta a retroceder y continúa por encima de la evolución de los salarios, jubilaciones y asignaciones”, añadieron, al destacar que el desempleo tocó los dos dígitos en los principales cordones industriales del país.
Sin embargo, manifestaron que “no alcanzan a compensar el impacto en la actividad del derrumbe de la construcción, la industria o el comercio de la mano de la menor obra pública, la crisis de Brasil y el deteriorado consumo popular”. La consecuencia es una suba del desempleo, en un contexto donde la mayor parte de los argentinos vio licuar el poder adquisitivo de sus ingresos frente a los aumentos de los precios. “Los más lastimados, sin lugar a dudas, fueron quienes ocupan la base de la pirámide social cuyos ingresos laborales perdieron casi un 20% de su valor frente a los precios, según datos del Indec”, dijeron.
Esa realidad social “se muestra con toda su crudeza en los datos de producción de la industria alimenticia. Mientras disminuyó la producción de lácteos, carnes y bebidas, se incrementó la de yerba mate”. Para la evaluación, “en los primeros meses de gobierno PRO, la política económica buscó recostarse en una alianza con el sector agro-exportador. La imposibilidad de colocar deuda en el exterior, dado el conflicto con los fondos buitres, tornaba imperiosa una negociación con los sojeros”. “Sólo la liquidación de los stocks de granos acumulados durante el último año de gestión de Cristina de Kirchner permitiría levantar las restricciones cambiarias sin que el dólar subiera fuera de control”, evaluaron.
Precisaron que la negociación dio resultado y mientras el Gobierno redujo las retenciones y avaló una suba del 45% en el valor del billete verde, los sojeros liquidaron algo más de U$S 5.000 millones en los primeros dos meses de gobierno. “El BCRA colaboró en la estabilización del mercado de cambio con la elevación de las tasas de las Lebac, garantizando que los dólares liquidados se mantuvieran en el mercado local”, recordaron.
Hacia fin de año, casi todos los indicadores de la actividad económica muestran números negativos ya que la construcción acumula una baja de más 13 puntos porcentuales y la industria de casi 5%, según el CESO. “Mientras, la inflación no parece dispuesta a retroceder y continúa por encima de la evolución de los salarios, jubilaciones y asignaciones”, añadieron, al destacar que el desempleo tocó los dos dígitos en los principales cordones industriales del país.
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