Ariel Bonkosky decidió ponerle fin a los días de playa para presenciar un día histórico para el fútbol brasileño: la vuelta del Chapecoense a las canchas luego de la tragedia de Medellín, donde murieron 71 personas.
El tucumano de 31 años, fanático de Atlético, viajó con su familia hasta Chapecó para ver el partido en el que el local, con un equipo reclutado en tiempo récord para sustituir a los jugadores muertos hace menos de dos meses en un accidente aéreo, recibirá al poderoso Pameiras, campeón del último Brasileirao.
"Planee esto porque me dolió lo que le ocurrió al club. Mi esposa y mis hijos quedaron sorprendidos porque los llevé 10 días a la playa", le comentó entre risas Bonkosky a LA GACETA.
Cincuenta y cuatro días después de la tragedia, en la que fallecieron 19 integrantes de su plantel profesional y todo su cuerpo técnico cuando iban a jugar la final de ida de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional, Chapecoense vive una jornada especial, más allá de que se trate de un amistoso de pretemporada.
Los hinchas caminan por las inmediaciones del estadio con sensaciones encontradas, entre la alegría de volver a ver al club de sus amores y la tristeza por la ausencia de los hombres que escribieron la etapa más gloriosa de la institución de Santa Catarina. "Es muy emocionante caminar por el estadio Arena Condá. La gente es muy amable.
Nos agradecen el gesto de haber viajado desde tan lejos para acompañarlos en este momento", señala Ariel.
En Chapecó parece haber tiempo para todo. Tiempo para que Bonkosky se tome una foto con Alejandro Martinuccio, el argentino que no se subió al fatídico vuelo, y para que pose con la camiseta del "Decano" con Rafael Henzel, único periodista que sobrevivió al accidente. Y, por supuesto, también hay tiempo para recordar a los campeones de la Copa Sudamericana.