23 Enero 2017
CABLE A TIERRA. Nicolás confesó que Celeste, su novia, es la principal partícipe tanto de sus alegrías como de sus tristezas. gentileza nicolás carrizo
Si hay algo que distinguió a Nicolás Carrizo, en estos tiempos, fue la paciencia que tuvo para esperar pacientemente su momento. Cuando el 12 de septiembre de 2015, San Martín perdió con Cipolletti, en un partido por el Federal A, muchos pensaron que había sido el último del arquero en el arco de los “Santos”. Es que el oriundo de Aguilares no había tenido una buena tarea y esa tarde en la “Tierra de la Manzana”, perdió la titularidad, en ese entonces, a manos de Juan Carrera.
Pero lejos de amilanarse y caerse anímicamente, Carrizo redobló la apuesta, en el día a día, esperando una nueva chance. Por lo que se pudo observar en los últimos amistosos, el técnico Diego Cagna tiene en mente darle la chance que tanto espera. Con la misma calma que supo acumular en los 499 días de sequía oficial, ahora afronta esta situación.
- ¿Cómo tomas esta decisión del entrenador?
- Estoy reconfortado que él, en esta parte de la preparación del equipo, me tenga en cuenta. Estará en mí hacer méritos para que me consolide cuando se reanude la competencia oficial. Como no me desesperé cuando estuve tanto tiempo en el banco, ahora no me descoloca de mi eje esta ansiada chance.
- Hay que estar fuerte de la cabeza para no perder la paciencia durante tanto tiempo...
- Lo que pasa es que, quienes elegimos este puesto, estamos obligado a estar preparados para intentar superar este tipo de contingencias desfavorables que se te presentan en la vida. Lo aconsejable es seguir trabajando para que cuando tengas la oportunidad de jugar, no la desaproveches.
- ¿Antes viviste algo similar?
- Sí... fue cuando me promovieron al plantel de primera en Deportivo Aguilares. En ese entonces, el titular era Carlos Álvarez, un verdadero arquerazo. Lo bueno es que esto hace que se produzca una lucha sana por el puesto, lo que te lleva a exigirte al límite para ser el elegido.
- ¿Sabés que si Cagna sigue confiando en vos, estarás siempre bajo observación de los hinchas?
- Eso pasa siempre cuando uno tuvo su chance y le metieron esos goles tontos. A un delantero se le puede perdonar que malogre goles, pero si el arquero comete un error que le cueste un gol en contra, lo paga. Esa son las reglas del juego y tengo que aceptarlas. Los grandes maestros dice que los arqueros aprende más cuando le convierten goles zonzos. Y yo no soy una excepción a la regla.
- Por tu personalidad y juego estas expuesto a convivir al filo del error ¿lo aceptás?
- Eso lo sé bien. Si llegué a jugar en uno de los clubes de mayor prestigio en el interior del país, será por algo. Lo que pasa es que me gusta tener mayor protagonismo en el puesto. Por eso, es que algunas veces arriesgo más de lo aconsejable y no fueron pocas las veces que tuve que pagar el precio de un error.
- ¿Quién fue tu espejo?
- Fue Carlos “Mondongo” Álvarez. Cuando estuve en Aguilares me enseñó todos los secretos del puesto. Se ponía atrás de mi arco y me iba enseñando cómo debía moverme dentro y fuera del área. Fue mi verdadero maestro.
Pero lejos de amilanarse y caerse anímicamente, Carrizo redobló la apuesta, en el día a día, esperando una nueva chance. Por lo que se pudo observar en los últimos amistosos, el técnico Diego Cagna tiene en mente darle la chance que tanto espera. Con la misma calma que supo acumular en los 499 días de sequía oficial, ahora afronta esta situación.
- ¿Cómo tomas esta decisión del entrenador?
- Estoy reconfortado que él, en esta parte de la preparación del equipo, me tenga en cuenta. Estará en mí hacer méritos para que me consolide cuando se reanude la competencia oficial. Como no me desesperé cuando estuve tanto tiempo en el banco, ahora no me descoloca de mi eje esta ansiada chance.
- Hay que estar fuerte de la cabeza para no perder la paciencia durante tanto tiempo...
- Lo que pasa es que, quienes elegimos este puesto, estamos obligado a estar preparados para intentar superar este tipo de contingencias desfavorables que se te presentan en la vida. Lo aconsejable es seguir trabajando para que cuando tengas la oportunidad de jugar, no la desaproveches.
- ¿Antes viviste algo similar?
- Sí... fue cuando me promovieron al plantel de primera en Deportivo Aguilares. En ese entonces, el titular era Carlos Álvarez, un verdadero arquerazo. Lo bueno es que esto hace que se produzca una lucha sana por el puesto, lo que te lleva a exigirte al límite para ser el elegido.
- ¿Sabés que si Cagna sigue confiando en vos, estarás siempre bajo observación de los hinchas?
- Eso pasa siempre cuando uno tuvo su chance y le metieron esos goles tontos. A un delantero se le puede perdonar que malogre goles, pero si el arquero comete un error que le cueste un gol en contra, lo paga. Esa son las reglas del juego y tengo que aceptarlas. Los grandes maestros dice que los arqueros aprende más cuando le convierten goles zonzos. Y yo no soy una excepción a la regla.
- Por tu personalidad y juego estas expuesto a convivir al filo del error ¿lo aceptás?
- Eso lo sé bien. Si llegué a jugar en uno de los clubes de mayor prestigio en el interior del país, será por algo. Lo que pasa es que me gusta tener mayor protagonismo en el puesto. Por eso, es que algunas veces arriesgo más de lo aconsejable y no fueron pocas las veces que tuve que pagar el precio de un error.
- ¿Quién fue tu espejo?
- Fue Carlos “Mondongo” Álvarez. Cuando estuve en Aguilares me enseñó todos los secretos del puesto. Se ponía atrás de mi arco y me iba enseñando cómo debía moverme dentro y fuera del área. Fue mi verdadero maestro.