Palito y Evangelina renovaron los votos frente al Papa

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03 Marzo 2017

Después de 50 años de casados, Ramón “Palito” Ortega y Evangelina Salazar renovaron sus votos matrimoniales ante el papa Francisco. El ex gobernador de Tucumán y su esposa participaron de la misa que presidió el pontífice en su residencia de Santa Marta. Él fue quien les tomó la renovación de sus votos como matrimonio, en el día en que festejaban las Bodas de Oro.

“Fue un momento que superó toda expectativa, nos dedicó mucho tiempo, con palabras muy elogiosas y cariñosas y resaltó el valor de haber cumplido 50 años en una época en la que están tan en crisis la institución de la familia y la vida en pareja. Hizo alusión a que en el medio en el que trabajamos es más difícil todavía”, relató Ortega, y resumió la vivido como “una mañana de mucha felicidad”.

Francisco también bendijo los anillos de la pareja y les regaló rosarios bendecidos. Por su parte, “Palito” le obsequió al Obispo de Roma un cuadro pintado por él mismo.

“Está Jesucristo visto desde atrás, al pie de la montaña, y la Virgen sentada en una piedra, con la luna que los ilumina. La única que se queda a velar a su hijo es la madre”, describió.

Al dorso del cuadro, Ortega escribió la fecha y lugar de su casamiento: 2 de marzo de 1967 en la Abadía de San Benito, de Buenos Aires. Aquella celebración se trasmitió en vivo por Canal 13, con la animación de Nicolás “Pipo” Mancera y Antonio Carrizo.


PUNTO DE VISTA

Volver a elegirse día a día

MARIANA ALURRALDE

Miembro del Grupo de Matrimonios de Acción Catóilica de la parroquia Nuestra Señora del Valle

 
Si uno decide hacer la renovación de votos con su esposa o esposo es porque vuelve a elegir el amor, la entrega y la fidelidad como el origen de todo. Significa poner la esperanza y la fe en que es posible seguir caminando juntos, porque el sacramento del Matrimonio da la gracia necesaria para afrontar este desafío con el otro. Además, hacerlo en el marco de una misa implica renovar lo que nos prometimos al casarnos, ante la comunidad que está de testigo.

Algo muy valioso de esta oportunidad es que, a diferencia del día del casamiento, sí están presentes los hijos. Esto les puede servir como un testimonio. Que los chicos vean el amor que se tienen sus padres puede ser un gran estímulo a la hora de encarar sus relaciones.

Aunque el acto de la renovación es lindo y emotivo y la bendición del sacerdote es importante, la clave está en renovar el compromiso permanentemente, en los actos de cada día. Después de haberlo elegido una vez al otro, hay que elegirlo cotidianamente con actos de entrega. Si uno no hace ese ejercicio diario, con el tiempo te das cuenta de que estuvieron en caminos paralelos, que no se cruzaron. Es necesario tratar de construir juntos, de levantarse ante los tropezones.

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