La foto en la Casa Blanca

Fragmento de Pablo Escobar - In fraganti *

EN 1983. Después de esta foto, y con documentos falsos, Pablo Escobar visitó el FBI.  EN 1983. Después de esta foto, y con documentos falsos, Pablo Escobar visitó el FBI.
12 Marzo 2017

Todo ocurrió en un viaje que mi padre, mi madre, yo y algunos familiares hicimos a Estados Unidos en 1983, a raíz del estreno de su nuevo avión Lear Jet, una moderna aeronave de dos turbinas pintada de blanco con franjas amarillas y anaranjadas. Según los planes, estaríamos varios días en Miami y de ahí viajaríamos a Disney World y a Washington para luego regresar a Medellín.


El avión con su respectivo piloto y copiloto aterrizó en el aeropuerto de Tamiami, un pequeño terminal aéreo privado en el condado de Miami-Dade, al que acceden aeronaves tipo ejecutivo de todo el mundo. Una vez bajamos nos recibió “’Quijada”, quien saludó efusivamente y nos presentó a dos conductores y dos empleados que habían ido al aeropuerto a ayudar a trasladarnos al Hotel Omni, en el 1601 de Biscayne Boulevard en Miami. Mientras estábamos en ese “corre corre”, “Quijada” le hizo un gesto a mi padre indicándole que quería hablar un momento a solas con él. Luego de charlar durante un rato, mi padre le dijo que el paseo duraría diez días y que el avión permanecería ahí mientras regresábamos. Pero ‘Quijada’ tenía otra idea.

—Dele, señor, no hay problema, pero le cuento que estoy “llenito”.

“Quijada” recuerda esa frase porque con ella le quiso decir a mi padre que tenía escondidos varios millones de dólares en una caleta, a la espera de poder enviarlos a Colombia. Mi papá entendió el mensaje y no tuvo problema alguno en aprovechar el avión para cargarlo con cajas repletas de dinero. Así, mientras nosotros nos dirigíamos al hotel, mi padre y “Quijada” organizaron el traslado de los dólares desde la casa donde estaban almacenados, así como el posterior cargue en la aeronave. Cuando “Quijada” enviaba el dinero producto de la coca en aviones, empacaba billetes de 20, 50 y 100 dólares, pero en esta ocasión sugirió despachar los de 5, 10 y 20 dólares porque ocupaban demasiado espacio en las caletas y tardaba más tiempo negociarlos. Mi padre y “Quijada” supervisaron el ingreso de las cajas a la aeronave, que quedó tan llena que los asientos del piloto y el copiloto se inclinaron ligeramente hacia adelante. “Quijada” estima que en ese viaje fueron enviados cerca de 12 millones de dólares a Medellín. Una vez el avión despegó del aeropuerto de Tamiami, mi padre y su tesorero fueron a buscarnos al hotel para continuar el paseo.

—Ese avión iba tan lleno, que una vez cuando fuimos a cerrar la puerta nos tocó empujarla.

En aquel entonces yo tenía escasos seis años de edad y fue justamente en ese paseo donde fue tomada la fotografía en la que yo aparezco al lado de mi padre en la reja principal de la Casa Blanca. También recuerdo el susto que nos llevamos con mi madre cuando mi papá, sin medir el riesgo, decidió entrar con documentos falsos al edificio central de FBI para realizar un tour.

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