Y se armó la fiesta en un pasillo del Padilla

El proyecto HUCI, que humaniza la terapia intensiva, organiza salidas y actividades recreativas para los pacientes de esa unidad del hospital.

MÚSICA Y COLOR. Integrantes de una academia bailan folclore para los pacientes en uno de los pasillos traseros. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA.- MÚSICA Y COLOR. Integrantes de una academia bailan folclore para los pacientes en uno de los pasillos traseros. LA GACETA / FOTOS DE FRANCO VERA.-
17 Marzo 2017

Todo puede transformarse en cuestión de minutos. Un pasillo blanco y vidrioso del hospital Padilla ahora es una fiesta colorida, repleta de guirnaldas, globos rosas y carteles decorativos. Se escuchan aplausos y música fuerte. Doblando una esquina, se ven pasos de baile de géneros tan diversos como folclore o caporal (baile boliviano). Ayer pasó eso y ya no resulta raro, ni para los pacientes ni para los médicos, que el ambiente hospitalario mute de esa manera tan contundente. Porque ha comenzado a gestarse desde hace unos dos años y medio el proyecto internacional HUCI (Humanización de las Unidades de Cuidados Intensivos). El Hospital Padilla y el Instituto de Maternidad “Nuestra Señora de Las Mercedes” dieron el puntapié inicial de este cambio de paradigma en la provincia.

HUCI plantea, en las salas de cuidados intensivos, la permanencia del grupo afectivo por más tiempo, con horarios flexibles y hasta el ingreso de los niños (antes sólo podían pasar a ver a sus familiares aquellos con edades superiores a los 12 años). Ahora el contacto es más cercano y el diálogo es abierto entre los equipos de salud, el paciente y sus núcleos íntimos.

“El paciente que estuvo en terapia, generalmente después de un tiempo prolongado queda psicológicamente mal, al igual que su familia. Nosotros desde hace unos años trabajamos en cuidados humanizados: no sólo le damos atención médica técnica, sino que llegamos a él con un cuidado diferente, más cercano y personal. Hace rato que hemos avanzado con esto último: sacando al exterior, junto con sus familias, a pacientes graves, con asistencia respiratoria mecánica. Hoy estaba previsto llevarlos a la plaza Belgrano, pero la lluvia nos frenó. Así que organizamos algo diferente para ellos y sus familias”, comentó Olga Fernández, directora del Padilla.

Superar la boda de Ailin

En enero de este año, Ailin Rugiero y Mauricio Sing se casaron en la terapia del hospital, ya que la novia estaba internada a causa de una mielitis. Médicos, enfermeros y kinesiólogos organizaron esa fiesta; hasta hicieron los trámites en el Registro Civil para que todo saliera perfecto. Esa boda fue otra de las actividades del HUCI, junto con fiestas de fin de año (Navidad y Año Nuevo) y cumpleaños, entre otros eventos familiares y sociales.

“Los equipos del hospital se ponen como meta ir mejorando estas salidas o fiestas. Cada evento debe ser igual o superar al anterior. Algunos pacientes llevan mucho tiempo de internación, y con las salidas mejora bastante su estado, porque ven la posibilidad de salir de terapia. Es medicina que no se paga, que no se encuentra en las droguerías. Es gratis”, describió Miriam Marcial, coordinadora de la Unidad 1 de Terapia Intensiva.

Los integrantes de la Academia de Danzas Folclóricas El Chasqui, de Sumak Ñawi y de los Payaterapeutas se prestaron ayer para brindar un show gratuito a los pacientes. Pero los espectadores estaban demorados: no habían llegado los tubos de oxígeno que necesitaban algunos de los seis pacientes que están en condiciones de salir (hay 15 en Cuidados Intensivos).

De a poco fueron llegando. Primero apareció una joven de 37 años con ELA (enfermedad neurodegenerativa), acompañada por un kinesiólogo y dos enfermeros; luego, un chico de 15 años recién operado de un aneurisma cerebral y una joven que se está recuperando de una cirugía del abdomen.

Marcial aclara que cada vez que salen de la terapia llevan consigo una “caja de paro”, con medicación para cualquier urgencia. “Lo hacemos por el tipo de paciente que tenemos y a los que controlamos de manera permanente”, explicó.

La música se siente a alto volumen y comienza la fiesta en uno de los pasillos traseros, que da al patio interno. Los familiares sacan fotos y hasta bailan con los payaterapeutas. Algunos de los pacientes sonríen; a otros se los ve cansados. Hacia un costado está un niño, con uniforme escolar, que no deja de abrazar a su mamá que está en silla de ruedas. Se le ve la carita triste. Ella le acaricia la espalda.

Al rato, el pasillo vuelve a ser blanco y silencioso. La médica Miriam Marcial ya planea la próxima salida, porque eso es lo que le piden ansiosos los pacientes: “¿qué van a hacer para la próxima?”.


el modelo
equipo de salud- paciente-familia 
El jefe del Departamento de Enfermería del Padilla e integrante de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, Marcelo Morales, contó que el movimiento humanitario se remonta a tres años atrás, con una corriente en el Hospital de Torrejón (España), de la mano del doctor Gabriel Heras. Al darse cuenta de que se atendía bajo un modelo centrado en el paciente y olvidando a su familia, Heras propuso la humanización en los cuidados críticos para lograr una recuperación mejor y más rápido. Morales explicó que bajo este paradigma la  atención se centra no sólo en el paciente, sino también en su familia y en el equipo de salud, lo que redunda en beneficios para el usuario de las terapias y su grupo afectivo, y para el ámbito laboral. Evita a la vez el Síndrome de Burnout (cansancio extremo y estrés).
Rodrigo Rivero, supervisor de Cuidados Intensivos I, destacó que la labor del Padilla se enfoca en tratar a la tríada “paciente-familia-equipo de salud”, lo que implica: aumentar el contacto con la familia; mantener al paciente lúcido y despierto; hacer participar de los cuidados al círculo íntimo del paciente; ayudar a que pierdan el temor a los dispositivos; y reforzar el contacto con los equipos de salud. Esto ayuda a liberar tensiones, eliminar conflictos, aumentar la confianza y lograr una más rápida recuperación.

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Equipo de salud- paciente-familia 

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El jefe del Departamento de Enfermería del Padilla e integrante de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, Marcelo Morales, contó que el movimiento humanitario se remonta a tres años atrás, con una corriente en el Hospital de Torrejón (España), de la mano del doctor Gabriel Heras. Al darse cuenta de que se atendía bajo un modelo centrado en el paciente y olvidando a su familia, Heras propuso la humanización en los cuidados críticos para lograr una recuperación mejor y más rápido. Morales explicó que bajo este paradigma la  atención se centra no sólo en el paciente, sino también en su familia y en el equipo de salud, lo que redunda en beneficios para el usuario de las terapias y su grupo afectivo, y para el ámbito laboral. Evita a la vez el Síndrome de Burnout (cansancio extremo y estrés).
Rodrigo Rivero, supervisor de Cuidados Intensivos I, destacó que la labor del Padilla se enfoca en tratar a la tríada “paciente-familia-equipo de salud”, lo que implica: aumentar el contacto con la familia; mantener al paciente lúcido y despierto; hacer participar de los cuidados al círculo íntimo del paciente; ayudar a que pierdan el temor a los dispositivos; y reforzar el contacto con los equipos de salud. Esto ayuda a liberar tensiones, eliminar conflictos, aumentar la confianza y lograr una más rápida recuperación.

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