Un mes de protestas sociales y la elección que se avecina

19 Marzo 2017
Por Rosendo Fraga - Director del Centro de Estudios para una Nueva Mayoría

Mauricio Macri ha enfrentado en lo que va de marzo la mayor protesta social de su gobierno, sin haber podido recuperar la iniciativa política. El discurso del presidente de la Nación en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el 1 de este mes, tres reuniones con funcionarios nacionales y provinciales, legisladores y dirigentes de Cambiemos, dos “timbreos” que no tuvieron demasiado éxito y el intento de polarizar el conflicto docente personalizándolo en su dirigente más impopular (el secretario general de Suteba Roberto Baradel), no le permitieron por ahora recuperar la iniciativa política. Los incidentes que tuvieron lugar al final de la movilización de la CGT y la marcha por la igualdad de género deterioraron la imagen de sus convocantes, pero no han servido para fortalecer al gobierno.

El conflicto social escalará durante las próximas tres semanas, poniendo a prueba al oficialismo. La semana próxima tendrá lugar un nuevo paro nacional docente el 21 y 22 de marzo, que irá acompañado de una “marcha federal” de maestros de todo el país que convergerán en la Capital Federal; el 24 de marzo, aniversario del último golpe militar, las organizaciones de derechos humanos, los partidos de izquierda y el Kirchnerismo marcharán hacia Plaza de Mayo reclamando por “los 30.000 desaparecidos”, en una movilización que será claramente opositora; para el 30 está prevista una movilización de la CTA y el 6 de abril, el paro general de la CGT.

El Congreso se ve paralizado, sin fecha de reunión precisa por ahora. Sectores del oficialismo, amagaron el domingo 12 con convocar una marcha en apoyo de Macri y en “defensa de la democracia” el 1 de abril en todas las plazas del país, pero a las pocas horas de convocatoria en las redes sociales, la conducción nacional del PRO la hizo suspender.

La estrategia de Macri parece ser mantenerse firme en el discurso, pero ceder al mismo tiempo en la realidad. Ha decidido ratificar la política económica, mantener sin cambios el equipo de gobierno y no modificar el discurso de polarización política, con los docentes, el peronismo, el Kirchnerismo y el sindicalismo. Pero al mismo tiempo, se decidió suspender el aumento de algunas tarifas y escalonar otras por las necesidades electorales; aumentaron las medidas de promoción social, desde los créditos para la vivienda hasta la asistencia alimentaria a los comedores populares; el viernes 10, tras tres meses de demora, finalmente se reglamentó la ley de emergencia social sancionada en diciembre; se impulsan proyectos para “atenuar” el paro de la CGT (que se haga sin movilización), como promover una ley de defensa de la industria nacional, dar auxilios financieros y asistencia a sectores en problemas y que el gobierno tenga mayor injerencia en las paritarias para forzar al sector empresarios a posiciones más flexibles.

Pero la cuestión central es que la elección bonaerense está en riesgo y el gobierno ha tenido que asumir que se puede ganar o perder cuando faltan cinco meses para las PASO y siete para la elección. La baja en la aprobación del gobierno en el conurbano bonaerense es importante desde noviembre del año pasado y se ha acentuado en los primeros meses del año. Incluso la imagen de la gobernadora (Vidal), ha descendido desde noviembre y puede hacerlo aún más en marzo, aunque siga siendo la figura con mejor imagen en el país. En los mismos estudios del gobierno, Cristina Kirchner está ganando en la zona sur del conurbano y tiene una diferencia en votos en La Matanza de entre 600.000 y un millón de acuerdo a diferentes cálculos. El oficialismo está sin primer candidato a senador. El Presidente amagó con apoyar a su primo Jorge Macri, pero la acusación directa de corrupción que le realizo Elisa Carrió, llevó a retirar su candidatura. En los próximos días medirán al ministro de Educación nacional (Esteban Bullrich), y al bonaerense (Alejandro Finochiaro), para ver si pueden ser candidatos posibles, en función del conflicto docente.

La pelea peronista

Mientras el oficialismo ratifica su estrategia de polarizar electoralmente con Cristina, en el Peronismo se sigue impulsando la candidatura de su ex ministro de Interior y Transporte (Florencio Randazzo) -quien por ahora se reúne con intendentes y sindicalistas pero no acepta públicamente- para enfrentarla en las PASO que tendrán lugar el 13 de agosto. Al mismo tiempo, hay intendentes que intentan un acuerdo, en base al cual la ex Presidente no sea candidata a cambio de entregarle la mitad de la lista de candidatos a diputados nacionales. Mientras tanto el oficialismo realiza un nuevo “timbreo” con epicentro en lugares seleccionados del Gran Buenos Aires y continuará el debate interno sobre si se convoca o no a los propios partidarios a las plazas, para no seguir dejando la calle en manos de la oposición.

En conclusión: Macri ha tenido en lo que va de marzo la mayor protesta social de su gobierno, sin lograr recuperar la iniciativa política frente a ella; la protesta social continuará y aumentará en las próximas semanas, teniendo como punto culminante el paro general en los primeros días de abril.

La estrategia de Macri frente a esta situación combina mantener el rumbo económico, el equipo y el discurso y al mismo tiempo ceder en tarifas, reclamos sindicales y subsidios y asistencia social; pero la gran cuestión política pasa a ser la elección de la provincia de Buenos Aires, la que hoy es incierta en cuanto a su resultado y de la cual depende la gobernabilidad de 2018 y 2019.

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