26 Marzo 2017
PARA LA FOTO. Aranda prefirió no compartir la entrevista con Mansilla porque tiene previsto denunciar al oficialismo. Ante el fotógrafo hubo cordialidad. la gaceta / fotos de diego aráoz
Sergio Mansilla dice que no quería ser candidato a legislador en 2015. Prefería aspirar otra vez a una senaduría o a una diputación. El dirigente oficialista oriundo de Aguilares sabía que estampar su nombre en la cabeza de la lista del oficialismo por la sección electoral Oeste era un riesgo. Afirma que también lo sabían el entonces gobernador, José Alperovich y los candidatos para la Casa de Gobierno, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo.
“Mi posición entonces era no integrarla porque podía afectar el proyecto. Pero ellos entendieron que hacía falta que yo acompañara y así lo hicimos. El planteo que hice en la Justicia para poder asumir está acompañado por las casi 75.000 personas que me votaron. Lo hago por ellos”, asevera.
Desde el 27 de octubre de 2015 que la banca que ganó en agosto de ese año es la única vacía. El hoy secretario de Gobierno capitalino, Walter Berarducci, planteó una demanda aduciendo que Mansilla había superado los tres mandatos consecutivos habilitados por la Constitución (2007, 2011 y 2015). El caso llegó a la Corte Suprema provincial y está pendiente de resolución. Mientras tanto, el ex senador volvió a su cargo como empleado de la planta permanente de la Municipalidad de Aguilares, ciudad en la que su esposa Elia Fernández es la intendenta. Allí colabora en el área de Obras Públicas. Aclara que no es funcionario ni lo será mientras su futuro en el Poder Legislativo sea incierto.
-¿Se arrepiente de haberse postulado?
-No, hoy más que nunca, no. Contribuimos para que Manzur y Jaldo estén en la gobernación. Es lo importante de esto: la continuidad de un proyecto político. Desde donde nos tocó estar pusimos un granito de arena para que los compañeros estén gobernando. Las finanzas estaban equilibradas y Tucumán está cerrando las paritarias, pese a la poca ayuda que expresan que hay de la Nación.
-¿Qué siente cuando ve la actividad en la Legislatura desde afuera?
-Sé el lugar que ocupo. De estar en la Cámara, hubiera acompañado los proyectos que presenta el Ejecutivo y si tendría algún planteo que hacer, sería puertas adentro como lo hice siempre. La ropa sucia se lava adentro, y afuera todos hablamos el mismo idioma. No se discute nada en forma pública y lo que decide el bloque se vota. Hay algunos temas en los que uno podría tener un punto de vista, pero el rol que hubiese cumplido no es muy diferente al que están cumpliendo los compañeros oficialistas. Desde afuera, se ve que consensuaron leyes y eso es importante. Las ganas de estar siempre están. Me afecta mucho la situación.
-¿Al oficialismo le afecta?
-En los números no, estamos holgados. Pero compañeros y el gobernador y el vice me manifestaron el deseo de que los acompañe desde la banca, por lo que podría aportar políticamente.
-De obtener un fallo favorable, ¿sería alperovichista o manzurista en la Legislatura?
-Oficialista. No hay diferencia entre Alperovich y Manzur. Las fábulas en política están a la orden del día. Por lo que conozco, aunque tengo mucha menos participación que la que tenía antes en las determinaciones, está todo bien. Tengo diálogo con el senador y más fluido, con el vicegobernador. Vamos a salir unidos y a presentar la mejor lista en las próximas elecciones.
- ¿Cómo se sintió pasar de estar en el riñón del poder provincial a volver a su ciudad?
-A algunos alejarse del poder les ocasiona algún trauma. Después de 20 años de haber ocupado cargos electivos, volver a los orígenes me fortaleció. Me siento agradecido porque puedo caminar tranquilamente por mi pueblo y acompañar a mi señora. Está haciendo muchísimas cosas en la medida de las posibilidades. No muchos pueden volver y que se los reciba como a mi. Me hizo bien en lo personal también, por mi familia. Pero mi rol no dejó de ser importante en lo dirigencial.
-¿Está en el banco listo para volver?
-Mi cabeza está puesta en que se resuelva mi tema y en hacer lo posible para ayudar a la intendenta. Tuve propuestas y preferí esperar el fallo. Me propusieron acompañar el equipo de trabajo del senador Alperovich y también el de Beatriz Mirkin. En algún momento hubo una propuesta para ocupar un cargo muy importante en la gestión provincial. También quiero agradecer públicamente al senador Miguel Ángel Pichetto por ofrecerme trabajar en el Senado. Son puertas que tengo abiertas y las analizaré después de que se defina lo de la Legislatura. Me decían que en seis o siete meses podía definirse, pero se está demorando un poquito más tarde (ríe).
-¿Confía en que será legislador?
- Hice lo imposible para tratar de no defraudar la voluntad de la ciudadanía. Están mi postura y la del que hizo el planteo. Que fue justicialista y después dejó de serlo y ya no sé qué es.
“Mi posición entonces era no integrarla porque podía afectar el proyecto. Pero ellos entendieron que hacía falta que yo acompañara y así lo hicimos. El planteo que hice en la Justicia para poder asumir está acompañado por las casi 75.000 personas que me votaron. Lo hago por ellos”, asevera.
Desde el 27 de octubre de 2015 que la banca que ganó en agosto de ese año es la única vacía. El hoy secretario de Gobierno capitalino, Walter Berarducci, planteó una demanda aduciendo que Mansilla había superado los tres mandatos consecutivos habilitados por la Constitución (2007, 2011 y 2015). El caso llegó a la Corte Suprema provincial y está pendiente de resolución. Mientras tanto, el ex senador volvió a su cargo como empleado de la planta permanente de la Municipalidad de Aguilares, ciudad en la que su esposa Elia Fernández es la intendenta. Allí colabora en el área de Obras Públicas. Aclara que no es funcionario ni lo será mientras su futuro en el Poder Legislativo sea incierto.
-¿Se arrepiente de haberse postulado?
-No, hoy más que nunca, no. Contribuimos para que Manzur y Jaldo estén en la gobernación. Es lo importante de esto: la continuidad de un proyecto político. Desde donde nos tocó estar pusimos un granito de arena para que los compañeros estén gobernando. Las finanzas estaban equilibradas y Tucumán está cerrando las paritarias, pese a la poca ayuda que expresan que hay de la Nación.
-¿Qué siente cuando ve la actividad en la Legislatura desde afuera?
-Sé el lugar que ocupo. De estar en la Cámara, hubiera acompañado los proyectos que presenta el Ejecutivo y si tendría algún planteo que hacer, sería puertas adentro como lo hice siempre. La ropa sucia se lava adentro, y afuera todos hablamos el mismo idioma. No se discute nada en forma pública y lo que decide el bloque se vota. Hay algunos temas en los que uno podría tener un punto de vista, pero el rol que hubiese cumplido no es muy diferente al que están cumpliendo los compañeros oficialistas. Desde afuera, se ve que consensuaron leyes y eso es importante. Las ganas de estar siempre están. Me afecta mucho la situación.
-¿Al oficialismo le afecta?
-En los números no, estamos holgados. Pero compañeros y el gobernador y el vice me manifestaron el deseo de que los acompañe desde la banca, por lo que podría aportar políticamente.
-De obtener un fallo favorable, ¿sería alperovichista o manzurista en la Legislatura?
-Oficialista. No hay diferencia entre Alperovich y Manzur. Las fábulas en política están a la orden del día. Por lo que conozco, aunque tengo mucha menos participación que la que tenía antes en las determinaciones, está todo bien. Tengo diálogo con el senador y más fluido, con el vicegobernador. Vamos a salir unidos y a presentar la mejor lista en las próximas elecciones.
- ¿Cómo se sintió pasar de estar en el riñón del poder provincial a volver a su ciudad?
-A algunos alejarse del poder les ocasiona algún trauma. Después de 20 años de haber ocupado cargos electivos, volver a los orígenes me fortaleció. Me siento agradecido porque puedo caminar tranquilamente por mi pueblo y acompañar a mi señora. Está haciendo muchísimas cosas en la medida de las posibilidades. No muchos pueden volver y que se los reciba como a mi. Me hizo bien en lo personal también, por mi familia. Pero mi rol no dejó de ser importante en lo dirigencial.
-¿Está en el banco listo para volver?
-Mi cabeza está puesta en que se resuelva mi tema y en hacer lo posible para ayudar a la intendenta. Tuve propuestas y preferí esperar el fallo. Me propusieron acompañar el equipo de trabajo del senador Alperovich y también el de Beatriz Mirkin. En algún momento hubo una propuesta para ocupar un cargo muy importante en la gestión provincial. También quiero agradecer públicamente al senador Miguel Ángel Pichetto por ofrecerme trabajar en el Senado. Son puertas que tengo abiertas y las analizaré después de que se defina lo de la Legislatura. Me decían que en seis o siete meses podía definirse, pero se está demorando un poquito más tarde (ríe).
-¿Confía en que será legislador?
- Hice lo imposible para tratar de no defraudar la voluntad de la ciudadanía. Están mi postura y la del que hizo el planteo. Que fue justicialista y después dejó de serlo y ya no sé qué es.
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