Un sistema de postas fue necesario para asistir a los vecinos

No se trataba únicamente de poner en marcha una lancha y recorrer el camino vecinal tapado de agua para asistir a los vecinos. Para acceder hasta las últimas casas de Arroyo Atahona, Sud de Sandovales e Ingas fue necesario improvisar un sistema de postas que combinó botes a motor, kayacs a remo y caminata. Ante la ausencia de un comité oficial, la organización estuvo a cargo de los Bomberos Voluntarios de Bella Vista, comandados por Antonio Robledo, jefe del cuartel.

El desafío del operativo de rescate -que en realidad fue de asistencia, ya que los pobladores no querían salir de sus casas- era que en ciertas zonas había muy poca profundidad para acceder con lanchas. Desde la ruta hasta la vía del ferrocarril hay tres kilómetros de distancia, pero solo 500 metros podían hacerse con embarcaciones a motor. De ahí, había que caminar empujando la lancha hasta las vías hasta encontrarse con otra dotación de bomberos que llegaba en kayaks, se realizaba el intercambio de mercadería y estos últimos partían hacia las casas de Ingas, la zona más afectada por el agua y donde había unas 60 familias afectadas, según el relevamiento que hizo robledo. Varios viajes fueron necesarios para llevar agua y víveres a los vecinos afectados por el desborde del río Gastona.

Al operativo se sumaron también empleados del Ministerio de Agroindustria de la Nación. “Nuestro trabajo es en realidad vinculado con la producción de las familias, pero la ventaja es que conocemos la zona”, explicó José Rodríguez, uno de los miembros de esa repartición. Junto con un grupo de compañeros aficionados a los deportes náuticos, Rodríguez se puso a disposición de la asistencia a los damnificados. “Si bien no es nuestro trabajo específico, nos dieron permiso y medios para que vengamos con los kayaks a dar una mano”, contó.