05 Abril 2017
“La provincia estará paralizada”. “Las calles estarán desiertas”. “Será el que más se sentirá en lo que va del año”. Las frases off the record corresponden a sindicalistas tucumanos que afirmaron a LA GACETA que el paro convocado por la CGT para mañana tendrá amplia repercusión en Tucumán. Gremios de todos los sectores confirmaron la adhesión a la medida.
El parate en el transporte impactará, como sucede cuando se concretan este tipo de huelgas, en otras actividades. No circularán los ómnibus urbanos ni interurbanos, de acuerdo informó la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Tampoco funcionarán los servicios de larga distancia.
Si bien las asociaciones de taxistas se sumarán, cada chofer decidirá si trabaja durante la jornada. “Es difícil la situación económica que estamos pasando. Sobrevivimos día a día, así que algunos se sumarán y otros, no podrán hacerlo”, explicó Julio Rodríguez, del Sindicato de Conductores de Taxi. Carlos Pizarro, del Sindicato de Peones de Taxi, expresó que se fijó la misma postura. “Adherimos, pero no se puede obligar al trabajador a perder el día”, consignó.
La mayoría de las escuelas y colegios también permanecerían vacíos. David Toledo, de ATEP, afirmó que, como son miembros de la Ctera, se plegarán a la medida los docentes de establecimientos estatales. Sadop, del sector privado, también parará. Tampoco habrá clases en las instituciones de nivel universitario.
Según la Asociación Bancaria, los bancos no abrirán sus puertas. La Federación Económica de Tucumán anunció que los comercios abrirán sus puertas. Sin embargo, desde el gremio de SEOC afirmaron que se sumarán al paro.
Desde Camioneros, César Torres describió que se verán afectados los servicios de recolección y barrido de calles; transporte de combustible y distribución de caudales. Los camiones de carga, en esta ocasión, no se detendrán en las banquinas de las rutas, como suelen manifestarse los choferes. Sucede que no quieren entorpecer, eventualmente, la circulación de asistencia para los inundados.
Por otro lado, la emisión de las licencias de conducir será normal en las oficinas de avenida Avellaneda 663. No se atenderá en la plazao Dorrego.
En el ámbito nacional
Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato de la CGT nacional, aseguró ayer que aspiran a que el paro sea la última protesta durante el Gobierno de Mauricio Macri. Adelantó que, tras la medida, pedirán una audiencia en la Casa Rosada y consideró que será una buena oportunidad para que el Gobierno muestre “voluntad de corregir”, según DyN. Calculó que la medida le costará al país unos $ 15 mil millones. Recordó que se convocó en rechazo a las políticas económicas de la Nación. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, insistió en manifestarse partidario del diálogo y culpó a sectores políticos por impulsar la medida.
Ayer el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Omar Viviani, estuvo en el centro de la polémica. La Justicia lo citó luego de que trascendiera que en una asamblea llamó a “dar vuelta los autos” de los taxistas que trabajen durante el paro. Fue denunciado por llamar a cometer actos de violencia. Viviani se disculpó y afirmó que se le “salió la cadena”.
El parate en el transporte impactará, como sucede cuando se concretan este tipo de huelgas, en otras actividades. No circularán los ómnibus urbanos ni interurbanos, de acuerdo informó la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Tampoco funcionarán los servicios de larga distancia.
Si bien las asociaciones de taxistas se sumarán, cada chofer decidirá si trabaja durante la jornada. “Es difícil la situación económica que estamos pasando. Sobrevivimos día a día, así que algunos se sumarán y otros, no podrán hacerlo”, explicó Julio Rodríguez, del Sindicato de Conductores de Taxi. Carlos Pizarro, del Sindicato de Peones de Taxi, expresó que se fijó la misma postura. “Adherimos, pero no se puede obligar al trabajador a perder el día”, consignó.
La mayoría de las escuelas y colegios también permanecerían vacíos. David Toledo, de ATEP, afirmó que, como son miembros de la Ctera, se plegarán a la medida los docentes de establecimientos estatales. Sadop, del sector privado, también parará. Tampoco habrá clases en las instituciones de nivel universitario.
Según la Asociación Bancaria, los bancos no abrirán sus puertas. La Federación Económica de Tucumán anunció que los comercios abrirán sus puertas. Sin embargo, desde el gremio de SEOC afirmaron que se sumarán al paro.
Desde Camioneros, César Torres describió que se verán afectados los servicios de recolección y barrido de calles; transporte de combustible y distribución de caudales. Los camiones de carga, en esta ocasión, no se detendrán en las banquinas de las rutas, como suelen manifestarse los choferes. Sucede que no quieren entorpecer, eventualmente, la circulación de asistencia para los inundados.
Por otro lado, la emisión de las licencias de conducir será normal en las oficinas de avenida Avellaneda 663. No se atenderá en la plazao Dorrego.
En el ámbito nacional
Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato de la CGT nacional, aseguró ayer que aspiran a que el paro sea la última protesta durante el Gobierno de Mauricio Macri. Adelantó que, tras la medida, pedirán una audiencia en la Casa Rosada y consideró que será una buena oportunidad para que el Gobierno muestre “voluntad de corregir”, según DyN. Calculó que la medida le costará al país unos $ 15 mil millones. Recordó que se convocó en rechazo a las políticas económicas de la Nación. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, insistió en manifestarse partidario del diálogo y culpó a sectores políticos por impulsar la medida.
Ayer el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis, Omar Viviani, estuvo en el centro de la polémica. La Justicia lo citó luego de que trascendiera que en una asamblea llamó a “dar vuelta los autos” de los taxistas que trabajen durante el paro. Fue denunciado por llamar a cometer actos de violencia. Viviani se disculpó y afirmó que se le “salió la cadena”.
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