Con el correr de las horas se van conociendo detalles impensados del asalto que se produjo el lunes por la mañana en la sucursal del Correo Argentino de Burruyacu. Por ejemplo, y pese a todos los indicios que se habían recolectado hasta ahora, los investigadores creen que el atraco no fue improvisado, sino que estuvo planificado con varios días de anticipación.
En el local ubicado cerca de la plaza principal se estaban pagando jubilaciones y planes sociales a los vecinos de esa localidad del este provincial y otras cercanas. Cuatro hombres fuertemente armados ingresaron al lugar y, después de reducir a los golpes a los dos policías que estaban de custodia, se apoderaron del dinero que allí había. Jamás se imaginaron la reacción de las casi 100 personas que esperaban cobrar el dinero. Pese a sus amenazas, salieron corriendo para avisar lo que estaba ocurriendo y varios de los que se quedaron comenzaron a filmarlos con sus celulares.
Sorprendidos, habrían cargados unos $ 3,2 millones en al menos dos mochilas y en una bolsa del correo. “La gente los insultaba y les tiraba piedras. Ellos no dispararon, sino que de manera torpe se treparon a las dos motos en las que se desplazaban y huyeron del pueblo”, contó Marcos Gutiérrez. “Evidentemente, se pusieron nerviosos porque no encontraron el camino para huir. Comenzaron a dar vueltas por la ciudad buscando algo. Mientras hacían eso, hasta en la radio avisaban quiénes eran las personas que habían cometido el atraco. Todo el pueblo salió a la calle a buscarlos”, agregó.
A los pocos minutos, una camioneta de Gendarmería sorprendió cerca del ingreso de la ruta que va a Garmendia a dos de los cuatro asaltantes. Los gendarmes fueron atacados a balazos cuando intentaron detenerlos. Entonces la camioneta de la fuerza nacional embistió a los sospechosos, que quedaron tirados a la vera del camino y más de $ 2, 8 millones en billetes de diferente denominación, desparramados por el campo. El resto del botín, según confirmaron fuentes judiciales, habría quedado en poder de los otros dos asaltantes que huyeron en la otra moto. Casi por casualidad, los pesquisas descubrieron que la banda venía planeando el ataque desde hace varios días. A los pocos minutos de que los detenidos ingresaran al Centro de Salud para ser atendidos por las heridas que habían sufrido, una mujer se acercó a la guardia policial para informar que esos eran los hombres que habían asaltado a su familia el sábado a la madrugada. Luego amplió la denuncia asegurando que la moto que apareció en las imágenes era la que le habían llevado ese día.
Esa revelación les sirvió a los investigadores para aclarar varios puntos oscuros. A la familia que sufrió el atraco también le sustrajeron un VW Gol Trend. Los vecinos de Burruyacu habían notado un automóvil de esas características merodeando por el pueblo horas antes de que se produjera el hecho.
Según fuentes de la investigación, a los policías les pareció extraño que los asaltantes hayan decidido utilizar motos para escapar y no un vehículo para transportar más de $ 3 millones en mochilas. Otro detalle: la familia fue asaltada por cinco personas y ahora se preguntan si ese quinto hombre los habría esperado en el vehículo que les llamó la atención a los pesquisas.
Otra sospecha
La investigación, que por hora quedó en manos del juez federal Fernando Poviña, ahora también apunta a confirmar o descartar que los asaltantes hayan recibido el dato de que iban a encontrar esa suma de dinero un día lunes en un pueblo ubicado a 70 kilómetros de la capital.
A los vecinos también les llamó la atención que el correo haya sido protegido por vallas. El secretario de Gobierno, Miguel Ángel Romano, confirmó esa versión. “Por una nota recibida en la Municipalidad, se decidió extremar las medidas de seguridad. Los vendedores ambulantes fueron reubicados, por cualquier cosa”, explicó el funcionario.
El 4 de abril de 2016, el tesorero del municipio sufrió un asalto en su domicilio. Cuatro personas desconocidas ingresaron a su domicilio y, después de reducirlos, le quitaron más de $200.000. Pese a que nunca se encontró a los asaltantes, la Justicia siempre sospechó que alguien brindó la información de que ese dinero estaba en esa vivienda.
Corridas en el Centro de Salud
“¡Él es, él es!”, habría gritado la mujer cuando vio a uno de los detenidos por el asalto a la sede del Correo Argentino. La denunciante es la madre de un joven que recibió un disparo en la pierna durante un asalto que se produjo el sábado a la madrugada en el barrio San José III. Ese día, cinco hombres fuertemente armados ingresaron al domicilio y, después de reducir y atar a la familia, le robaron un VW Gol Trend y una motocicleta. Uno de los hijos de la mujer, que logró desatarse, intentó ir tras los asaltantes que, al descubrirlo, le dispararon en una de sus piernas. La fiscala Adriana Giannoni ordenó la aprehensión de los dos sospechosos por este caso.
Los detenidos fueron baleados hace poco
Los médicos que atendieron a los detenidos Manuel Salvatierra y Luis Carlos Diosques se sorprendieron cuando los revisaron. Además de las heridas que sufrieron en el choque con los gendarmes, tenían secuelas de haber recibido disparos hace muy poco tiempo. El primero, por ejemplo, según informaron fuentes policiales, había sido herido de un balazo en el brazo derecho. En tanto que el otro fue alcanzado en el pecho por un proyectil calibre 22. Como se quejaba de un fuerte dolor en el lugar, los profesionales le realizaron una radiografía donde encontraron la bala incrustada en el esternón. En las próximas horas se definirá si es operado por este problema.