Por Carlos Páez de la Torre H
30 Abril 2017
AQUEL 1952. Desde la izquierda, Manuel Laprida, Raúl Aguirre Molina, Julio Martín Sueldo y Juan Carlos Fagalde, equipo del Tucumán Polo Club que salió segundo en la Copa “República Argentina”, jugada en Buenos Aires.
El polo, como deporte institucionalizado, cumple este año su primer centenario en Tucumán. Antes de esa fecha ya había quienes lo jugaban, posiblemente animados por los ingleses del ingenio La Corona. Pero consta que el 7 de julio de 1917, en una reunión de interesados efectuada en el Savoy Hotel, se resolvió fundar “un club de polo y equitación en general”.
Una comisión provisoria se entrevistó con el entonces gobernador Juan Bautista Bascary. Este puso a disposición del nuevo ente “todo lo que perteneció a la Sociedad Rural, incluidas instalaciones y materiales”, y dispuso que en el parque 9 de Julio se le cediera el terreno necesario.
La institución acordó denominarse “Tucumán Polo Club”. La presidía el teniente coronel Juan Rogelio Alvelo; el vice era el doctor León Rougés; secretario y tesorero eran, respectivamente, Clemente Zavaleta y Percy Hill. En las vocalías, estaban Juan Fagalde, Manuel Cossio (h) y Ángel Miguel Esteves.
Como aún faltaban siete años para que se creara la Asociación Argentina de Jugadores de Polo (fundada recién en 1924), Tucumán mantenía relación con los equipos porteños por medio del River Plate Polo Club.
En varias canchas
Pronto, muchos jinetes tucumanos se entusiasmaron con la práctica de este juego, sumándose al flamante club. Se jugaba en el parque y también en canchas habilitadas en los ingenios San José, El Manantial y La Corona, cuyos propietarios se habían convertido en activos polistas. Entre los jugadores de entonces, la crónica citaba, además de las citadas autoridades, a Stewart Shipton, Alberto Cossio, Gerónimo Helguera, Eduardo Paz, Carlos Paz, Luis Grunauer, Laurencio Leal Lobo, entre otros.
El entusiasmo inicial duró varios años, pero empezó a declinar a mediados de la década de 1930. Sería en el siguiente decenio, de 1940, que arrancó una nueva etapa. En La Ramada se fundó el equipo “San Patricio”. Sus jugadores (Rufino Cossio Alurralde, Alberto Cossio (h), Juan Carlos Fagalde, “Pichín” Terán), competían allí con el de “Los Caranchos” (Pedro Lautaro y “Mangolo” Posse, Luis Ruiz de Huidobro, Carlos Paz). Apareció también el equipo de El Manantial, formado por los hermanos Hill Terán, el capitán Jorge Rosales y Ángel Esteves (h). Y hubo un cuarto -que se formaba de vez en cuando- integrado por oficiales del Ejército y de la Policía. Por entonces, se volvió a jugar en el parque 9 de julio.
Jinetes militares
Un buen aporte al polo significó la llegada, a la guarnición militar de Tucumán, de varios oficiales de Caballería, muy buenos jugadores: sobre todo, el capitán Manuel Laprida, un 7 de handicap. Ellos y los equipos de La Ramada y El Manantial darían renovado impulso al Tucumán Polo Club.
En 1952, la comisión directiva tenía a Pedro Lautaro Posse, como presidente; Julio Martín Sueldo, secretario; Juan Carlos Fagalde (h), tesorero. En las vocalías estaban el capitán Laprida, Pedro Fagalde, el doctor Cossio Alurralde, Ricardo Frías (h) y Luis Ruiz de Huidobro. Resolvieron solicitar la afiliación del Club a la Asociación Argentina de Jugadores de Polo.
Se vivía entonces una época de esplendor. Luego de haber triunfado en el Circuito del Norte “General Güemes”, en Salta, el club participó en la Copa “República Argentina”, campeonato con hándicap, en Buenos Aires. Fue finalista de la zona Norte, y se anotó como segundo en el resultado final de esa importante competencia. Formaban el equipo los capitanes Laprida, Raúl Aguirre Molina y Sueldo, y Juan Carlos Fagalde.
En el parque
Hay que agregar que, por entonces, empezó a jugarse intensamente al polo, en los veranos, en la cancha de la estancia “El Churqui”, de Tafí del Valle, de los hermanos Clemente y Carlos Zavaleta. Muchos años después, otro polista, el ingeniero Luis F. Chenaut, habilitaría una magnífica cancha, “El Candelero”, en su propiedad de esos parajes. Ambas se encuentran activas hasta hoy.
En el Tucumán Polo Club se sucedieron las presidencias sucesivas de Sueldo, de Aguirre Molina, y de los coroneles Julio Fernández y Enrique Hermelo. En 1954, el club se adjudicó el Circuito Güemes, en Salta, y organizó en Tucumán un torneo donde participaron calificados representantes de la Asociación Argentina.
Además, el Gobierno concedió al club la cancha y la vieja casa del parque 9 de julio, conocida como “La granja”. Esta fue remodelada, se parquizó el sector, y se construyó una tribuna de cemento. Tales obras se pudieron realizar gracias a los fondos recaudados en numerosas fiestas y comidas que, además, dieron al club una gran difusión. Un logro muy importante fue que la concesión oficial de la cancha del parque se prorrogara hasta 1979.
“Los Primos”
Al ya teniente coronel Sueldo, elegido presidente por segunda vez, lo sucedieron en el cargo el coronel Juan Manuel De la Vega, el doctor Bernardo Colombres, luego Sueldo por tercera vez, el coronel José E. Vigil Monteverde y el coronel Manuel González. Esto hasta 1964, a la vez que se incorporaba una buena cantidad de nuevos socios, entre ellos numerosos jóvenes jugadores.
El año anterior, se jugó en Tucumán el Circuito Güemes, y el club se impuso en ese torneo con el equipo conocido como “Los Primos” (los hermanos Alberto y Manuel Cossio Frías, Juan Pablo Nougués y Ricardo Frías hijo). Fue ese elenco uno de los mejores del polo tucumano. Jugaron varios años juntos y resultaba muy difícil derrotarlos. A esa altura, ya una nueva generación de polistas alternaba con la vieja. Hacia 1975, esos jóvenes defendían los colores del club, que se había incorporado, por convenio de septiembre de 1964, a la Sociedad Rural de Tucumán. Ambas instituciones utilizaban la sede y la cancha del parque.
Donación y préstamos
En 1977, la Rural y el Tucumán Polo Club, que presidía Ernesto Frías Silva, debieron dejar su localización en el parque. Se jugó entonces en el Campo Norte, del regimiento 19 de Infantería (gracias a los oficiales J.C. Hidalgo y A. Vázquez), y en una cancha cedida en préstamo por el Gobierno, en el ex ingenio San José.
Corrían los años 1980, cuando se obtuvieron nuevos espacios para el juego. La señora Raquel López Pondal de Sortheix prestó un terreno a esos efectos, y el jugador Adolfo López Duhart donó una fracción en Tapia (hoy cancha 2, sede social y corrales), cuyo acondicionamiento empezó de inmediato. Ese mismo año, Carlos Bertola fundó el club “La Esperanza”, en Yerba Buena, cuyo equipo (Carlos, José y Paulo Bertola y Silvestre Garrós) se adjudicaría el Circuito Güemes, en 1986.
Otro club de polo apareció en 1984: “La Arisca”, en La Ramada, presidido por Alcira Cossio de Paz Posse, con jugadores como Ramón Paz Posse (h), Oscar Colombres (h), César Terán (h), Juan Mendilaharzu, Alberto Cossio (nieto), Miguel Paz Posse, entre otros. Este equipo ganó el Circuito Güemes y jugó la Copa “República Argentina” en Buenos Aires. Luego ganaría varias ediciones del Circuito Güemes. A fines de esa década se sumó a los elencos el club de polo “San José”, en Garmendia, fundado por Luigi Rizzi.
Hacia el siglo
Por iniciativa de la Asociación Argentina de Jugadores de Polo, se instituyó en 1988 el Campeonato Argentino del Interior, con hándicap, con la participación de nueve provincias. Se realizó sucesivamente en Salta, Tucumán, Mendoza, Rosario y Córdoba. Nuestra provincia estuvo representada por el Tucumán Polo Club primero y luego por “La Arisca”.
En cuanto a las canchas, se contaba ya con la donación de López, el préstamo de Sortheix, y con otra fracción en Tapia, cedida en comodato por la firma Ticucho, representada por el escribano Héctor Colombres (h). Transcurría 1990 cuando el Tucumán Polo Club y “La Arisca” resolvieron agrupar a todos los clubes, construir la sede social, mantener las tres canchas, construir los corrales y otras medidas que representaban un concepto nuevo y moderno de manejo.
Al fundarse el Club de Campo “Las Cortaderas”, acogió en sus flamantes instalaciones de Tapia, al Tucumán Polo Club y a “La Arisca”. Actualmente, la centenaria institución está presidida por el ingeniero Federico Pasquini.
Una serie de actos significativos ha organizado el Tucumán Polo Club para festejar su primer siglo de vida. Según se anunció, varios de los jugadores más importantes del mundo vendrán a nuestra ciudad, en representación de la Asociación Argentina de Jugadores de Polo.
Una comisión provisoria se entrevistó con el entonces gobernador Juan Bautista Bascary. Este puso a disposición del nuevo ente “todo lo que perteneció a la Sociedad Rural, incluidas instalaciones y materiales”, y dispuso que en el parque 9 de Julio se le cediera el terreno necesario.
La institución acordó denominarse “Tucumán Polo Club”. La presidía el teniente coronel Juan Rogelio Alvelo; el vice era el doctor León Rougés; secretario y tesorero eran, respectivamente, Clemente Zavaleta y Percy Hill. En las vocalías, estaban Juan Fagalde, Manuel Cossio (h) y Ángel Miguel Esteves.
Como aún faltaban siete años para que se creara la Asociación Argentina de Jugadores de Polo (fundada recién en 1924), Tucumán mantenía relación con los equipos porteños por medio del River Plate Polo Club.
En varias canchas
Pronto, muchos jinetes tucumanos se entusiasmaron con la práctica de este juego, sumándose al flamante club. Se jugaba en el parque y también en canchas habilitadas en los ingenios San José, El Manantial y La Corona, cuyos propietarios se habían convertido en activos polistas. Entre los jugadores de entonces, la crónica citaba, además de las citadas autoridades, a Stewart Shipton, Alberto Cossio, Gerónimo Helguera, Eduardo Paz, Carlos Paz, Luis Grunauer, Laurencio Leal Lobo, entre otros.
El entusiasmo inicial duró varios años, pero empezó a declinar a mediados de la década de 1930. Sería en el siguiente decenio, de 1940, que arrancó una nueva etapa. En La Ramada se fundó el equipo “San Patricio”. Sus jugadores (Rufino Cossio Alurralde, Alberto Cossio (h), Juan Carlos Fagalde, “Pichín” Terán), competían allí con el de “Los Caranchos” (Pedro Lautaro y “Mangolo” Posse, Luis Ruiz de Huidobro, Carlos Paz). Apareció también el equipo de El Manantial, formado por los hermanos Hill Terán, el capitán Jorge Rosales y Ángel Esteves (h). Y hubo un cuarto -que se formaba de vez en cuando- integrado por oficiales del Ejército y de la Policía. Por entonces, se volvió a jugar en el parque 9 de julio.
Jinetes militares
Un buen aporte al polo significó la llegada, a la guarnición militar de Tucumán, de varios oficiales de Caballería, muy buenos jugadores: sobre todo, el capitán Manuel Laprida, un 7 de handicap. Ellos y los equipos de La Ramada y El Manantial darían renovado impulso al Tucumán Polo Club.
En 1952, la comisión directiva tenía a Pedro Lautaro Posse, como presidente; Julio Martín Sueldo, secretario; Juan Carlos Fagalde (h), tesorero. En las vocalías estaban el capitán Laprida, Pedro Fagalde, el doctor Cossio Alurralde, Ricardo Frías (h) y Luis Ruiz de Huidobro. Resolvieron solicitar la afiliación del Club a la Asociación Argentina de Jugadores de Polo.
Se vivía entonces una época de esplendor. Luego de haber triunfado en el Circuito del Norte “General Güemes”, en Salta, el club participó en la Copa “República Argentina”, campeonato con hándicap, en Buenos Aires. Fue finalista de la zona Norte, y se anotó como segundo en el resultado final de esa importante competencia. Formaban el equipo los capitanes Laprida, Raúl Aguirre Molina y Sueldo, y Juan Carlos Fagalde.
En el parque
Hay que agregar que, por entonces, empezó a jugarse intensamente al polo, en los veranos, en la cancha de la estancia “El Churqui”, de Tafí del Valle, de los hermanos Clemente y Carlos Zavaleta. Muchos años después, otro polista, el ingeniero Luis F. Chenaut, habilitaría una magnífica cancha, “El Candelero”, en su propiedad de esos parajes. Ambas se encuentran activas hasta hoy.
En el Tucumán Polo Club se sucedieron las presidencias sucesivas de Sueldo, de Aguirre Molina, y de los coroneles Julio Fernández y Enrique Hermelo. En 1954, el club se adjudicó el Circuito Güemes, en Salta, y organizó en Tucumán un torneo donde participaron calificados representantes de la Asociación Argentina.
Además, el Gobierno concedió al club la cancha y la vieja casa del parque 9 de julio, conocida como “La granja”. Esta fue remodelada, se parquizó el sector, y se construyó una tribuna de cemento. Tales obras se pudieron realizar gracias a los fondos recaudados en numerosas fiestas y comidas que, además, dieron al club una gran difusión. Un logro muy importante fue que la concesión oficial de la cancha del parque se prorrogara hasta 1979.
“Los Primos”
Al ya teniente coronel Sueldo, elegido presidente por segunda vez, lo sucedieron en el cargo el coronel Juan Manuel De la Vega, el doctor Bernardo Colombres, luego Sueldo por tercera vez, el coronel José E. Vigil Monteverde y el coronel Manuel González. Esto hasta 1964, a la vez que se incorporaba una buena cantidad de nuevos socios, entre ellos numerosos jóvenes jugadores.
El año anterior, se jugó en Tucumán el Circuito Güemes, y el club se impuso en ese torneo con el equipo conocido como “Los Primos” (los hermanos Alberto y Manuel Cossio Frías, Juan Pablo Nougués y Ricardo Frías hijo). Fue ese elenco uno de los mejores del polo tucumano. Jugaron varios años juntos y resultaba muy difícil derrotarlos. A esa altura, ya una nueva generación de polistas alternaba con la vieja. Hacia 1975, esos jóvenes defendían los colores del club, que se había incorporado, por convenio de septiembre de 1964, a la Sociedad Rural de Tucumán. Ambas instituciones utilizaban la sede y la cancha del parque.
Donación y préstamos
En 1977, la Rural y el Tucumán Polo Club, que presidía Ernesto Frías Silva, debieron dejar su localización en el parque. Se jugó entonces en el Campo Norte, del regimiento 19 de Infantería (gracias a los oficiales J.C. Hidalgo y A. Vázquez), y en una cancha cedida en préstamo por el Gobierno, en el ex ingenio San José.
Corrían los años 1980, cuando se obtuvieron nuevos espacios para el juego. La señora Raquel López Pondal de Sortheix prestó un terreno a esos efectos, y el jugador Adolfo López Duhart donó una fracción en Tapia (hoy cancha 2, sede social y corrales), cuyo acondicionamiento empezó de inmediato. Ese mismo año, Carlos Bertola fundó el club “La Esperanza”, en Yerba Buena, cuyo equipo (Carlos, José y Paulo Bertola y Silvestre Garrós) se adjudicaría el Circuito Güemes, en 1986.
Otro club de polo apareció en 1984: “La Arisca”, en La Ramada, presidido por Alcira Cossio de Paz Posse, con jugadores como Ramón Paz Posse (h), Oscar Colombres (h), César Terán (h), Juan Mendilaharzu, Alberto Cossio (nieto), Miguel Paz Posse, entre otros. Este equipo ganó el Circuito Güemes y jugó la Copa “República Argentina” en Buenos Aires. Luego ganaría varias ediciones del Circuito Güemes. A fines de esa década se sumó a los elencos el club de polo “San José”, en Garmendia, fundado por Luigi Rizzi.
Hacia el siglo
Por iniciativa de la Asociación Argentina de Jugadores de Polo, se instituyó en 1988 el Campeonato Argentino del Interior, con hándicap, con la participación de nueve provincias. Se realizó sucesivamente en Salta, Tucumán, Mendoza, Rosario y Córdoba. Nuestra provincia estuvo representada por el Tucumán Polo Club primero y luego por “La Arisca”.
En cuanto a las canchas, se contaba ya con la donación de López, el préstamo de Sortheix, y con otra fracción en Tapia, cedida en comodato por la firma Ticucho, representada por el escribano Héctor Colombres (h). Transcurría 1990 cuando el Tucumán Polo Club y “La Arisca” resolvieron agrupar a todos los clubes, construir la sede social, mantener las tres canchas, construir los corrales y otras medidas que representaban un concepto nuevo y moderno de manejo.
Al fundarse el Club de Campo “Las Cortaderas”, acogió en sus flamantes instalaciones de Tapia, al Tucumán Polo Club y a “La Arisca”. Actualmente, la centenaria institución está presidida por el ingeniero Federico Pasquini.
Una serie de actos significativos ha organizado el Tucumán Polo Club para festejar su primer siglo de vida. Según se anunció, varios de los jugadores más importantes del mundo vendrán a nuestra ciudad, en representación de la Asociación Argentina de Jugadores de Polo.
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