Caso Daiana: adquirió mucha importancia la tarea de los perros rastreadores

Los animales confirmaron que la joven estuvo en la ladrillera y encontraron las cartas que el principal acusado le habría escrito Los canes que buscan a Daiana Garnica son solicitados en causas de todo el país

DISTENSIÓN. “Atenea”, “Alma”, “Duke” y “Halcón” juegan con sus guías. ante la mirada del jefe de división. la gaceta / fotos de antonio ferroni DISTENSIÓN. “Atenea”, “Alma”, “Duke” y “Halcón” juegan con sus guías. ante la mirada del jefe de división. la gaceta / fotos de antonio ferroni
26 Mayo 2017

“Duke” toma agua con desesperación y luego tironea con fuerza de la cuerda para correr en el rectángulo de césped. “Halcón” es obediente y hace gala de su entrenamiento policial, pero a veces se le sale la cadena cuando ve su juguete favorito. “Atenea” se pasea por el lugar como en puntas de pie, fina y elegante. “Alma” es fuerte pero tranquila; es la última que sale de su canil, pero lo hace sin ningún apuro. Los cuatro canes están en su tiempo libre, luego de buscar a Daiana Garnica durante una larga jornada de nueve horas.

Publicidad

Los perros forman parte del cuerpo K9 de Bomberos Voluntarios de Punta Alta y ya generaron importantes avances en la causa: encontraron un dije con la letra “D” y las cartas que el principal sospechoso (Darío Suárez) le habría escrito a la adolescente, ente otros elementos. Además, confirmaron que la muchacha estuvo en la ladrillera donde trabaja Suárez.

“A diario nos sorprenden los lugares a los que nos llevan los perros”, confiesa el segundo jefe, Pedro Gómez Peña. En uno de los rastrillajes, “Duke” y “Alma” los guiaron hasta una finca de limones que estaba a 16 kilómetros de la casa de Daiana, y que no estaba en los planes de nadie en la investigación. Allí se encontró un guante y el dije, que se están peritando.

Publicidad

“La idea era crear el grupo para nuestra zona. Jamás creímos que íbamos a estar en Tucumán”, advierte la encargada de Personal, Lucía Ramírez. Aunque apenas tienen dos años con el equipo de perros (integrado también por “Nacha”, “Trehua” y la cachorra “Uma”), los llaman los investigadores de todo el país: en abril, “Halcón” encontró el cuerpo sin vida de Araceli Fulles en Buenos Aires; al terminar esta semana, estarán en Chaco haciendo otra búsqueda.

“Uno siempre se predispone a encontrar a la persona viva, pero para este trabajo se necesita una personalidad especial, que nosotros ya la teníamos forjada por ser bomberos”, explica el jefe de la división, Raúl Rodríguez. “Hay muchas sensaciones encontradas. Siempre hay un orgullo de que el perro haga un buen trabajo, pero también uno se pone en la situación que está viviendo, y a veces son horribles”, agrega Gómez Peña.

Sin embargo, pese al dramatismo que se vive, los perros están ajenos. “Su instrucción es a base de juegos”, informa Ramírez. En ese sentido, si hacen un buen trabajo, logran un premio. “Tratamos de que se entienda que al perro lo sacamos jugando. Puede ser chocante encontrar un cuerpo y que nos vean jugando con el perro, pero es parte del sistema. Es su premio por hacer un buen trabajo, y su forma de desconectarse”, aclara Rodríguez.

Cuando encuentran algún rastro, los perros lo persiguen hasta que encuentran algo que consideran importante. Allí realizan la marcación, que debe ser interpretada por su guía. “Duke”, por ejemplo, se queda quieto; “Halcón” se sienta; “Atenea” mueve la cola.

El equipo se completa con el instructor Marcos Herrero y con los bomberos auxiliares Romina Ibarra, Melina Marchese y Lucas Maciel. Estos dos últimos se quedaron en el cuartel por cualquier contingencia. En cuanto a la forma de actuar del equipo, siempre es igual: van hasta la casa de la persona desaparecida, hacen que los canes olfateen algo suyo y luego parten hacia donde los perros los lleven. Un guía va leyendo los indicios que estos marcan un auxiliar va marcando un mapa con detalles, además de estar atento al contexto.

“Un perro puede seguir un rastro hasta cinco kilómetros”, explica Ramírez. “Les enseñamos a detectar sangre, cabello, flujos, pero también restos humanos. Pueden detectar huesos quemados e incluso elementos en el agua”, añade Herrero, con orgullo de sus canes.

LOS PERROS

“Halcón”: ovejero sable

Tiene cuatro años y es bivalente: puede reconocer personas vivas y restos humanos. Su principal característica es la predisposición al trabajo. En abril halló el cuerpo enterrado de Araceli Fulles, que estaba cubierto con una capa de cemento, en San Martín, Buenos Aires.

“Duke”: sabueso bloodhound

Tiene cinco años y es bivalente como “Halcón”. Cuando encuentra un rastro, tira de la correa “como un tractor” y es uno de los más inquietos. Se destacó especialmente en la búsqueda de elementos fundamentales para la causa de Daiana Garnica.

“Alma”: labradora chocolate

Tiene cuatro años y se especializa en el rastreo de moléculas humanas en áreas grandes. Los bomberos dicen que es imparable cuando encuentra un rastro. Tuvo una tarea destacada en las búsquedas de Micaela Ortega, Katherine Moscoso y José Castro Sepúlveda.

“Atenea”: pointer mestiza

Tiene cinco años y su especialidad es el rastreo de moléculas humanas. Es fina y precisa para buscar, y muy amorosa y juguetona con su guía. En diciembre, halló el cuerpo de José Castro Sepúlveda, un hombre de 84 años, en Punta Blanca, Buenos Aires.

Comentarios