Quiroga y Lentini fueron los “tanques” salvadores de San Martín

Impidieron que el “Santo” sea vencido en casa por “CC”, que hizo negocio

17 Junio 2017

Bruno Farano - LG Deportiva

¿Quién dijo que dos centrodelanteros no pueden jugar juntos en ataque? Por lo menos Diego Cagna, que sólo necesitó una charla con la nueva CD para sellar su continuidad en San Martín, puede discutir a Marcelo Bielsa sobre aquella polémica afirmación de que dos “tanques” no podían convivir en una misma área.

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Es que ayer San Martín salvó el honor ante Central Córdoba gracias a Mauro Quiroga y a Ramón Lentini. Los dos “tanques” de Bolívar y Pellegrini, al igual que en el juego contra Almagro, aportaron un grito cada uno, demostrando cuánto valen hoy en cancha para San Martín.

Es que una vez más, jugando en casa, el “Santo” se vio atado de pies y manos. Falló en la generación de fútbol, abusó del pelotazo, equivocó los caminos y le facilitó el trabajo a un “Ferroviario” que pedía a gritos llevarse algo de Tucumán. Por eso la visita se hizo fuerte del medio hacia atrás, cediéndole la pelota a San Martín para tratar de herirlo de contra. Así fue.

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El “Santo” se dejó llevar por la desesperación y la impotencia de no poder encontrar los caminos hacia el arco santiagueño y “liberó” el flanco izquierdo, el sector por el que la visita le asestó un “gancho” al hígado. Arnaldo González aprovechó un quedo defensivo para poner el 1-0, que a esa altura era un premio demasiado excesivo para “CC”. Y los nervios volvieron a saltar a escena.

Pero Cagna acomodó los tantos en el entretiempo y el que salió a jugar los primeros minutos de la parte final fue otro San Martín. Sin mucho juego, pero con mucha entrega y ganas de dar vuelta la historia.

Quiroga empardó rápido. Pero el sector izquierdo de la defensa “santa” volvió a rifar la suerte del equipo. Matías Zbrun entró como Juan por su casa y habilitó a Leandro Becerra, que puso el 2-1.

San Martín volvió a apostar a su dupla de ataque y se llevó un pleno. Lentini marcó un golazo de cabeza para sentenciar el empate y para demostrar que si la cosa viene difícil, todo se soluciona por obra y gracia de los dos “tanques” que siempre están al acecho de lastimar al contrario.

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