Un tackle desafortunado en un amistoso de pretemporada contra Lawn Tennis, allá por febrero, le costó a Nicolás González un diagnóstico difícil de digerir: ruptura de radio, luxación de cubito y corte de ligamentos del antebrazo. En palabras más simples, se rompió todo. Sin embargo, el mayor dolor fue no haber podido aportar a la clasificación de Lince al Súper 10, un evento muy esperado por un club que rebotó una y otra vez cuando el formato era de Súper 8. Ahora, mientras el tryman del Regional 2014 se come las uñas contando los días de las tres semanas que le faltan para volver, examina las claves de un equipo que ya tiene un nuevo objetivo: llegar a los playoffs.
“El equipo está en un proceso madurativo importante. El staff está trabajando muchísimo en eso, para que Lince siga creciendo día a día”, explicó “El Cañonero”, un argumento con el que Matías Bermejo está completamente de acuerdo.
“Lince maduró mucho como equipo. Eso se advierte mucho en que antes de nos escapaban muchos más partidos por detalles. Hoy se sale a proponer su juego, y cuando entra a las 25 rivales, casi siempre se va con puntos. Además hay una competencia interna muy dura para jugar en el primer equipo”, enumeró “Verde”, otro de los que se muerde por recuperar la continuidad, luego de una seguidilla de lesiones.
El problema vienen siendo los segundos tiempos. “La concentración y la disciplina son cosas que debemos mejorar”, agrega Bermejo, en clara referencia a la posibilidad que dejó escapar Lince de llevarse un triunfo de Concepción el domingo: “tres amarillas y 11 penales te complican las cosas. Igual, se rescata la entrega hasta el final”.
El próximo escollo en el camino de Lince es nada menos que el líder, Tucumán Rugby, al que ya logró vencer en la primera fase. Repetirlo sería una gran inyección de confianza en la carrera hacia los playoffs. “Queremos llegar, pero para eso primero hay que ganar. De a monedas se hacen los billetes”, simplifica González.