Siete cuadras de pura devoción a la Virgen de La Merced

Ayer los tucumanos honraron a la Virgen de La Merced con una procesión y una misa presidida por el cardenal Luis Villalba, quien se refirió en su homilía a las elecciones.

25 Septiembre 2017

Por costumbre, las homilías no se aplauden. Pero la de ayer, la que pronunció el cardenal Luis Héctor Villalba, en su carácter de administrador diocesano (tras la renuncia del ex arzobispo Alfredo Zecca) fue interrumpida 13 veces por la multitud que colmó la plaza Independencia para honrar a la Virgen de La Merced, patrona de Tucumán. El cardenal advirtió: “el acto eleccionario exige una gran transparencia que lo aleje de prácticas demagógicas y presiones indebidas como el clientelismo y la dádiva”. Además les exigió a los candidatos que muestren a la ciudadanía las propuestas concretas que tienen para Tucumán en temas puntuales como la droga, la desocupación, la corrupción y la independencia de los poderes del Estado. Que digan qué leyes impulsarán para mejorar la Provincia y cuál es su posición frente al aborto y la eutanasia.

Las 5.000 sillas blancas que se dispusieron sobre calle 24 de Septiembre, frente a la plaza, no dieron abasto, y se sacaron 100 más. Aun así hubo gente parada en la solemne misa que presidió el cardenal Villalba. En el altar levantado frente a la Catedral estaba también el arzobispo electo, el padre Carlos Sánchez, que presidió por última vez los actos patronales como párroco de La Merced.

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El lugar reservado para las autoridades, donde casi siempre suelen sobrar sillas, estaba totalmente ocupado. Asistieron el gobernador, Juan Manzur; el intendente, Germán Alfaro, y el presidente subrogante de la Legislatura, Julio Silman, con todo su gabinete y hasta funcionarios de tercera línea, además de autoridades militares.

Monseñor Villalba comenzó su homilía señalando que la Iglesia es esencialmente una comunión. “Cada uno de nosotros y cada comunidad estamos llamados a descubrir más profundamente las exigencias de la Iglesia como misterio de comunión. Esta comunión -dijo- es reflejo de la Trinidad, esto nos entusiasma y compromete, porque la comunión exige muerte y donación, desprendimiento y entrega. La comunión exige que nos respetemos en nuestra diversidad y nos armonicemos en la caridad”.

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La segunda parte de su prédica la dedicó a las elecciones parlamentarias. Comenzó con una frase del papa Francisco. “Hago mías sus palabras: ‘ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres. Es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos”.

“El acto eleccionario requiere que los ciudadanos conozcan las propuestas que se proponen. Esto compromete al que se postula a que defina claramente su programa de acción política”, señaló. “Es necesario que los partidos hagan conocer con suficiente antelación sus programas - insistió-. No se puede aceptar que quienes se preparan para gobernar no ofrezcan a los ciudadanos conceptos precisos sobre puntos fundamentales que interesan a toda la población”.

En consecuencia invitó “a los políticos a que presenten con honestidad y responsabilidad sus propuestas, que deben ofrecer soluciones a los grandes problemas que aquejan a nuestra Provincia y a nuestra patria y también los medios concretos para terminar con la injusticia, la pobreza, el hambre, el desempleo, la inseguridad y la corrupción. Deben incluir también los planes para mejorar la salud y la educación”, propuso.

Siete preguntas

La homilía de Villalba concluyó con siete interrogantes a los candidatos en las próximas elecciones:

1- “¿Cuáles son sus proyectos para mejorar la nutrición, la educación, la vivienda, el cuidado del ambiente?” “Los problemas sociales no se resuelven con el clientelismo, sino con trabajo y con salarios dignos. El que trabaja tiene derecho a una justa remuneración, de manera que el salario sea suficiente para el sustento del trabajador y de su familia”, advirtió.

2- “¿Qué hará para que tanto el hombre como la mujer tengan un trabajo digno y estable?”

3- “Hoy, desgraciadamente, nos encontramos con el flagelo de la droga que está destruyendo, especialmente a los jóvenes”, lamentó. ¿Qué legislación promulgará para enfrentar y afrontar la lucha contra el narcotráfico?”, interpeló.

4- “¿Qué leyes impulsará para mejorar las jubilaciones?”

5- “¿Cuál es su posición concreta sobre la despenalización del aborto y la legalización de la eutanasia?”

6- “¿Qué hará para rechazar decididamente la corrupción y la impunidad?”

7- “¿Qué hará para garantizar la independencia de los tres poderes del Estado?”

La misa terminó con un cerrado aplauso de los fieles. La fiesta siguió con un concierto de campanas entre las iglesias ubicadas alrededor de la plaza Independencia. Al finalizar se llevó a la Virgen de regreso a su camarín y se la despidió con pañuelos blancos y aplausos. Cuando ya no quedaba ningún sacerdote, el pueblo siguió celebrando con un festival artístico.

Lágrimas de madre.- Doña María Elena no para de llorar y de sonreír al mismo tiempo. Es la madre del padre Carlos Sánchez. Está sentada a un costado del altar. Le parece increíble que en pocos días su hijo vaya a convertirse en arzobispo de Tucumán. “Me casé en la iglesia de La Merced, un 24 de Septiembre”, dice como una forma de explicar que toda la vida del padre Carlos no fue más que un camino hacia donde Dios quiso.

LA CITA ES EL VIERNES 13 A LAS 20.- Durante la misa frente a la plaza Independencia, el cardenal Luis Villalba reveló que la ceremonia de ordenación episcopal del padre Carlos Sánchez se realizará a las 20 del viernes 13 de octubre en Atlético.

LA PROCESIÓN VISTA DESDE ARRIBA .- Después del acto cívico militar por los 205 años de la Batalla de Tucumán, en la plaza Belgrano, se encaminó la procesión hasta la plaza Independencia. Gracias a los drones se pudo observar que los fieles ocuparon siete cuadras detrás de la imagen de la Virgen de La Merced. El recorrido fue por Alberdi y luego por 24 de Septiembre.

Descalza, detrás de la Virgen.- Desde hace cuatro años Julia Artaza se quita los zapatos antes de comenzar la procesión. “Es mi forma de agradecerle por todo lo que recibo. Hoy le estoy pidiendo por mi esposo que debe ser operado de la vejiga”, dice con rostro sereno. La acompañan dos de sus cuatro hijos.

Mujeres “gauchas”.- La agrupación de Mujeres Tradicionalistas de Tucumán estuvo presente con un atuendo de gaucho, pero con pollera. Ellas se sumaron a varias agrupaciones gauchas integradas mayoritariamente por hombres.

Pidiendo por la salud.- Mercedes Valdez camina en procesión todos los 24 de Septiembre desde hace siete años. La acompaña su hija Eliana, que está en diálisis. “Le pido a la Virgen que me dé fuerzas para sobrellevar mi enfermedad. A veces caigo en depresiones, y la Virgen me levanta. Gracias a Dios tengo el apoyo de mi familia y de mi novio”, dice la joven de 32 años. Mercedes ruega por sus siete nietos.

UN MAR DE BANDERITAS.- Nadie va con las manos vacías. Banderas argentinas y papales se agitan en un mar de fieles cada vez que por micrófono se nombra a la Virgen de La Merced, redentora de cautivos. “Señora líbranos de las cautividades de la droga, de la trata de personas, del egoísmo, de la mentira, de la falta de misericordia, de cascotearnos unos a otros. Madre ayúdanos a vivir en comunión”, reza el padre Carlos Sánchez.

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