Luego del revuelo que causó el secuestro del automóvil del jugador de Atlético Alejandro Melo porque el rodado habría estado involucrado en hechos ilícitos, se conocieron algunos detalles del caso. Si bien al principio trascendió que el Peugeot 308 habría sido usado por una banda que utilizaba un inhibidor de alarmas, luego se supo que en realidad habría sido utilizado por un grupo de personas que rompieron el vidrio de una camioneta para robar, y que no tenían pedido de detención porque el auto jamás había aparecido. Además, se informó que se sospecha que tenían una particular forma de adquirir y deshacerse de los vehículos.
Las confusiones surgieron a partir de una información: que el auto de Melo tenía pedido de secuestro de la fiscala Adriana Giannoni. Esto es cierto, pero la titular de la fiscalía VIII° había subrogado la II° antes de que esta quedara en manos de Claudio Bonari, y allí habían tenido una causa parecida, en la que sí había inhibidores de alarmas. De hecho, al parecer, el año pasado hubo un mes en que este delito estuvo de moda, porque en el siguiente turno la fiscalía III°, a cargo de María del Carmen Reuter, también tuvo que investigar a usuarios de inhibidores.
El auto que compró el jugador de Atlético había sido usado por la banda de inhibidores de alarmas
Lo cierto es que en la VIII°, Giannoni había pedido el secuestro del Peugeot 308 porque había sido filmado en un robo, en el que un grupo de personas rompían el vidrio de una camioneta para robar las pertenencias que habían adentro. La división Delitos Contra la Propiedad, en ese entonces a cargo de Alejandro Siwecki, presentó un informe en el que señalaba que el automóvil había estado en manos de un grupo de personas -todos ellos familiares- que se dedicarían a cometer robos.
Una fuente de la investigación confirmó que se realizaron ocho allanamientos en las casas de los distintos apuntados como miembros de este grupo, pero no encontraron el automóvil. Sin embargo, hubo dos hallazgos que permitieron continuar con la investigación: la gran cantidad de celulares secuestrados -esta medida aún continúa, a un ritmo de 10 aparatos peritados por semana- y una gran cantidad de autos. Al investigar los rodados, saltó una sospechosa coincidencia: todos habían sido comprados en el mismo lugar y en ninguno de los casos se había realizado la transferencia, por lo que lo autos no aparecían a su nombre. Casualmente, en el caso de Melo, existe un documento de compra en una concesionaria, pero la propiedad habría pasado de su dueña anterior, una mujer chaqueña, al jugador.
Ante la falta del Peugeot 308, la Justicia no tuvo argumentos para pedir la detención de las personas que eran dueñas de las viviendas allanadas, al menos por ese robo en particular. Sin embargo, allí comenzó otra investigación, que incluyó el pedido de declaración informativa del dueño de la concesionaria, que según los documentos presentados por Melo ante la Justicia, sería Martín Méndez. Las fuentes indicaron que no existe ninguna acusación en su contra.
Con la aparición de este automóvil, que fue secuestrado la semana pasada a Melo cuando viajaba con su compañero Favio Álvarez, se estima que se podrá avanzar con la investigación desde este punto, paralelamente con las pericias de los celulares. El primer punto a aclarar, en este caso, será confirmar que estuvo en manos de los acusados, como indican los informes preliminares policiales.