Favio Álvarez: pasó el mareo; comenzó el show

El goleador se hace cargo del pasado, mientras festeja un presente ideal

ENCIMA TIENE GOL. El cordobés no aporta sólo tacos, gambetas y caños. También sabe definir en el área rival: lleva dos gritos seguidos, contra Vélez y Racing. la gaceta / foto de franco vera ENCIMA TIENE GOL. El cordobés no aporta sólo tacos, gambetas y caños. También sabe definir en el área rival: lleva dos gritos seguidos, contra Vélez y Racing. la gaceta / foto de franco vera
30 Octubre 2017

Ahí está él. Lo siguen los fanáticos a sol y a sombra. Es el mismo que tardó años en darse cuenta que debía cambiar si quería mejorar. Ese que hoy hace delirar a los hinchas de Atlético, cuando años atrás su rendimiento convencía en los clubes donde fue consolidando su carrera.

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En Atlético, Favio Álvarez encontró su lugar en el planeta fútbol. Maduró, confiesa el estratega dueño de esos recursos que provocan aplausos en las tribunas. Un caño, una gambeta, el pase filtrado, una definición notable “picando” el balón ante la salida del arquero son sus credenciales. Favio, el que pasó por la peluquería en busca de un nuevo look, brilla tanto o más como su cabello platinado. Si no, remitirse a los recientes lamentos (y patadas) de los rivales del “Decano”: River, Vélez y Racing.

“Estoy viviendo un momento lindo, importante. Me sale todo bien gracias al equipo”, reconoce el dueño del factor imprevisibilidad en el “Decano”. “Es el equipo el que te da la confianza para jugar. Mis compañeros me hacen sentir importante”, sigue en la misma frecuencia Favio, el mismo al que Juan Azconzábal ni tenía en cuenta entre sus prioridades.

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Y casi por una casualidad comenzó a entrar en juego. Dos rojas seguidas de Guillermo Acosta (hoy de lo mejor del equipo también) le abrieron camino al cordobés para jugar de doble cinco. Entonces, empezó a volar Álvarez, el que ahora se mueve como volante interno, por las bandas o enganche. Desde esta última posición propone un fútbol sutil, lleno de sorpresa. Álvarez es el potrero en versión albiceleste.

“Tengo mucho para dar y también para seguir disfrutando”, asegura el buen amigo de David Barbona, uno de sus socios predilectos en el campo. “Nosotros tenemos que hacernos sentir en casa. Sumar puntos y subir en la tabla”, habla ahora “Pincel” sobre los que pisen el Monumental a futuro, porque contra Racing Atlético dio el primer paso para borrar una estadística horrenda jugando en el torneo de Primera: el sábado ganó su cuarto partido en 22 presentaciones.

Lo que intriga es saber cómo este Álvarez no explotó en Talleres, en Defensa y Justicia ni en Sarmiento de Junín. ¿Cómo es posible? “He madurado, he crecido -afirma-. He aprendido de los errores que cometí cuando era más chico. Me tocó debutar muy joven en un equipo grande (por Talleres). No me agrandé pero quizás pude haberme mareado”, confiesa Favio, ya con la primera ovación a su nombre en el bolsillo. “Uno siempre trata de dar lo mejor, y por suerte a mí se me está dando. Desde que llegué, loa hinchas me ha demostrado su cariño”, agradece, a propios y extraños.

Porque también menciona a quienes estuvieron a su lado en aquellos momento nublados, oscuros. “La personas que me quieren siempre estuvieron a mi lado tratando de acomodarme. Y lo logré. Si hubiera seguido volando en las nubes hoy sería uno más”, asegura Álvarez y promete no aflojar. “Tengo mucho para dar. Vine a un equipo grande y para mí eso es importante. Debo trabajar para afianzarme. Mientras sigo creciendo y aprendiendo”, sostiene.

Lo que viene es conocido: otra posibilidad del “Decano” de escribir una línea más en su libro llamado gloria. La semifinal con Rosario Central por la Copa Argentina es un tema recurrente. Sin embargo, Álvarez pisa la pelota y hace una pausa, como si estuviera en la cancha. Antes deberán enfrentar al “Canalla” por la Superliga. “Será difícil, como todos. Iremos a un estadio complicado. Allí sufrimos el año pasado”, advierte.

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