“Faltan” 12 mujeres para que la Cámara tenga paridad de género

La actual conformación presenta el 75% de hombres, pese a la Ley de Cupo Femenino

APOYO. En 2016, Manzur y Jaldo dieron su aval a la multisectorial de mujeres, integrada por Domenichelli (Frente Renovador), Porta (PR0) y Núñez (UCR).  APOYO. En 2016, Manzur y Jaldo dieron su aval a la multisectorial de mujeres, integrada por Domenichelli (Frente Renovador), Porta (PR0) y Núñez (UCR).
25 Noviembre 2017

Las mujeres siguen lejos de una participación igualitaria en el Poder Legislativo. A pesar de que la Ley de Cupo Femenino rige desde 2015, a la actual conformación le “faltan” 12 legisladoras para empatar a los hombres en el recinto.

De las 48 bancas en funciones, 36 están ocupadas por varones (es decir, el 75%). Además, el escaño vacante, el “49”, pertenecerá sí o sí a un varón, Sergio Mansilla o César Dip, ambos del FpV. A esto se agrega que la legisladora oficialista Gladys del Valle Medina fue electa diputada nacional, y quien le sigue en la nómina es Luis Espeche. Si estos cambios se producen, tal como está previsto, el predominio masculino crecerá a 38 de los 49 escaños (o sea, el 77,5%).

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El Congreso de la Nación dio un paso adelante a la participación igualitaria el jueves a la madrugada. A instancias de un planteo de diputadas nacionales, se trató en el recinto -y se aprobó por abrumadora mayoría- el proyecto de Equidad de Género (ver: “Macri aún debe promulgar...”). Si la iniciativa es promulgada por el presidente, Mauricio Macri, debería tener impacto en las nacionales de 2019. Pero como las provincias dictan sus propios sistemas electorales, la norma no afectará el diseño de las nóminas en los comicios tucumanos, dentro de dos años.

Dos grupos de legisladoras -con el apoyo de algunos “compañeros”- proponen la implementación del cupo igualitario en este distrito.

Los proyectos apuntan a modificar la ley 7.876 (Régimen Electoral Provincial) para incorporar un párrafo al artículo 26. “Las listas deberán integrarse con mujeres en una proporción del 50% sobre el total. La ubicación de las mujeres en la lista deberá realizarse alternado el número de orden entre ambos géneros. Sólo serán oficializadas las listas que cumplan con el requisito del cupo femenino establecido en este artículo”, consigna el texto, elevado el 16 de septiembre de 2016 por la peronista Silvia Rojkés y seis de sus colegas. La iniciativa agrega que “en caso de licencia, renuncia o fallecimiento, el reemplazo debe respetar el género del candidato que abandone el cargo”. Idéntico objetivo, con distinta redacción, propusieron cuatro días después la peronista Nancy Bulacio y nueve de sus pares.

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¿Cómo funciona en la actualidad el armado de las nóminas? En mayo de 2015, en la previa a los últimos comicios provinciales, la anterior conformación legislativa aprobó la Ley de Cupo Femenino, que determina la inclusión de al menos un 30% de candidatas en las nóminas para cargos electivos no unipersonales (como gobernador, intendente o comisionado rural).

Los resultados sin embargo no quedaron plasmados en la distribución de las bancas.

De las 48 bancas en funciones, 12 están ocupadas por legisladoras. Así, para graficar un cuerpo colegiado igualitario en cuanto al sexo, “faltarían” 12 mujeres y “sobrarían” 12 varones en el recinto.

El déficit en la participación de las dirigentes queda de manifiesto con mayor acento en la oposición.

De los 36 escaños en manos de varones, 14 están ocupados por postulantes que llegaron al cargo de la mano de Cambiemos -o que se convirtieron ahora en aliados, como Claudio Viña, ex Fuerza Republicana-. Es decir que el 38% de los opositores son hombres.

En cambio, de las 12 legisladoras actuales, solamente dos no fueron electas por armados rivales al Frente para la Victoria-PJ (o sea, el 16,6% de las mujeres). Y la cifra se redujo a una sola, la radical Adela Estofán de Terraf, luego de que la peronista disidente Stella Maris Córdoba decidiera acercarse a la estructura que encabeza el vicegobernador, Osvaldo Jaldo. Es decir que el 8,3% de las legisladoras no pertenece al bloque oficialista.

La preponderancia masculina también se ve reflejada en el reparto de los espacios de poder interno de la Legislatura.

La última vez que una mujer integró la mesa de autoridades del cuerpo fue en 2009, cuando la entonces oficialista Beatriz Ávila de Alfaro -resultó electa este año como diputada de Cambiemos- fue separada de la vicepresidencia 2°, como consecuencia de las tensiones con el alperovichismo en la interna del Partido Justicialista (PJ).

Desde aquel momento hasta hoy, el Poder Legislativo renovó sus miembros en dos ocasiones (2011 y 2015), pero los tres cargos de la conducción (presidencia subrogante y vicepresidencias 1° y 2°) quedaron en manos de hombres.

En la actualidad, además, de las 24 comisiones permanentes de trabajo de la Cámara, siete están a cargo de legisladoras.

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