Los primeros comentarios a la prensa de Antonio Estofán como presidente del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) sentaron mal en el Colegio de Abogados de la Capital. El Consejo Directivo de esa entidad intermedia reprochó distintas definiciones de una entrevista publicada en la edición del domingo de LA GACETA, entre ellas la intención de que los jurados de los concursos provengan de afuera de la provincia porque “conoce las debilidades humanas”. “Esta es una expresión al menos desafortunada porque arroja un manto de duda respecto de las actuaciones cumplidas por el CAM hasta la fecha, al presumir que los jurados intervinientes podrían haber estado influidos por alguna circunstancia externa. Si Estofán conoció o conoce alguna irregularidades, debió denunciarla formalmente”, manifestaron el presidente Marcelo Billone y el secretario Guillermo Arévalo en un comunicado.
Los directivos del Colegio de Abogados de la Capital dijeron que la preferencia de Estofán, vocal de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, por los evaluadores foráneos ponía en tela de juicio la idoneidad e imparcialidad de los jurados locales, tanto del estamento de los abogados como de los restantes (académicos y jueces). “Esto implica no solamente un agravio para los profesionales que han sido jurados del CAM, sino para todos los abogados, jueces y académicos de la provincia”, opinaron.
Otra queja
Billone y Arévalo atacaron también la pretensión del presidente del Consejo de armar un sólo jurado para preseleccionar a múltiples magistrados del mismo fuero e instancia (por ejemplo, los nueve cargos para el fuero del trabajo). En el presente, cada proceso tiene su propio tribunal evaluador escogido por sorteo. Según los dirigentes de la abogacía, un jurado único para múltiples concursos, lejos de acelerar los tiempos y de dar transparencia, como quiere Estofán, provocará una mayor demora y más cuestionamientos.
Los representantes de los abogados de San Miguel de Tucumán también desaprobaron que el titular del CAM apueste a fortalecer el incentivo económico. Al respecto, Estofán había dicho en referencia a los procesos laborales mencionados: “aquí un sólo tribunal va a cobrar el dinero que correspondería a nueve. Los tipos van a decir: ‘me voy a llevar una buena cantidad de plata, así que me dedicaré más’”. Billone y Arévalo afirmaron: “lamentamos que, en la visión de Estofán, la eficacia e idoneidad del jurado estén directamente vinculadas a la retribución de la tarea. Hasta fecha muy reciente (2016), la labor de los jurados era ad honorem, circunstancia que no ha resultado en desmedro de la eficacia de la tarea cumplida por estos”.