En Ranchillos el agua les llegaba al cuello

Más de 150 vecinos se vieron obligados a abandonar sus casas en medio de la madrugada y de la tormenta.

26 Enero 2018

“Me desperté a las 3 de la mañana y lo único que quería es que siguiera siendo un sueño”. Pero no. Cuando José Nieto, de 36 años, descubrió que su colchón estaba completamente mojado, cayó en cuenta de que lo que estaba viviendo era una pesadilla, pero sin estar dormido.

“Por suerte mi mujer y mi hija estaban en la capital, en la casa de unos familiares, si no hubiera sido todo más complicado”, comentó Nieto, dominado por la impotencia.

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En los barrios de San Telmo y Espíritu Santo, de Ranchillos, hubo mucha agua, pero nada de carnaval. Más de 150 vecinos se vieron obligados a abandonar sus casas en medio de la madrugada y de la tormenta, porque en algunos casos el agua les llegaba hasta el cuello. Sin operativos oficiales, los pobladores se autoevacuaron en la parroquia del Espíritu Santo, donde un grupo de fieles se puso al hombro la situación. Hicieron mate cocido y recibieron donaciones de tortillas de panaderías de la capital, porque nadie había comido nada.

Algunos vecinos, desesperados por ver el estado de sus casas, caminaban ayer por las vías del ferrocarril, que era la única manera de acceder a las zonas más inundadas. Un ómnibus de línea también cooperaba y personal de la Policía Lacustre logró acceder en lanchas. Durante la siesta tuvieron que romper la ruta 302 para evacuar el agua acumulada durante el temporal, pero aún así los vecinos más afectados pasarían la noche evacuados en la capilla.

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