César Soto se ahoga en un mar de contradicciones en el juicio por Paulina Lebbos

La ex pareja de la estudiante de Ciencias de la Comunicación afirma que está nervioso y que por eso no se acuerda nada.

DECLARACIÓN. Soto concurrió a los Tribunales con la campera de Atlético la semana pasada. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO DECLARACIÓN. Soto concurrió a los Tribunales con la campera de Atlético la semana pasada. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
05 Marzo 2018

El testimonio de César Soto, uno de los más esperados en el juicio que se impulsa por Paulina Lebbos, genera muchas dudas en la sala. El ex novio de la estudiante de Ciencias de la Comunicación dudó mucho ante el tribunal, se confundió varias y contó otras versiones de cómo fue el último día que vio a Paulina.

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"Haga memoria, son muchas las contradicciones. Última advertencia", le dijeron los magistrados a Soto luego de numerosos errores en sus dichos, al tiempo que le recordaron que se encontraba bajo juramento. En su defensa, el ex novio de Paulina aseguró que se encuentra muy nervioso y que por eso no se acuerda de nada.

Ante los jueces, Soto contó por qué no se sorprendió cuando su ex pareja desapareció. Además, declaró que no había habido hechos de violencia durante la relación; sin embargo, en la etapa de instrucción había dicho que sí.

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La semana pasada, los padres de César Soto revelaron dos elementos clave. La madre desmintió que su hijo sea miembro de la barra brava de Atlético, pero sí aseguró que como letrista (profesión que no se le conocía) pintaba pasacalles, paredes y banderas para La Inimitable, actividad que no cualquier simpatizante común realiza. La mujer también reconoció que su hijo tenía problemas de adicción y su padre ubicó los lugares de Villa 9 de Julio donde lo iba a buscar para que dejara de consumir. En esa zona vivirían varios integrantes de la barra brava.

Soto estaba en pareja con Paulina, con quien tuvo una hija. Se habían conocido en la escuela Comercio, donde iniciaron una relación sentimental. Según la versión de Virginia Mercado, Paulina se dirigió al departamento de Soto en un remisse bordó luego de haberla dejado a ella en calle La Rioja al 400, después de que se retiraron del boliche Gitana, en el ex Abasto, en la madrugada del 26 de febrero de 2006.

La pista narco

La semana pasada, Magdalena Karina Cruz, empleada doméstica de El Siambón, aportó el dato más importante en los 12 años del caso. Con el teléfono celular que estaba a su nombre, según la investigación que desarrolló la Justicia Federal, se mantuvo una conversación con un importante narcotraficante a nivel regional.

En el juicio, la mujer declaró que ese teléfono había sido adquirido y puesto a su nombre por su empleadora, Macarena Bordato, la mujer que se hizo conocida a nivel nacional en 2016 por el escándalo que protagonizó en el aeropuerto Benjamín Matienzo. También confirmó que fue su jefa la que le consiguió un abogado para que se presentara en los tribunales federales cuando fue citada por la comunicación telefónica con el narco.

Bordato, en una conversación telefónica que mantuvo desde Buenos Aires con LA GACETA, reconoció ser empleadora de Cruz, pero dijo que nunca cruzó palabra con ella y que tampoco usó esa línea de celular. Negó conocer a Virginia Mercado, ni a su hermana Jimena, ni a Gisela Rennis, José Luis Gómez (padre de Roberto Gómez, el único imputado por el crimen de la joven) y Walter “Chichilo” Acevedo (uno de los líderes de La Inimitable, la barra brava de Atlético).

Galería 19 fotos Virginia Mercado, amiga de Paulina y la última persona que la vio con vida, prestó declaración durante toda una jornada. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Alberto Lebbos, en su rol de querellante, asiste a todas las audiencias. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Jimena Mercado, hermana de Virginia, reveló que a los pocos días de la desaparición de Paulina, dos personas armadas identificándose como miembros de alguna fuerza, ingresaron ilegalmente al departamento. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex subjefe de policía Nicolás Barrera y el sargetno retirado Hugo Rodriguez. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Alberto Lebbos, junto a su abogado Emilio Mrad y los acusado Roberto Luis Gómez y Eduardo Di Lella.LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex jefe de policía Hugo Sánchez conversa con el ex subjefe Nicolás Barrera. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Nicolás Barrera, dialoga con su abogado Gustavo Carlino, durante un cuarto intermedio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Carlos Posse, abogado defensor de Hugo Rodríguez. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Roberto Luis Gómez, el único acusado del crimen y desaparición de Paulina, durante un cuarto intermedio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El fiscal Diego López Ávila y los abogados querellantes Mrad y Tejerizo. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El imputado Héctor Brito, ex jefe de la Unidad Regional Norte (URN). LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los abogados defensores Gustavo Morales y Cergio Morfil. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El imputado, Eduardo Di Lella, ex secretario de seguridad de la Provincia, mantiene distancia de los demás acusados durante los cuartos intermedios. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El secretario de la sala, Marcos López Frías, dialoga con Alberto Lebbos. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El ex jefe de policía Hugo Sánchez y su abogado defensor, Andrada Barone. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los fiscales Diego López Ávila y Carlos Saltor. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Durante las declaraciones del denominado grupo de testigos del Abasto, las jornadas fueron más extensas de lo pre fijado por el Tribunal. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Los primos Jimena Mercado, Virginia Mercado y Alejandro Aramayo, fueron sometidos a un careo, ya que estos dos últimos aseguraron no recordar haber sufrido un allanamiento ilegal en su domicilio. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
El juicio reabrirá esta semana con la declaración de testimonial de César Soto, ex novio de Paulina. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
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