Los últimos cruces entre Atlético y Talleres fueron por algo más que los tres puntos en juego

El duelo entre dos grandes del interior del país.

EL DESAFÍO. Lamas -centro- irá junto a Núñez y Díaz, entre otros “decanos”, por una nueva victoria ante Talleres, el rival al que supo condenar al viejo Argentino A. la gaceta / foto de hector peralta EL DESAFÍO. Lamas -centro- irá junto a Núñez y Díaz, entre otros “decanos”, por una nueva victoria ante Talleres, el rival al que supo condenar al viejo Argentino A. la gaceta / foto de hector peralta

Si en un cruce entre Talleres y Atlético no hay una cuota de drama, la ecuación no funciona. No cierra. Rivales en Primera en la actualidad, ambos se han lastimado en la categoría y también abajo, en la B Nacional. No importa el momento, a decir verdad, sus enfrentamientos tienen un trasfondo especial. Son un thriller extendido después de los 90 minutos reglamentarios que dejan cicatrices. Incluso, su historia de alegrías y tristezas han sabido conocerse.

Hoy, la “T” es el escolta de Boca, está a ocho puntos y aspira a recortar camino cuando desde las 21.15 reciba al “Decano” en el “Mario Alberto Kempes”. Talleres apela al factor presión ante el líder, pero Atlético jamás le resultó ser un rival sumiso, juegue con titulares, un “mix” o suplentes natos. En realidad, ha sido Atlético en el pasado su última parada hacia la desgracia. Por duplicado.

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Quizás la más dolorosa de todas para los cordobeses fue el 1-4 del 6 de junio de 2009 en su propia casa. Esa tarde Talleres descendía al viejo Argentino A y Atlético sellaba su ascenso a Primera, con varias fechas por delante de la B, torneo en el que se consagraría campeón.

Fue el primero de dos mazazos que supo darle el “Decano” a los “Tallarines”, porque en 2014 volvió a dejarlo débil en la tabla y a casi condenarlo a perder nuevamente la categoría, tras haber ascendido la temporada anterior. Aquella noche del 14 de mayo, con Héctor Rivoira nuevamente como técnico y Sebastián Longo como héroe, Atlético le daba vuelta el partido a la “T”, ganaba 2-1 y obligaba a los entonces comandados por Jorge Ghiso a construir un milagro para evitar el infierno del Argentino A. No hubo milagro, sí descenso.

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La taba cambió quizás cuando ambos se volvieron a ver en la A. En el único enfrentamiento oficial, Talleres venció 2-1, días después de que el equipo de Pablo Lavallén perdiera con Palmeiras (3-1) y quedará eliminado de la Copa Libertadores 2017. No había fuerzas en un equipo mentalmente demolido.

Por eso este partido no será uno más para ninguno de los dos. A la “T” le urge ganar, pero a Atlético también, justo cuando tiene la cabeza puesta nuevamente en la Libertadores y en sacarse de encima los ocho puntos que le restan para olvidarse del promedio en esta temporada.

“Talleres es un gran desafío. De alguna forma, si logramos traer los tres puntos habremos resarcido los tres que perdimos en casa con Defensa”, reconoce Andrés Lamas, el uruguayo que asegura no pensar en Libertad, el rival del martes por la Libertadores.

Lamas recontra jura que la prioridad es el torneo local, que la Copa es un regalo del cielo que hay que saber disfrutar y defender. Ganarle a Talleres, avanzar en la tabla y olvidarse de promedio, ese es el premio mayor. No será sencillo. En frente estará el rival menos goleado (ocho goles en contra).

El drama, claro, está asegurado.

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