“Legalizar el aborto es un verdadero suicidio demográfico”

La médica Chinda Brandolino vino a Tucumán a disertar en la Semana de los Derechos del Niño por Nacer

COMPROMETIDAS. Chinda Brandolino (izquierda) y la tucumana Florencia Nucci, del Observatorio de la Vida. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI.- COMPROMETIDAS. Chinda Brandolino (izquierda) y la tucumana Florencia Nucci, del Observatorio de la Vida. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI.-
06 Abril 2018

Sus días transcurren entre la vida y la muerte. Aunque su especialidad es trabajar con los muertos (es médica forense) ama y defiende la vida con el alma y con su profesión. Chinda Brandolino, de La Plata, es médica legista y dirige una fundación para defensa de la vida que ella misma ha creado. Su misión, en estos tiempos de debate sobre la legalización del aborto, consiste en desbaratar los razonamientos que lo apoyan, con argumentos científicos y con datos estadísticos.

Brandolino vino a Tucumán para participar de la Semana de los Derechos del Niño por Nacer que se realizó en la Legislatura y en la Universidad San Pablo-T y que continúa hoy en la Catedral (ver nota destacada).´En una visita a LA GACETA, junto a Florencia Nucci, del Observatorio de la Vida, la médica refutó algunos argumentos de quienes promueven el aborto.

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1) “Al principio sólo hay un grupo de células”. Brandolino contesta: “en todos los mamíferos, la vida comienza desde la concepción. En el instante en que se fusionan los núcleos del espermatozoide y el óvulo se genera una nueva vida, distinta a la de la madre. En la primera semana se ve ya un ser biológico definido. En la segunda ya tiene forma humana y a las ocho, tenemos un corazón que late”.

2) “Cada año se realizan 500.000 abortos inseguros y mueren 100 mujeres por esa causa”. Responde: “es un disparate. Por año nacen en la Argentina 600.000 niños. Estados Unidos, por ejemplo, tiene 600.000 abortos con una población de 323 millones de habitantes. Si hubiera 500.000 abortos en la Argentina sería un genocidio. En cuanto a las muertes maternas, en 2015 hubo 254 y en 2016, 248, y 43 muertes producidas por abortos (y los provocados por enfermedades). Hay más muertes por desnutrición (955) y suicidios (550) que por abortos”.

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3) “Hay un subregistro de las muertes maternas por abortos clandestinos”. “Estamos hablando de cifras exactas: 43. No puede haber muertes no registradas. Si el médico que recibe un aborto en curso en el hospital no dice nada y la mujer muere, él queda como culpable, por eso es que se denuncia. Si se presenta un caso dudoso se hace una autopsia. No se puede esconder un cadáver”.

4) “Los países que han legalizado el aborto han disminuido las muertes maternas y los abortos”. “En España cuando se lo legaliza, en el 85, había 400 por año; en 2011 ya eran 140.000 y hoy pisan 200.000. El crecimiento del aborto en los países donde se legalizó es exponencial. Cuando el aborto es un delito las mujeres tenemos la garantía de que el médico va a denunciar la causa del deceso. Pero si dejara de serlo muchas mujeres podrán morir en abortes legales -como en Estados Unidos, que superan las 3.000 muertes- porque se firma un consentimiento legal”.

5) Aborto en el hospital: “en los hospitales públicos apenas hay presupuesto para atender las enfermedades graves en niños y madres y salvar vidas. ¿Vamos a poner los hospitales al servicio del aborto para que aumenten en forma exponencial como va a ocurrir si se legaliza?”

6) Los países desarrollados promueven el aborto. “En 1974, los países desarrollados iniciaron una campaña de despoblación de los países ricos en recursos como la Argentina. El informe “Implicancias del crecimiento poblacional para la seguridad de los EEUU y sus intereses de ultramar” señala que para el siglo XXI EEUU habrá consumido todos los minerales que necesita para su industria y que si los países del tercer mundo tienen un importante crecimiento poblacional tendrán su propio desarrollo industrial. Se propusieron entonces esconder las metas demográficas detrás de planes sanitarios, por eso no se habla de aborto sino de salud reproductiva, ni de promover el aborto en los jóvenes sino de educación sexual, no se dice aborto sino interrupción voluntaria del embarazo”.

Brandolino recalca: “la Argentina es un país despoblado, con 12% de ancianos en su pirámide demográfica, con una tasa de fertilidad de 2,1, cuando para mantener la población se debe tener por lo menos 2,4 hijos por mujer. Francia, que también tiene muchos ancianos, es un país 20 veces más chico que Argentina, con una población que nos duplica, y sin embargo da un premio de 2.800 euros a la francesa que tenga un hijo; 20.000 euros en el tercer hijo y 1.000 euros por mes al niño hasta los 12 años. Esto es una política demográfica positiva”, dice. Y concluye: “legalizar el aborto es un suicidio demográfico y un atentado a la biología”.

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