Hace 20 años, Rosario fue sede de la primera Fiesta Nacional de Teatro fuera de la Capital Federal, organizada por el entonces flamante Instituto Nacional de Teatro (INT). Desde hace varios días, la principal ciudad de Santa Fe respira la alegría del retorno de los elencos de todo el país, con avisos publicitarios que convocan a llenar las salas y un clima de efervescencia en el sector que hace olvidar la crisis que atraviesa la actividad.
Hasta el próximo sábado las preocupaciones de los teatristas se tomarán un recreo. El sol brilla sobre el río Paraná y es una señal de buen augurio, porque bastante actividad está programada al aire libre o en espacios costeros, como el Centro de Expresiones Contemporáneas, un complejo de salas y oficinas donde está el INT y es el punto de encuentro de los artistas viajeros entre el río y el Paseo de las Artes. En esa zona conviven el Galpón de la Música, la explanada donde se expresan las artes callejeras, los espacios de exposiciones de plástica y fotografía, la Isla de los Inventos y las propuestas infantile, mercados de artesanías y oferta gastronómica. Precisamente, la apertura fue al aire libre, en la explanada del Parque de España.
La ciudad sufre una invasión silenciosa de 300 teatristas invitados de toda la Argentina, entre creadores, críticos, funcionarios, estudiantes y público. La ansiedad fluye cuando el horario de las funciones se acercan, como lo atestiguan los integrantes de las 32 obras seleccionadas (dos de ellas, tucumanas). La grilla se completa con homenajes, presentaciones de libros, mesas panel, talleres y espectáculos en adhesión. En total hay más de medio centenar de actividades.
Luego de la inauguración estaba listo para presentarse anoche el elenco tucumano de “El circo de los Marsilli”, que en una combi cubrió los poco menos de 1.000 kilómetros que distancian Rosario de Tucumán. Llegaron sobre el mediodía, tras 12 horas de viaje y ocho antes de subir a escena.
El grueso de las tareas organizativas recaen sobre el secretario general del INT, Miguel Palma, y su equipo. A diferencia de otras Fiestas, como las realizadas hace dos años en Tucumán y el año pasado en Mendoza, no hay empleados porteños atendiendo las necesidades, sino contratados locales.
Ayer, antes de la inauguración, se esperaba la llegada del director ejecutivo del organismo, el rafaelino Marcelo Allasino, sobre quien recae la responsabilidad política del organismo, y del ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto. Por la Municipalidad, tercera pata de los aportes para el encuentro que costará más de $10 millones, iba a participar la intendenta Mónica Fein.
Al público poco le importa la presencia de políticos. Su atención está centrada en las obras, con la promoción muy tentadora de que las entradas están a $80, la mitad de lo que cuestan normalmente tanto en Rosario como en Tucumán. En tiempos de bolsillos flacos, se auguran salas llenas, lo cual es para festejar en sí mismo.