Kris Kacprzak y otros 15 paracaidistas salieron del aeródromo de Clonbullogue (Irlanda) y saltaron de la avioneta un rato después.
El salto se produjo sin inconvenientes, pero la aeronave tuvo problemas y se estrelló en una zona cercana.
En el accidente murieron dos personas: el piloto Neil Bowditch y Kacper, el hijo de siete años de Kacprzak, destaca Daily Mail.
Cuando Kris, originario de Dublín, se percató de la caída de la nave, corrió casi un kilómetro hacia la zona pantanosa donde quedaron los restos e intentó desesperadamente sacar a su hijo.
El hombre cavó con sus manos entre la tierra, las piedras y los pedazos de metal pero no pudo encontrar al menor. Los rescatistas sacaron el cuerpo sin vida del nene horas después.
Según allegados a Kris, él y Kacper eran "mejores amigos". Ese día el padre le había permitido al chico acompañarlo en el vuelo como un "regalo de fin de semana".
El piloto era sumamente respetado y con gran experiencia. "No tenemos idea de lo que pudo haber pasado, pero es una tragedia para las dos familias y para nuestra comunidad", aseguraron desde el Club Irlandés de Paracaidismo.