Los médicos Roque Carrero Valenzuela y María Sylvester dicen que el aborto va en contra del juramento hipocrático

"La mayoría de los médicos de Tucumán está en contra el aborto". Argumentos.

POR LA VIDA. María Sylvester y Roque Carrero Valenzuela durante una entrevista en LA GACETA. LA GACETA TV POR LA VIDA. María Sylvester y Roque Carrero Valenzuela durante una entrevista en LA GACETA. LA GACETA TV

“Los médicos fuimos formados para salvar vidas. Ahora nos exigen que las matemos”, plantea el médico genetista Roque Carrero Valenzuela, con más de 37 años dedicados a sus pacientes, sin importar si están dentro o fuera del útero materno ni cuanto tiempo falta para su nacimiento. Plantea que de aprobarse la ley de despenalización del aborto se les pedirá a los médicos que tiren por la borda 2.500 años de juramento hipocrático.

Esta antigua declaración decía: “jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna”. Sin embargo, a fines del año pasado, en consonancia con el mensaje de la ONU, la Asociación Médica Mundial modificó la redacción del juramento hipocrático para abrir la puerta al aborto y la eutanasia. Así, los médicos en vez de jurar por “respetar la vida desde la concepción”, lo que harán será “respetar la vida” a secas. Por primera vez el texto hace referencia a la autonomía del paciente. Y dice: “respetaré la autonomía y la dignidad de mi paciente”, lo que deja en segundo plano el derecho de objeción de conciencia.

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Según el doctor Carrero Valenzuela, en Tucumán hay más de 1.000 médicos dispuestos a anteponer su objeción de conciencia si se aprueba el aborto. “Al menos eso es lo que creemos porque hay más de 1.000 firmas de médicos enviadas a la Cámara de Senadores para expresar que si se aprueba la ley no cuenten con nosotros”, aclaran Carrero Valenzuela y la médica de Familia, María Sylvester, quienes visitaron LA GACETA. Los médicos pro vida están en plena organización para asumir acciones en conjunto.

“En pocas semanas Tucumán formó un capítulo muy importante en la red nacional de médicos provida. Esa red se abrirá para todos los trabajadores de la salud porque son muchas las especializaciones que se involucran en un aborto, como los anestesiólogos y los enfermeros”, contaron. “La mayoría de los médicos está en contra, porque no fuimos formados para eso. Para nosotros el aborto es una violación absoluta de la relación médico paciente y con el Estado. Para mí, cada mujer embarazada que entra a mi consultorio son dos pacientes”, razona Carrero Valenzuela.

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La posibilidad de que se puedan aprobar abortos en forma legal llena de interrogantes a los médicos: “¿cómo será la formación de los profesionales? ¿Habrá una cátedra de aborto? ¿Quién estará capacitado para dictarla? ¿Dónde se harán las prácticas? ¿El médico de familia será obligado a hacer abortos?”, se pregunta Carrero Valenzuela como docente universitario.

Además, si la mayoría de los profesionales hace objeción de conciencia, ¿quién hará los abortos? “Los médicos del sistema no darán abasto y los pocos que lo hagan tendrán que tener dedicación casi exclusiva. A nivel privado no existe prestación gratuita, ¿cómo se va a garantizar el aborto? ¿Lo va a pagar el Estado?”, siguen sus preguntas.

El proyecto que se debatirá en el Senado el 8 de agosto pide que las prácticas se hagan con rapidez y amenaza con penas a los médicos que las demoren. “Esto significa que los abortos tendrán que entrar por guardia, porque hay que sacar turno para usar el quirófano, y así quedarán desplazadas muchas enfermedades que si bien no son urgentes, pueden agravarse”, argumentó la médica.

Sylvester recordó las cifras nacionales dadas por el jefe de Gabinete, Marcos Peña. En 2016 murieron 525 mujeres por causas nutricionales, 233 por tuberculosos, 194 por Chagas y 31 por aborto. “Si vamos a destinar recursos para una prioridad de salud pública habría que ser más apegado a las estadísticas del mismo Ministerio de Salud”, advierte Sylvester. En tanto sostiene: “está comprobado que la mortalidad materna disminuye cuando las poblaciones tienen agua potable, cloacas, acceso a las urgencias obstétricas, personal capacitado para los partos y educación”.

Listados peligrosos

Los médicos pro vida tienen especial objeción contra la confección de un listado -como se propone desde el proyecto- de profesionales que no realizan abortos. “Lo más lógico sería realizar un listado de prestadores de salud. ¿No será que es una forma de marcarnos e identificarnos para no darnos nunca una dirección en un hospital?”, sospecha Carrero Valenzuela.

Sylvester está segura de que con una ley que permita el aborto “el Estado no solucionará el nivel de vulnerabilidad de la mujer. Y, en cambio, le causará un sufrimiento extra de por vida”.

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