Caputo vende reservas para ponerle un freno al dólar, mientras Dujovne le pide recursos al FMI

El Central se desprendió de unos U$S 210 millones para mantener el tipo de cambio. El titular del Central prepara el terreno para obtener financiamiento externo y acompañará a Macri para hablar con inversiones en Nueva York, durante septiembre. Dujovne abre el paraguas y anuncia una caída del PBI.

EL EQUIPO ECONÓMICO. Caputo escucha a Dujovne. Ambos son los encargados de tomar las decisiones para encarrilar al mercado cambiario en el país.  REUTERS EL EQUIPO ECONÓMICO. Caputo escucha a Dujovne. Ambos son los encargados de tomar las decisiones para encarrilar al mercado cambiario en el país. REUTERS
28 Agosto 2018

El Banco Central salió ayer a vender parte de sus reservas internacionales con el fin de frenar una escalada en el precio del dólar. Así, se desprendió de unos U$S 210 millones pero la divisa estadounidense terminara la jornada en $ 31,54 para el tipo vendedor. La suba respecto del viernes ha sido de siete centavos, con pocas operaciones en el mercado cambiario.

El Central, la entidad que preside Luis Caputo había ofrecido ayer hasta U$S 300 millones en una primera subasta. En ella se adjudicaron U$S 100 millones con un precio promedio de corte de $ 30,87; luego otros U$S 110 millones en una segunda compulsa luego del mediodía de ayer, con un valor de $ 30,85.

“Las más decididas intervenciones del BCRA -directamente en sucesivas subastas- amortiguaron el deslizamiento del dólar mayorista hasta los $ 31, aún en una rueda donde algunas monedas emergentes vuelven a evidenciar debilidad ante la salida de capitales”, indicó el economista Gustavo Ber al analizar el comportamiento del mercado cambiario.

Las reservas internacionales finalizaron de la entidad monetaria nacional cerraron ayer en U$S 55.154 millones, disminuyendo U$S 186 millones respecto del viernes último.

En tanto las acciones subieron el 1,55% y recortaron parte de la pérdida de 4,5% que acumularon la semana pasada, impulsada principalmente por el retroceso de los títulos de los bancos. Según Ber, la expectativa de un importante préstamo de banco privados y del Tesoro de EEUU (por un monto cercano a los U$S 15.000 millones), en busca de completar el programa financiero 2019 y así despejar las dudas crediticias, tuvo una positiva repercusión entre los activos locales.

La intención de Caputo es tratar de avanzar en esas conversaciones con inversores antes del viaje del presidente Mauricio Macri, el 18 de septiembre, para asistir a una cumbre de la ONU en Nueva York. El jefe de Estado tiene previsto reunirse allí con inversores para explicarles la situación financiera y económica del país, en medio de persistentes dudas acerca del rumbo argentino. Según publicó Perfil.com, con el préstamo que se gestiona, el Gobierno busca generar un reaseguro que muestre cierta solvencia del país ante los acreedores. De esta manera, y usando la metáfora oficial, la Casa Rosada intenta despejar los nubarrones de la tormenta financiera que aún cae sobre la economía nacional.

Todas estas situaciones se dieron justo cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, había proyectado una caída del 1% para la actividad económica de este año, particularmente por la sequía que afectó a la actividad agropecuaria, a la crisis cambiaria posterior y, finalmente, al contexto financiero global.

En diálogo con periodistas de agencias internacionales de noticias, Dujovne había pronosticado que, el año que viene, la Argentina volverá a observar signos positivos en su rumbo económico, con una expansión estimada en un 1,5%. Además, dijo que espera que el déficit de cuenta corriente en 2019 alcance al 3% del Producto Bruto Interno (PBI), consignó un cable de la agencia Reuters.

“Por supuesto que el crecimiento ha sido menor que el que esperábamos. El impacto directo de la sequía ha sido de 1,3 puntos del PBI, pero si uno mira los impactos indirectos sobre maquinaria agrícola, transporte, comercio, la sequía se ha llevado dos puntos de nuestro crecimiento de este año”, explicó el funcionario nacional.

A su vez, Dujovne reconoció que la economía se verá afectada por la incertidumbre que genera el reciente escándalo de corrupción en la obra pública entre 2005 y 2015, que involucra a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y que llevó al arresto de exfuncionarios y empresarios.

Por otra parte, los activos argentinos se vieron especialmente afectados por una turbulencia en los mercados emergentes que llevó al Banco Central a subir la tasa de interés hasta el 45% anual para contener la devaluación del peso, que cayó casi un 40% en el año.

Dujovne dijo que la suba del riesgo país (se encuentra en torno de los 700 puntos básicos) y el spread de los bonos en dólares no “reflejan adecuadamente los fundamentals y el nivel de financiamiento que tiene Argentina”.

Otra cuota

La Argentina, que firmó en junio un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por U$S 50.000 millones, podría tener cerrado el financiamiento del año si se renuevan tan solo el 40% de los vencimientos del sector privado.

Si se renovaran el 100%, el Gobierno contaría con una prefinanciación hasta marzo de 2019.

“Los spreads de los bonos argentinos exageran absolutamente nuestro nivel de riesgo”, indicó Dujovne, quien anunció que solicitará al Fondo un desembolso de U$S 3.000 millones en septiembre.

El funcionario señaló que, además, el país pidió al FMI que se removiera del acuerdo un plan para que el Tesoro recompre letras intransferibles que actualmente están en manos del Banco Central por U$S 3.125 millones trimestrales, una cifra que acumularía U$S 15.000 millones hasta fin del 2019. La recompra de las letras generaba una “fuente de incertidumbre” en el mercado, explicó el ministro.

“Esa operación había sido ideada como forma de ir cancelando el stock de Lebac del Central. Pero toda vez que el Banco Central avanzó con un programa con fondos propios o con un diseño propio para la cancelación de Lebac, consideramos junto con el Fondo que ya no era relevante mantenerlo”, explicó Dujovne.

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