Un rostro, un dominio y una mancha de sangre. Esos son los tres elementos con que cuenta la fiscala Adriana Giannoni para dar con los autores del robo de la estatua “Meditación” del parque 9 de Julio. El hallazgo de la pieza, encontrada ayer en Villa Muñecas, alimentó aún más las sospechas de que empleados municipales estarían involucrados en el hecho. “Bajo ningún aspecto el caso está cerrado”, explicó la investigadora.
La estatua desapareció el 1 de agosto del principal paseo público de la provincia. Las autoridades de la dirección de Espacios Verdes realizaron la denuncia el martes 7, es decir, seis días después de haberse producido el hecho. Por esa irregularidad y otros puntos oscuros que surgieron cuando se observaron las imágenes que quedaron registradas en la cámara de seguridad de la zona, comenzaron a surgir indicios en contra de los empleados municipales.
La fiscala citó a declarar como imputado a Rufino Valdiviezo, jefe del Departamento de Seguridad de la repartición. Lo acusó de incumplimiento a los deberes de funcionario público, al considerar que no había hecho la denuncia en tiempo y forma de la sustracción de la pieza, que pertenece a un conjunto de réplicas colocadas sobre la avenida Ramón Paz Posse hace casi un siglo. Fue traída de Europa por Juan B. Terán y colocada en el parque en 1927. El empleado, cuando se presentó a declarar, responsabilizó a sus superiores de la demora y aportó otros datos importantes para la investigación.
Cuando Giannoni realizaba allanamientos por esta causa, “Meditación” fue ubicada misteriosamente, ayer, en Federico Helguera al 2.300. Encontrarla en medio de una calle de ripio de Villa Muñecas sirvió para descartar que el ladrón tuviera previsto llevarla a otra provincia como se había especulado y tomó forma la hipótesis de que iba a terminar decorando alguna vivienda o en el catálogo de algún coleccionista privado. Se estima que su valor asciende a $ 200.000 “No podemos descartar nada. Hay que seguir con la investigación”, dijo la fiscala.
Dudas
“No sabemos quién la tiró porque por aquí casi no hay movimiento”, dijo Fernando Herrera, vecino del lugar. “Algunos dicen que la arrastraron, pero no sé. Puede ser porque había una huella. Hay que ver si la sacaron de alguna casa del barrio o intentaron arrastrarla hasta donde hay un basural. Quizás alguien los vio, se asustaron y la dejaron allí”, agregó.
El comisario Francisco Picón, subjefe de Policía, no confirmó ni descartó esa hipótesis. “Estamos investigando la posibilidad de que haya estado oculta en una vivienda del barrio”, explicó. Por las dudas, se dejó consigna policial en todas las casas hasta que la Justicia librara orden de allanamiento para requisarlas.
Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad aportaron muchos datos para la investigación. En una de ellas se obtuvo la fotografía de un hombre al que, por el momento, no se pudo identificar.
También se confirmó que la estatua fue trasladada en una camioneta utilitaria blanca. Los vecinos le dijeron a LA GACETA que en la zona donde apareció la pieza circula un vehículo de esas características. Los pesquisas habían conseguido (de las cámaras del parque) una imagen muy borrosa del dominio del rodado sospechoso. Ayer, esa fotografía fue enviada a Salta para que, a través de un programa especial, se mejore su nitidez y allí se pueda distinguir las letras y números que aparecen en la chapa para identificar a su propietario.
La fiscalía ya había identificado a un empleado de Espacios Verdes que tenía una camioneta de similares características. Lo interrogaron y este aseguró que la había vendido. Ahora debería presentarse en tribunales para que confirme esos datos a través de una declaración informativa.
Por otra parte, al revisar la estatua se encontraron manchas que serían de sangre y podrían pertenecer a una persona que se lastimó cuando trasladaba “Meditación”. Los peritos de la Policía tomaron muestras y las dejaron reservadas para una futura prueba genética.