25 Octubre 2018
"MEJORES AMIGOS". Los hermanos Miguel y Jorge Estrella, en un retrato de archivo.
A la cultura tucumana le toca despedir hoy a uno de sus más grandes exponentes, Jorge Estrella. Autor de una veintena de libros, a lo largo de su carrera fue un destacado escritor de ensayos sobre filosofía de la ciencia, e incursionó con éxito en los relatos en los que mezcló la imaginación con sus experiencias personales.
Hermano del reconocido artista Miguel Ángel Estrella, Jorge se graduó en 1962 como profesor de Filosofía en la Universidad Nacional de Tucumán y tres años después ya tuvo a su cargo el dictado de "Teoría e Historia de la Ciencia" en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT.
Fue uno de los colaboradores más jóvenes de LA GACETA Lteraria, junto a Tomás Eloy Martínez. Obtuvo el premio “Pablo Rojas Paz” con su obra Cuartelario y otros cuentos en la bienal 1963-1965 convocada por el Consejo Provincial de la Provincia de Tucumán para escritores del noroeste argentino. Y dos premios hispanoamericanos por su relato “El tren” y por su ensayo “Tres razones para la libertad”, premios “Hernández Catá” (1983, narrativa) y “José Martí” (1985, ensayo) respectivamente. Ambos concursos fueron abiertos para escritores hispanoamericanos por la Asociación de Críticos y Comentaristas de Artes (Miami).
A lo largo de su carrera ejerció la docencia en distintas universidades nacionales, además de la tucumana (San Juan, Salta, Santiago del Estero); y de Chile (Universidad de Chile y Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación).
Sus libros fueron publicados por editoriales como Hachette, Andrés Bello, Editorial Universitaria o Claridad, y sus más de 400 ensayos aparecieron en revistas especializadas del país y del extranjero. Dirigió también la Revista de Filosofía de la Universidad de Chile y colaboró en suplementos literarios de periódicos de otros países, como El Mercurio (Santiago de Chile).
El 28 de noviembre de 2006, el pianista Estrella recordó en LA GACETA una anécdota sobre su hermano Jorge, al que definía como "el mejor" de sus amigos: "Poco antes de mi secuestro, en 1977, me decía: 'dale una gorrita de jefe a alguien y entonces verás que, si es mediocre, mostrará lo peor que anida en su alma'. Otra de sus citas que siempre me acompañó desde que en sus juveniles 20 años se publicó su primer libro premiado, fue la dedicatoria que me escribió: 'a mi hermano del alma, a quien me unen tantas diferencias'".
Los restos fueron trasladados a Vinará, una localidad santiagueña cercana a Las Termas del Río Hondo, en la que Estrella pasó buena parte de su infancia.
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