“La variedad de caña elegida debe resistir las enfermedades”

Esteban Brito (Los Balcanes) dijo que cada campaña plantea desafíos.

27 Octubre 2018

La Compañía Azucarera Los Balcanes maneja 17.245 hectáreas de caña de azúcar, donde la problemática de enfermedades, plagas y malezas son, sin lugar a dudas, temas que deben ser atendidos en cada campaña. El objetivo es proteger al cultivo con la estrategia económica, ambiental y agronómicamente razonable, para que exprese su máximo potencial productivo, planteó Esteban Brito.

La caña de azúcar es un cultivo semiperenne. Por tal motivo, “la variedad de caña a implantar deberá permanecer en el sistema productivo a lo largo de todo el ciclo”; por esto, es que la misma debe adaptarse al ambiente y, principalmente, ser resistente o tolerante a las principales enfermedades.

Enfermedades sistémicas: El uso de caña semilla proveniente de “vitroplantas” (libre de enfermedades) es la mejor estrategia. La experiencia demuestra que con medidas estrictas se logran bajar el nivel infestación hasta casi el 1%.

Manejo de Plagas: el monitoreo en la época correcta y conocer la mejor estrategia de control para las principales plagas en caña de azúcar, es la mejor estrategia para evitar que los insectos se lleven parte de la producción. Mosis, pseudaletia y diatraea sacharalis son las tres plagas donde se destinan recursos de forma recurrente. El manejo o el control de diatraea no está resuelto definitivamente.

Control de malezas: Tiene varios componentes (agronómicos, económicos y operativos) que inciden en el resultado. Estos son el conocimiento del lote, el cultivo antecesor, la selección del principio activo, la dosis y el momento de aplicación, componentes deben ser siempre considerados. Es por ello que la conciencia y exigencia ambiental y la necesidad de certificación de productos, hace que el manejo fitosanitario de este cultivo tenga muchas facetas, lo que lleva a que exista demanda para incorporar tecnologías y estrategias.

Malezas y herbicidas

Por otro lado, Marcelo de la Vega (docente de la FAZ) disertó sobre el “Manejo de la resistencia de malezas a los herbicidas”. Afirmó que el agroecosistema es una variante de un ecosistema natural que está en continua evolución. La agricultura constituye la fuerza selectiva más importante en la evolución de malezas, donde ciertas especies se ven favorecidas y otras perjudicadas por las prácticas de manejo. 

Dentro de las especies, los individuos presentan variaciones heredables, cuya frecuencia cambia a través de las generaciones por las restricciones que impone el ambiente, forzando la supervivencia del más apto o “selección natural”. En los últimos años, el manejo de soja y maíz se modificó, produciendo cambios en la comunidad de malezas. 

El pasaje de “labranza convencional” a “siembra directa” y la introducción de “cultivares transgénicos resistentes a glifosato”, aumentó la presión de selección y ocasionando una evolución hacia biotipos resistentes. Esto derivó en una selección hacia especies que se vieron favorecidas al crecer sin competencia. 

La resistencia es detectable cuando los biotipos resistentes alcanzan un 30% de la población, momento en el que el banco de semillas estará integrado, principalmente, por individuos resistentes. Consecuentemente, esta lenta detección hará difícil el manejo. 

Es así como el profesional responsable debe entender que “ningún herbicida está exento de generar resistencia” y, por ello, debe mantenerse actualizado, y las recomendaciones de herbicidas que haga deben estar dirigidas a minimizar los riesgos de ocurrencia de resistencia.

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