El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata suma títulos y proyecciones en todas las secciones rumbo a su cierre este sábado. Hoy a las 22.30, en el Cine del Paseo de ese balneario y en el marco de este certamen de categoría A (el único de ese nivel en América Latina), se estrenará “Encandilan luces, viaje psicotrópico con Los Síquicos Litoraleños”. Este particular documental con participación de productores y técnicos tucumanos, aunque filmado fuera de la provincia, que compite en la categoría de banda de sonido original en una sección dedicada a la música.
En este trabajo tuvo mucho que ver Juan Pablo Di Bitonto, quien integra la Cámara de la Industria Audiovisual de Tucumán (reúne a las pequeñas y medianas empresas, productoras y proveedores de servicios para el sector) y es el productor ejecutivo de esta película junto a Hernán Luna, ambos impulsores de Carbono Films.
El filme es presentado como un largometraje dirigido por Alejandro Gallo Bermúdez, y es su ópera prima sobre un grupo de chamamé experimental de Curuzú Cuatiá, Corrientes, que recorre el mundo con su propuesta musical desde hace nueve años y es considerada en Europa como el “Pink Floyd de los pobres”. El proyecto ganó el concurso federal Raymundo Gleyzer del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y el Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural de Salta. Fue filmada en Corrientes, Salta y Tucumán.
“Los Síquicos Litoraleños inventaron un nuevo formato, que llamaron chipadelia, mezcla de chamamé y psicodelia, con elementos que juegan con hongos alucinógenos y con ovnis. Es un documental disruptivo, divertido, ágil y dinámico”, explica el productor, radicado en Tucumán desde hace años. En el filme se registra tanto desde el choque cultural cuando se grita un sapucay en un recital europeo como la pelea con el músico correntino Cristian Osorio, creador de los extintos Saltimbankis.
- ¿Desde la Cámara apuntan a las producciones en acuerdo con otras provincias?
- Estoy convencido de que el novísimo cine argentino va a venir desde el interior del país. Ya viene pasando con Córdoba, Mendoza y Misiones, y ahora se suma Tucumán, con la sanción de la ley de apoyo a la actividad. Tiene que ver con el acceso a los recursos y con las nuevas tecnologías. Ya no alcanza filmar sólo con la ayuda del Incaa, que está en una política fuertemente restrictiva y con graves problemas, por lo que es fundamental el respaldo de los Gobiernos provinciales.
- ¿Confían en el éxito de la ley local?
- Es fundamental para el crecimiento actual y a futuro. Desde la Cámara vamos a proponer un plan de acción a cinco, 10 y 15 años, porque no sólo hay que recibir el fomento, que repercute en trabajo, sino proyectarla en el tiempo con ideas sólidas para minimizar los errores. Falta reglamentar la ley, igual que cualquier otra norma.
- ¿De qué monto será el fondo a distribuir?
- La ley habla de crear un fondo equiparable a tres costos promedio de largometraje en el país, un monto que fija el Incaa y que ahora está en $12,5 millones cada uno. Serían unos $37,5 millones al año, que irán desde la preproducción hasta la distribución para los proyectos que sean seleccionados. Si el Incaa se recupera, como va a pasar porque las instituciones sobreviven a los hombres que las dirigen, tener aportes de la Nación y de la provincia significará que se mejorará la industria en general, porque se alcanzará más calidad, se insumirá menos tiempo para filmar y habrá más trabajo. Hay que tener en cuenta que una película demora entre tres y seis años en todo su proceso de creación; es un trabajo lento.