Emprendió viaje con la esperanza de sumar la foto más importante

RECUERDOS.  Emilia estuvo en la final de la Súpercopa Argentina, también ante Boca. A Amadeo Carrizo pudo abrazarlo con fuerza y con su madre y hermanas pisó el césped del estadio que hoy será el escenario donde se coronará al Rey de América. Ahí también, bandera en mano, acompañó a Cavenaghi en su despedida. RECUERDOS. Emilia estuvo en la final de la Súpercopa Argentina, también ante Boca. A Amadeo Carrizo pudo abrazarlo con fuerza y con su madre y hermanas pisó el césped del estadio que hoy será el escenario donde se coronará al Rey de América. Ahí también, bandera en mano, acompañó a Cavenaghi en su despedida.

El álbum de fotos de Emilia Torretta es la envidia de cualquier hincha de River. “En todas las finales lo vi campeón”, dice la concepcionense. Emilia emprendió viaje ayer para estar hoy en El Monumental con la esperanza de seguir esa racha personal de acompañar al “Millonario” en finales y siempre festejar. Volverá al estadio para instarlarse en una de las tribunas, aunque alguna vez estuvo pisando el césped. Un privilegio que pocos tuvieron... gratis. “En la familia algunos ni recuerdan que esa foto existe”, contó Torretta sobre los recuerdos de la imagen que posee, cerquita de uno de los arcos.

La que no tiene conciencia de la relevancia de esa imagen es su mamá. “Se llama María Eugenia y es cero fútbol. El papá de ella era de Boca encima y por eso le tiraban esos colores, pero por nosotros se hizo fanática de River, hasta es socia”, remarcó con el entusiasmo propio de un triunfo sobre su archirrival. “Esa vez éramos turistas. Andábamos por Buenos Aires y mi papá quería llevarnos a la cancha”, relató Torretta. Papá Elido comenzaba a pintarle el alma a su hija de seis años, como así también a las hermanas de Emilia, Nadia y Ruth, de cuatro y dos años, en ese entonces. “Me acuerdo a la perfección de ese día, como si fuese ayer. Pudimos entrar al estadio, pero no al campo de juego. Habíamos hablado con gente de seguridad, con directivos”, explicó.

“Ya nos íbamos y apareció una persona”, relató. La ansiedad en su voz se percibió: fue como una aparición divina que dijo palabras que sonaron mágicas. “Nos dijo que iba a hacer la excepción ya que habíamos viajado muchos kilómetros. Nos daba ese ratito para que entremos; saquemos la foto y nos vayamos. No se podía pisar el pasto y nosotros pasamos lo mismo”, recordó con felicidad. Y aunque en los últimos 20 años volvió varias veces, el regreso de hoy será distinto desde el comienzo, sin importar, cómo termine la Súperfinal. “Lo más lindo es que me voy con mis tres hermanos”, contó Emilia sumando a Elder, el hermano menor. ¿Y papá? “Está enfermo del corazón desde hace dos años y tiene ese miedito”, comentó. “En el anterior, estaba loco; hace tiempo que no lo veía así”, remarcó.

Para la eternidad

Emprendió viaje con la esperanza de sumar la foto más importante

Elido quiere que todo el mundo River sea eterno. Así de claro lo dejó cuando hizo todo lo necesario para que Concepción no dejara de tener una filial “millonaria” que hoy preside y lleva el nombre de “Federico Vairo”. “Ya existía una que se llamaba ‘Beto’ Alonso, pero se vino abajo. Mi papá quiso refundarla para que no le den de baja”, contó Emilia.

En el Monumental habrá 10 integrantes de la filial y seguramente andarán dispersos por las calles que rodean la cancha buscando tener un álbum “millonario” como el de Emilia que entre sus fotos predilectas atesora una. “Es el más grande de todos”, sentencia sobre Amadeo Carrizo. “Lo encontré en la calle que le cedió el gobierno de Buenos Aires al club, la de los quinchos externos. Un domingo viajé a ver no me acuerdo qué partido y salimos a comprar hielo para el fernet con el mejor amigo que me dio el fútbol que es un cordobés y en la salida vemos a un hombre grande, del tamaño de un ropero. De lejos ya lo reconocimos. Estábamos como a 10 metros… nos temblaba todo. Salimos corriendo y le gritamos: ‘Amadeo, Amadeo’”, describió con felicidad la hincha el encuentro con el ex arquero.

A la cacería de fotos y recuerdos inolvidables, estarán los simpatizantes de River. Y no es que no tengan una historia rica en logros, teñida sí, por aquel descenso, pero enorme al fin. Como todo gran simpatizante, el de River puede exigir más. “La historia negra ya está en el pasado, pero necesitamos una recompensa así de grande como ganar esta final”, deseó con pasión Torretta.

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