Por una educación sexual sin ideologización

25 Noviembre 2018

Las redes sociales se han convertido desde hace tiempo en la caja de resonancia de la sociedad porque les han permitido a los ciudadanos expresar, desde lo familiar y lo cotidiano de sus vidas hasta sus pareceres sobre determinados temas que les preocupan. El tono con que se abordan los asuntos refleja a menudo intolerancia. Ello sucede, por ejemplo, con la propuesta de sectores que buscan reformar la ley de creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI).

Hace unas semanas, se viralizó por WhatsApp un audio, en el cual una mujer advierte que la reformulación de la ley, tal como está planteada, puede atentar contra la patria potestad sobre la educación los hijos. Su voz expresa el temor de ciudadanos que temen que el objetivo real del cambio de la norma sea enseñarles a los chicos que los géneros son una resultante de una construcción social y cultural. Por otro lado, un escritor manifiesta en un audio que este cambio busca imponer una doctrina moral en la sexualidad y no educar sexualmente. Un sacerdote sostiene que no se permitirá que adoctrinen a los niños con una ideología contraria a la familia. La Academia Nacional de Educación también hizo escuchar sus objeciones mediante un comunicado, afirmando que las leyes actuales referidas a la ESI son instrumentos legales aptos y suficientes para encarar la problemática que abordan y que los proyectos en cuestión resultan “improcedentes y afectan la libertad de enseñanza, así como los derechos propios de las familias y de las instituciones educativas contempladas en la educación vigente”.

El Gobierno nacional ha decidido por el momento no avanzar en la reformulación de la ley y a través de su ministro de Educación ha señalado que la norma no requiere de una modificación, sino de terminar su implementación en todo el país.

Esta discusión que ha entrado por ahora en una tregua, surgió luego de que el Congreso Nacional no aprobó la ley que promovía la interrupción voluntaria del embarazo. Aquellos que apoyaban esta posición plantearon la reforma de la ESI, argumentando además que los grupos provida no deberían oponerse a la enseñanza de la educación sexual en las escuelas. “Queremos dejar muy en claro es que no estamos en contra de la educación sexual en los colegios. Pero estamos en contra de la educación sexual con ideología de género, que busca la sexualización temprana de nuestros hijos”, dijo a mediados de octubre pasado el periodista y militante provida Mariano Obarrio, en su visita a Tucumán. El dirigente señaló en la ocasión que “la ley que se está discutiendo en el Congreso dispone una vulneración a las autonomías provinciales, así como el derecho de los padres de decidir sobre la educación de sus hijos, y del derecho de las instituciones educativas al ideario propio en materia de educación sexual”.

Una de las iniciativas propone un abordaje crítico de “toda perspectiva religiosa, oscurantista, opresora, discriminativa y coercitiva” y enuncia que se debe imponer una mirada laicista y científica obligatoria; se busca entonces discriminar a los sectores que no compartan esa visión.

Intentar imponer un punto de vista que avasalla a otros sectores de la sociedad que piensan distinto, nunca puede ser un buen camino porque además se estaría cayendo en la discriminación que se pretende evitar. Según especialistas, la ideología de género que tiene muchos puntos de contactos con el dogmatismo, propone reducir la sexualidad a una construcción cultural sin que los padres y las instituciones tengan voz y voto en esta cuestión. Esta perspectiva tampoco debe ser impuesta a través de un activismo que no respeta el disentimiento. Nos parece que se debe enseñar sin caer en la ideologización.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios