01 Diciembre 2018
El ingeniero agrónomo Ramón López Domínguez asesora técnicamente a productores agrícolas de campos ubicados en los departamentos Burruyacu (Tucumán) y Jiménez (Santiago del Estero). Habló con LA GACETA Rural sobre el fin de la trilla de trigo y cosecha de garbanzo, y de las dificultades que enfrentaron este año.
- ¿Qué balance hace de la campaña de trigo 2018?
- Agronómicamente, empezamos con un 60%-70% de posibilidades de alcanzar rendimientos máximos para esas zonas. Fue un año normal, a pesar de las heladas; con precios más o menos buenos, aún con las retenciones. Pero tuvimos 12 días de temporal constante (entre el 10 y 20 de octubre pasado), con los trigos terminados. Esto arruinó la cosecha e impactó en la calidad del grano. Y sin importar los rindes, los precios no nos acompañaron. Sólo pudieron hacerse algunos negocios puntuales en función de las necesidades; así es como los productores colocaron sus trigos para alimento en feed lot, o esperaron a que mejoraran los precios.
- Las expectativas eran buenas.
- Efectivamente. En Tucumán y en el NOA, este 2018 apuntaba a tener buenos precios y resultados, pero en 10 días todo se desplomó. Las lluvias derrumbaron esas buenas expectativas. Esto provocó que en los campos tengan trigos brotados entre un 2% y un 25%, exceso de lluvias que afectó el grado de desarrollo de los granos. Fueron muchas precipitaciones para los promedios que tenemos en octubre. Así es como terminamos en algunos con hasta 120 mm de agua caída.
- ¿Qué pasó con los garbanzos?
- Los campos sembrados con garbanzos la pasaron igual o peor que los trigales por las lluvias. Hay campos donde directamente no vale la pena levantar esos granos, porque por las lluvias y los temporales no se pudo cosechar nada y casi todo se perdió o no sirve.
- ¿Qué pasó con las malezas?
- A pesar de que tuvimos altos excedentes de humedad en los suelos, en el caso del trigo las malezas no fueron un problema en esta campaña. Pero sí tuvimos que adelantar entre 20 y 30 días los barbechos para la campaña de granos gruesos, que ya estamos comenzando a sembrar.
- El trigo, ¿qué futuro tiene en Tucumán? ¿Es un negocio?
- Sembrar trigo en Tucumán no constituye un gran negocio. Muchos siembran con los remanentes de lluvias del otoño. Y en cuanto a la industria molinera en Tucumán, puedo decir que hay muchos molinos parados, casi sin actividad; sólo hay una demanda selectiva, y casi no existe avidez en el mercado.
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