Macron busca una salida a la crisis y evalúa la emergencia

Hubo repudios a las manifestaciones violentas, en París. La policía pide que se declare el estado de excepción. Acusaciones El presidente de Francia recorrió las zonas donde hubo disturbios durante las protestas.

DESASTRE. Autos vandalizados en las calles de París, después de las protestas de los “chalecos amarillos”. reuters DESASTRE. Autos vandalizados en las calles de París, después de las protestas de los “chalecos amarillos”. reuters
03 Diciembre 2018

PARÍS, Francia.- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, visitó el Arco del Triunfo en París para comprobar los daños realizados por las protestas de los “chalecos amarillos”, poco después de arribar al país tras participar de la cumbre del G20.

Las protestas contra un impuesto al combustible sacudieron a la capital francesa durante la semana. Hubo batallas campales en París y en ciudades como Nantes, Toulouse y Marsella.

Macron, acompañado por el ministro del Interior, Christophe Castaner, se dirigió el Arco del Triunfo, icónico monumento parisino y centro de las protestas, y rindió homenaje a la tumba del soldado desconocido, que representa a los franceses muertos en la Primera Guerra Mundial.

Presionado por los sindicatos de Policía para que declare el estado de emergencia, el gobierno francés señaló que “todas las medidas deben ser estudiadas”.

“Hay que pensar en todas las medidas que podamos tomar para evitar que este tipo de gravísimas manifestaciones de violencia en la vía pública no se reproduzcan”, dijo el portavoz Benjamin Griveaux. Según el Ministerio del Interior francés, la jornada dejó 412 detenciones en todo el país y 133 heridos.

En París, la Policía se enfrentó con manifestantes de “chalecos amarillos” que armaron barricadas y causaron destrozos a pedradas. Los “chalecos amarillos” son un movimiento surgido del repudio al alza de impuestos, parte de un plan para desalentar el consumo de combustibles con el fin de proteger el ambiente.

Miedo y revuelta

Figuras de la oposición política acusaron al gobierno de permitir la violencia para desacreditar a los manifestantes.

La ultraderechista Marine Le Pen reclamó que se convoque a la oposición y acusó a Macron de “dejar que la situación se degrade hasta proporciones increíbles”. El presidente del partido conservador Los Republicanos, Laurent Wauquiez, reiteró su llamado a la convocatoria de un referéndum sobre la política ecológica del gobierno. “Los manifestantes fueron incitados para que su bronca crezca por la ausencia de diálogo”, criticó. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon dijo que el gobierno quiere los incidentes “para estimular el miedo de la población”.

El ministro del Interior, Christophe Castaner, indicó: “aún quedan pequeños grupos de revoltosos”. “Es una estrategia efectuada por profesionales del desorden”, denunció. (Reuters-Télam)

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