La cabeza en Madrid. El corazón roto por la final de la Libertadores que no fue (en Núñez). La voz entonada en cánticos contra Boca, la Conmebol, Mauricio Macri: pinceladas de una noche extraña y fría, en un Monumental a medio colmar.
Hubo un partido de Superliga, que no fue anecdótico por los tres puntos en juego, pero casi. El River “muletto” venció 3-1 a un Gimnasia todavía más “muletto” gracias a un doblete de Rafael Santos Borré -gran ausente en el Santiago Bernabéu- y otro tanto del juvenil Matías Moya.
Otra buena noticia para el local: las asistencias de los juveniles Julián Álvarez y Cristian Ferreira, que sumaron minutos y chances de estar en el banco en la gran cita de próximo domingo.
Marcelo Gallardo guardó todo pensando en la final de América en Europa. Como consecuencia de un buen primer tiempo y de la mayor jerarquía de los jugadores en cancha, el “Millonario” sacó una luz de ventaja que pudo mantener hasta el final.
En la segunda etapa, el “Muñeco” agregó dos nombres en la lista de jugadores de inferiores que hizo debutar en primera: David Martínez -en lugar del lesionado “Muñequito” Nahuel Gallardo- y Lucas Beltrán.
El partido con la pelota se fue sin más, con un River efectivo que superó casi sin problemas a un “Lobo” que sólo piensa en la final de la Copa Argentina; aunque el otro juego, el que disputaron los hinchas, entregó otras perlitas. La principal, el canto: “que se vayan todos, que no quede uno solo”, dedicado por el resto del estadio a la barra brava, los “Borrachos del Tablón”. Y el que cerró la noche: “En Madrid, cueste lo que cueste, en Madrid tenemos que ganar”.
Y una pregunta que quedó flotando en el aire, teniendo en cuenta la evaluación que realizará Gallardo a fin de temporada: ¿Habrá sido el último partido del “Muñeco” en el banco del Monumental?