12 Diciembre 2018
AUTOR ANÓNIMO. Se expondrá una imagen del Díptico de Wilton.
INAUGURACIÓN
• A las 20 en el Museo de Arte Sacro (Congreso 53).
La llegada de Jesús al mundo ha sido reproducida artísticamente por todas las culturas en una proyección universal que atraviesa las distintas creencias. Esas manifestaciones son relevadas en la muestra fotográfica “La inspiración de la Navidad en los grandes artistas universales”, que esta noche se inaugurará en el Museo de Arte Sacro con la conferencia “Costumbres y tradiciones de la Navidad en el mundo”, a cargo del profesor Carlos María López Ramos.
“Para los cristianos, la Navidad de Nuestro Señor significa el Nacimiento del Dios encarnado, la venida al mundo del Redentor de la humanidad. Para los no cristianos, por poco que sean hombres de buena voluntad, el milagroso acontecimiento significa cuando menos la amorosa proclamación de un mensaje de paz universal: el de una unidad intrépida y fraterna por encima de toda diferencia de raza, procedencia y situación social”, anticipó el expositor en su avance enviado a la prensa.
López Ramos relevó, en una cuidada reproducción fotográfica, “algunos de los más preciosos cuadros que recuerdan el Nacimiento”. “Son representaciones debidas a ilustres maestros de los comienzos de la pintura cristiana, la época Renacentista y el período Barroco”, precisó.
“No extraña que el luminoso y conmovedor acontecimiento haya sido celebrado desde hace siglos por los artistas de los más diversos países. La Navidad y los episodios que con ella se relacionan -la Anunciación Angélica, la Adoración de los Santos Reyes o la de los Humildes Pastores- han encontrado una digna evocación en las artes, no menos en la plástica que en la música y las letras universales”, sostuvo.
El conferencista reconoció que la Buena Nueva del Evangelio, con su prédica por la paz, no se ha logrado por completo, pero destacó que “sobre todo en esta conturbada hora del mundo, sólo en la plena realización de ese mensaje puede fundarse aún la única esperanza de una humanidad por fin aquietada: apaciguada en el bien, en el entendimiento y en la concordia”.
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