Caso Lebbos: el correlato

19 Diciembre 2018

El primer encuentro: Lebbos se cruzó con Di Lella y Sánchez

El querellante Emilio Mrad hizo hincapié en la audiencia de ayer en que se acreditó en el juicio “el uso del celular de Paulina Lebbos en todo momento” y que la joven había muerto por asfixia por estrangulamiento manual. “Fue acreditado también que tras haber ido al Abasto, el 26 de febrero, entre las 6 y 6.30, fue privada de su libertad. En función de los dichos de Virginia  Mercado (la amiga), se movilizó en un remise y luego fue hallada en el kilómetro 2,8 de la ruta 341”, enfatizó. El letrado dijo que el padre, Alberto Lebbos, tuvo un encuentro ocasional en calles Junín y Marcos Paz con Eduardo di Lella y Hugo Sánchez, a quienes les había dicho que no encontraba a su hija.

La reunión en Raco: marcaron "el inicio del encubrimiento"

La querella afirmó que “las maniobras de encubrimiento y ocultamiento de pruebas” se iniciaron el 26 de febrero.  “Ya sabían y conocían de la desaparición de Paulina”, dijo Emilio Mrad. “Después de haber estado hasta las 22 (tras el clásico Atlético-San Martín), Di Lella y Sánchez empiezan un operativo de reunión en la casa de la suegra del ex secretario de Seguridad”, señaló. Recordó que en el libro de control vehicular policial de Raco figuraba el paso de Sánchez, además de la declaración del policía López, quien en el juicio declaró que había acompañado en una camioneta al ex comisario Enrique García y a Di Lella a esa vivienda. Detalló además cruces de llamadas.

Cruzado y Mercado: Mrad criticó las pistas de la causa

“En la reconstrucción, estuvo el remisero (Juan Pedro) Cruzado. Fue la pista Cruzado, quien cruzó la ciudad para ir al D2, departamento de la Policía que nadie sabe dónde está”, dijo Emilio Mrad. “¿Y quién participó? Sánchez, el imputado. Hablamos de pistas que no conducían a nada, más que a desviar, confundir o que sirvan para decir que se estaba haciendo algo. Se estaba preparando cómo hacer aparecer el cuerpo”, expresó. Por otro lado, la querella manifestó que Virginia Mercado volvió a Aguaray, en Salta, a los pocos días. “Expresó que tenía miedo a la prensa, pero no era así, habían ingresado a su departamento sin orden judicial”, añadió.

"Liberación" de la ruta: "no habían visto nada en el lugar"

La querella planteó que “la ruta 341, lugar de aparición y hallazgo del cuerpo, había sido liberada”. “Han pasado más de 17 o 20 testigos de la Dirección de Vialidad. Cada uno dijo por que, el 10 de marzo, antes de la aparición del cuerpo de Paulina Alejandra Lebbos, dejaron de trabajar en esa zona”, expresó Emilio Mrad. “Habían realizado tareas días anteriores y no habían visto nada en el lugar. No sintieron olor, no vieron nada anormal”, agregó.

Mrad remarcó que el propio imputado Waldino Rodríguez había dicho en el juicio que si ese cuerpo hubiese estado los 14 días, “habría sido diseminado por toda la localidad de Tapia”.

"Tucumán en 2006": la querella insistió en el encubrimiento

“No nos olvidemos lo que era Tucumán en manos de José Alperovich, en 2006. Cualquier poder del Estado se rendía a sus pies, cualquier funcionario. La Legislatura era una escribanía y ciertos funcionarios judiciales, arrodillados a ese poder, pocos, pero los había”, dijo Mrad para reafirmar que había entonces “impunidad para concretar una maniobra que evitara que el caso sea investigado”. “Si el fiscal Noguera autorizaba (el levantamiento del cuerpo), perfecto, porque días después la bioquímica (Lilia) Moyano, sin ningún tipo de problema, sin ningún fundamento científico, diría que el cuerpo estuvo los 14 días en el lugar”, manifestó el querellante en su alegato.

Los fiscales de la causa: según Mrad "Albaca fue funcional"

“Hubo dos hechos que llevaron a que nunca se pueda avanzar y se degraden las muestras: hubo un fiscal (Noguera) que claudicó ante el poder político y un fiscal como (Carlos) Albaca que se arrodilló y fue funcional al encubrimiento. La causa ‘García’ (por el ex comisario de Raco) llegó casi a la prescripción”, expresó Emilio Mrad, de la querella. El letrado enfatizó que Albaca “se sentó en la causa y no hizo ninguna tarea de investigación”. “¿Qué hicieron? Cosas muy importantes, sacarnos el rol de querellante. ¿Cómo lo hicieron? Usando la estructura del poder; le dieron un empleo a Soto. Éste, después de cinco años, reconoció a su hija y al otro día pidió ser querellante”, añadió.

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