El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la economía argentina se contraerá el 1,2% en 2019 con una inflación del 30,5%, por lo que consideró esencial alcanzar el déficit cero este año “para apuntalar la confianza de los inversionistas y el crecimiento sostenible”.
En su informe de Perspectivas de la Economía Mundial presentado ayer en Washington, previo a las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, el organismo mejoró levemente las perspectivas del desempeño de la economía argentina.
En octubre último había estimado una contracción económica del 1,6% del Producto Bruto Interno (PBI), mientras que en el texto publicado ayer achicó esa merma a -1,2% y para el 2020 espera una salida de la recesión, con un crecimiento en torno del 2,2%. Respecto de los precios, el FMI elevó las proyecciones de inflación en 10 puntos y la ubicó en 30,5% para este año, cuando para este mismo período había estimado en octubre pasado una suba de precios del orden 20,2% interanual (diciembre del 2019 contra diciembre del 2018).
En cuanto a la inflación de 2018, quedó estimada en 47,6%.
“Las expectativas de inflación continúan siendo elevadas en la medida de que la Argentina se ajusta a un nuevo régimen de anclaje bajo un renovado marco monetario”, expresó el FMI en su informe, en el que calificó el proceso como “un notable efecto temporario”.
La contracción
En cuanto al nivel de actividad, el organismo internacional proyecta que la economía de Argentina se contraiga en el primer semestre de 2019 debido a que la demanda interna se está desacelerando, debido a las políticas más estrictas para reducir los desequilibrios, y volverá a crecer en el segundo semestre del año a medida que se recuperen el ingreso disponible real y la producción agrícola, después de la sequía del año pasado.
“Los salarios nominales más altos y las expectativas de inflación crecientes generarán presiones inflacionarias más persistentes en 2019, respecto de las proyectadas en el WEO de octubre de 2018”, advirtió el FMI. En tanto, el desempleo ascendería a 9,9% este año, del 9,2% estimado durante 2018.
Asimismo, la entidad que conduce Christine Lagarde espera un déficit en la cuenta corriente del 2% para el 2019, que se profundizaría a 2,5% el año próximo.
En este sentido, el Fondo Monetario advirtió: “los riesgos a la baja para la economía siguen siendo considerables. Y su materialización podría llevar a un cambio en las preferencias de los inversionistas en contra de los activos en pesos y presionar la moneda y la cuenta de capital argentina.
En este contexto, el organismo aseguró que la implementación continua del plan de estabilización en el marco del programa de reforma económica apoyado por el FMI es crucial para apuntalar la confianza de los inversionistas y restaurar el crecimiento sostenible que eleva los estándares de vida de todos los segmentos de la sociedad”.
“Con este fin, cumplir con el objetivo de saldo fiscal primario de cero en 2019 y el 1% del PBI en 2020 es esencial para reducir las necesidades de financiamiento y evitar volver a encender las presiones de liquidez”, subrayó. Y agregó: “el logro continuo de los objetivos monetarios será crucial para volver a anclar las expectativas de inflación y reconstruir la credibilidad del Banco Central. Por eso, se requiere la reanudación del programa de reformas estructurales”.