Llegar a la Legislatura puede costar $ 4 millones

Desde 2015 se triplicó el valor de la campaña a legislador por la Capital.

La impresión de los votos. El alquiler de la sede partidaria. El pago a los fiscales de mesa. Actos y reuniones. Jingles, afiches y pasacalles. Ser candidato a legislador o a concejal por la Capital con expectativas reales de disputar una banca requiere de una logística aceitada. ¿Cuánto costará alimentar el motor de la estructura electoral?

Los estrategas de las principales listas hacen sumas y restas, se agarran la cabeza y tratan de reducir gastos. A 47 días de la votación, los cálculos indican que hacen falta al menos $ 4 millones para sostener un armado promedio; es decir, con lo básico para lanzarse a la disputa por un escaño, pero sin tantas luces ni cotillón.

Hasta quienes apuesten por dar el batacazo deberán hacer una inversión importante. Los valores de la campaña de 2019 se han triplicado y hasta cuadriplicado con relación a 2015. Por eso, se espera que la artillería pesada quede en reserva hasta los días previos a la contienda del 9 de junio.

Un millón de papeletas

En San Miguel de Tucumán habrá más de 445.000 electores, repartidos en unas 1.300 mesas de votación. Cada espacio suele hacer foco en barrios puntuales -englobados en circuitos-, pero tener presencia en cada lugar aumenta las chances de sumar sufragios.

Entre los esenciales de una campaña electoral está la impresión de las boletas de la lista. La cifra estándar que manejan los armados es de 1 millón de papeletas. Como en todo, el costo varía según la calidad y la forma de pago, pero las fuentes coinciden en que la erogación va de $ 600.000 a $ 800.000.

Los estrategas estiman que, para obtener un escaño, una lista deberá reunir al menos 9.500 votos en la capital. ¿Por qué entonces ordenan más de 100 veces ese número de boletas? Por un lado, porque se reparten cientos de miles durante la campaña. Por otro, porque deben hacer stock para el día de la elección, cuando harán falta entre 350.000 y 400.000 papeletas para cubrir las mesas y para reponer los eventuales faltantes.

Los custodios del sufragio

El segundo ítem esencial para una contienda electoral está ligado al primero. Los fiscales de mesa de cada partido tienen por función central controlar los votos, además de defender los intereses de su respectivo candidato en toda circunstancia. Hará falta un “par de ojos” por cada mesa de votación (es decir, unos 1.300 dirigentes), y otros 100 “soldados” para ocuparse de cuestiones operativas en general.

Referentes con territorio afuera de las cuatro avenidas manejan diferentes presupuestos. Se habla de un mínimo de $ 1.000 por cada fiscal para el día de la elección, aunque el promedio de “mercado” ronda los $ 1.500 (los presidentes de mesa recibirán $ 3.000, anunció la Junta Electoral Provincial).

Para asegurarse que el celador permanecerá hasta el final del día, se debe agregar el almuerzo y un refrigerio; es decir, unos $ 300 por persona. Solventar el ejército que custodiará los sufragios de cada lista requerirá de $ 1,8 millón.

La instalación, una clave

La instalación de un candidato es un proceso complejo. Y las variables hacen que pueda resultar más o menos costoso.

Alquilar y adaptar un inmueble para contar con un búnker propio, dentro de las cuatro avenidas, puede superar los $ 100.000 al mes. Más allá de ese cuadrante, el precio de la renta baja. Estas “bases”, además centro de reunión, refuerzan la presencia de un armado en un territorio determinado.

Sin acto de lanzamiento no hay candidatura. El alquiler de un club, de equipos de luces y sonido, de sillas, y la compra del “cotillón” necesario para estos eventos rondan los $ 100.000. El monto crece si la lista ofrece sorteos o premios.

La difusión es otra pata clave en una campaña. Hay vías tradicionales, como la propaganda -entre $ 100.000 y $ 300.000 para un armado austero-, y otras modalidades novedosas, como la publicidad en sitios web y en redes sociales. Este es uno de los puntos que presenta más variables entre los diferentes espacios. Sobre todo si deciden, además, imprimir afiches o colocar pasacalles. De todas maneras, dar a conocer el rostro de un candidato rondará los $ 500.000.

“Movilizadores”

Hasta aquí, la sumatoria de la campaña a legislador o a concejal por la Capital da un resultado de $ 3,3 millones. ¿A qué se destinan los $ 700.000 restantes? La figura del “movilizador” queda en evidencia sólo el día de la votación. Si bien la mayoría de los espacios niega su uso, en la jornada electoral proliferan autos y motos con logos “codificados” que se agolpan en las afueras de las escuelas. Al final del día, cada “movilizador” podrá llevarse unos $ 7.500 a su casa. Los armados que “contraten” estos servicios requerirán al menos 100 vehículos, totalizando $ 750.000 para este rubro.

Algunos apostarán por campañas de bajo perfil o por el “boca en boca”. Otros tratarán de reducir costos compartiendo gastos con sus compañeros de lista o buscando apoyo en los armados “oficiales”. Pero un estratega de la Capital deja una advertencia: “si un amigo quisiera lanzarse con $ 2 millones, yo le diría que mejor los ahorre”.

¿Todas las listas gastarán $ 4 millones? No. El monto explicado por LA GACETA gira en torno a los puntos en común de los armados de la Capital. Algunos harán inversiones mucho más fuertes -se habla de hasta $ 8 millones-, y otros, más acotadas. Además, las cifras varían en el interior.

¿Qué se puede hacer o comprar con ese monto? Según el portal autos.lagaceta.com.ar, con $ 4 millones se puede adquirir seis autos marca Ford Focus 0 km; según los anuncios en el rubro inmuebles, en ese margen está un departamento de dos dormitorios en el centro.

¿Cómo se rinden los gastos de campaña en Tucumán? Aquí no rige ley de financiamiento de las campañas políticas, como sí ocurre a nivel nacional. Los partidos entregan informes de sus erogaciones a la Junta Electoral, que no tiene rol de contralor en lo financiero, ya que sólo reúne la información.

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